EN ÁVILA, MI BELLA CORZA BLANCA
Tus ojos que me miran
desde el adentro de Ávila.
Tus ojos, bella amiga,
desde el adentro de Ávila.
Tus ojos y mis dichas
por tus piedras de estatua.
Desde Adaja sentida,
desde Adaja asombrada.
¡Quién te llamase fría
cuando enciendes el alma,
cuando allá por arriba
almenas de oro y plata
veo, y torres repartidas
y la Historia sonámbula,
adarves los camina
entre héroes y fábulas!
¡Ávila del tiempo hija!
¡Ávila, Ávila y Ávila!
¡Ávila, alegre vista
de una urbe castellana!
¡Vetona Ávila, villa
con verracos por fauna;
y nieves que son niñas
bañándose en Adaja!
¡Ávila, águila, vida
que amaba ya en mi infancia,
cuando veía allá arriba
simetría almenada
y tu aguilar encima,
tus murallas de plata,
grandes puertas y chicas
y mis ojos en Ávila!
Vengo a decir, mi amiga,
adentro de ti, Ávila,
vivió en parte mi vida
y vivió en parte mi alma.
En Ávila, mi vida.
Adentro, entre Ávila.
Mi ciudad tan amiga.
¡Mi bella corza blanca!
En Ávila, mi vida.
Mis ojos, llenos de Ávila,
dándome mi perdida
mocedad y la infancia.
En Ávila, mi vida
vivió tras la muralla
idéntica a sí misma
que en piedras cerca a Ávila.
¡En Ávila de Adaja,
mi bella corza blanca!
JPMañueco, del libro "Cantil de Cantos" 2017