TAMAJÓN, CIUDAD ENCANTADA,
y Virgen de los Enebrales, cuyas puertas siempre
están abiertas
¿Has ido ya a la Sierra, entre los trinos
que ave lanza del bosque a la espesura?
¿Viste labrar la piedra el agua, a mano dura,
para formar con tiempo sus caminos?
Cueva, arco, puente, piedra que de altura
dejó en filo calizo rotos sinos.
Cada gota de lluvia traza finos
dolmen y megalito en roca pura.
Tamajón y la Ermita de Enebrales
guardan para pocos ese secreto.
Y siendo prodigiosos esos viales
donde nada en la piedra se está quieto,
al final siempre el remedio a los males
está en la Ermita, que de todo aprieto
salvó a quien de selva en Sierra retó en reto.
Juan Pablo Mañueco, del libro "Donde el Mundo se llama Guadalajara" (2015).
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