SOMOS CASTELLANOS
El llamado Estatuto de autonomía de «Castilla y León» aprobado por ley orgánica de 25 de febrero último, representa la culminación del empecinamiento de la clase política en sacar adelante e imponerse, hoy a los leoneses y a los castellanos ese híbrido engendro de «Castilla-León».
Dice el preámbulo del Estatuto que los antiguos reinos de Castilla y León -enunciados por este orden, que no es otro que el de la falsa concepción imperial de Castilla, tan grata al jonsismo y falangismo vallisoletano- «han mantenido a lo largo de los siglos una identidad histórica y cultura¡ claramente definida dentro de la plural unidad de España», y que «el pueblo castellano-leonés» (?) ha expresado su voluntad política de organizarse en comunidad autónomo, reanundando así aquella Identidad».
Al propio tiempo, en el articulado del Estatuto, a los ciudadanos que habitamos en las provincias leonesas y castellanas sometidas al ente nos adjudican la condición política de castellano-leoneses; es decir que los unos -nuestros queridos amigos del reino de León- han dejado de ser leoneses, y nosotros quedamos privados de nuestro carácter de castellanos. Ahora, todos revueltos y confundidos, no somos ni una cosa ni otra; es decir, no somos nada que tenga verdadera sustancia. Porque -no lo olviden los manipuladores- a nivel de Identidad y de conciencia de pueblo se es leonés o castellano pero es metafísicamente imposible ser «castellano-leonés»..
Una vez más protestamos contra este extraño artificio de «Castilla-León», y frente a los manejos de las oligarquías responsables de esta invención, inspirada exclusivamente en intereses políticos de facción, sin relación alguna con el sentimiento popular, y que pretende disolver dos identidades regionales diferenciadas y que tienen derecho a ser respetadas, la leonesa y la castellana, denunciamos esta agresión contra nuestros dos pueblos.
Es falso todo eso de la región mixta de Castilla y León, y por ello, como todo lo que no es auténtico, el engendro -nacido ante la completa indiferencia de los pueblos afectados- no es viable y está condenado a fracasar. Sólo aquello que tiene de verdad sus raíces en la conciencia del pueblo puede vivir y florecer.
El pueblo leonés y el castellano siguen estando ahí, diga lo que quiera la oligarquía política. No nos han pedido opinión; nos han impuesto la organización que, a ellos, a los que mandan, pendientes de conseguir y disfrutar el poder, los ha convenido; pero no podrán anular o liquidar la realidad de esos dos pueblos.
Somos castellanos; apreciamos fraternalmente a los leoneses, y ni ellos ni nosotros podemos ser «castellanoleoneses». Por ello rechazamos terminantemente el pernicioso conglomerado regional que nos han Impuesto y declaramos nuestra Inquebrantable decisión de seguir trabajando por la verdadera identidad y autonomía de Castilla.
Castilla nº 19 Abril mayo 1983
martes, marzo 16, 2010
Somos castellanos (Comunidad Castellana 1983)
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