viernes, octubre 18, 2013
Castilla y su Tradición Marinera (Castilla Cantábrica)
miércoles, octubre 16, 2013
Con «rigor histórico»
Con «rigor histórico»
Valmojado cuenta con un nuevo escudo desde el pasado 13 de noviembre, tras publicarse la correspondiente Orden de la Consejería de Presidencia y Administraciones Públicas en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha. Elaborado por José-Domingo Vales Vía, diplomado en Heráldica y Vexilología, representa los más antiguos orígenes y la historia más ancestral de la localidad. En sus dos mitades, recoge dos hechos de singular relevancia para el municipio: la vinculación con Segovia y los manantiales de aguas subterráneas que discurren bajo su suelo.
Así, en el primer cuartel se encuentra el color gules (rojo vivo) que significa los diferentes y, en ocasiones, graves avatares por los que pasó esta localidad, entre las opresiones, desafíos u otras circunstancias jurisdiccionales. Sobre él, el acueducto de Segovia representa a la jurisdicción principal a la que perteneció Valmojado, siendo así el «primer municipio toledano que va a contener las armas de Segovia». El perro sobre el acueducto romano es el símbolo del Can Mayor, nombre de constelación y a la vez nombre popular del sexmo segoviano de Casarrubios, en que se encuadraba Valmojado. En el segundo cuartel, el campo de sinople (verde) representa la extensa superficie agrícola y pecuaria de la zona. En el mismo se insertan cinco pozos de oro y azur, que simbolizan las aguas subterráneas procedentes de manantiales.
David González es el concejal de Cultura, Patrimonio y Coordinación Institucional en el Ayuntamiento de Valmojado. Recuerda que el actual escudo de la localidad, se realizó en una época en la que no se conocía la historia real del municipio y ahora, con las diferentes publicaciones, se ha creído oportuno llevar a cabo una modificación que «guarde rigor histórico». El nacimiento de estas nuevas armas municipales se inició en septiembre del año pasado con el informe de Vales Vía y es ahora, cuando desde la Junta de Comunidades se da por aprobada la modificación.
Hasta el momento, el de Valmojado llevaba ilustrado la cruz de los dominicos, un torreón de un escudo familiar y un racimo de uvas. Señala González que en la época del Gobierno anterior se hizo un «abuso» del escudo municipal, apareciendo incluso en camisetas y gorras.
Ahora, desde el equipo de Gobierno se quiere llevar a efecto una ordenanza municipal que regule su utilización tan sólo para asuntos realmente oficiales.
Junto con el nuevo escudo, el siguiente paso es realizar una bandera, donde las armas municipales ocuparían el lugar central. Cuartelada, vestirá dos colores representativos: en el primer cuarto superior izquierdo y el inferior derecho iría el carmesí, color de Castilla; en el cuarto inferior izquierdo y el superior derecho el azul, que representa las aguas subterráneas que discurren por la localidad. Tan sólo falta que esta bandera sea aprobada en Pleno ya que el expediente en sí está redactado y solo faltaría este proceso para entregárselo a la Junta de comunidades de Castilla-La Mancha para que sea ratificado, expediente que a día de hoy ya cuenta con el informe favorable de la Real Academia de la Historia.
El nuevo escudo se dará a conocer a los vecinos en un acto en el Teatro Municipal el próximo 6 de diciembre.
La Tribuna de Toledo
martes, octubre 15, 2013
Cuando Segovia quiso ser independiente
Cuando Segovia quiso ser independiente
En 1833, Javier de Burgos se encargó de hacer una reforma territorial, con la
que dividió el territorio español en un total de 49 provincias, finalizando así
con varios años de disputas. Esta división provincial ha permanecido
prácticamente intacta hasta nuestros días, con la única diferencia de la
división de las Islas Canarias en dos provincias, y la segregación de las
ciudades de Ceuta y Melilla de las provincias de Cádiz y Málaga,
respectivamente.
I: Organización territorial de España (1833)
Aquella reorganización territorial también agrupó las provincias en regiones hist´roicas, con una configuración que se mantuvo a lo largo de más de 140 años. Entre aquellas regiones existían muchas que se corresponden con comunidades autónomas actuales, como Galicia, Aragón, Cataluña o Andalucía, pero también contenía otras a día de hoy inexistentes, como Castilla la Nueva, Castilla la Vieja o el Reino de León.
Tras el fin de la dictadura de Franco, y la aprobación de la Constitución de 1978, España se enfrentó a una nueva reorganización territorial en la que las provincias se mantuvieron intactas (a excepción de la división de las Islas Canarias en dos provincias), pero que las regiones históricas se convirtieron en comunidades autónomas, variando notablemente.
Desde la aprobación de la constitución, las distintas diputaciones provinciales comenzaron a realizar acuerdos para organizarse en comunidades autónomas. Muchas de ellas se mantuvieron intactas, como es el caso de Galicia, Cataluña o Aragón, pero muchas otras regiones tuvieron varias discrepancias e indecisiones. La comunidad que se enfrentó a más cambios fue sin duda Castilla la Vieja, donde Santander y Logroño decidieron buscar desde la ratificación de la constitución la comunidad uniprovincial.

II: Segovia
El resto de Castilla la Vieja, junto al Reino de León, se mantuvo juntos, formando el Consejo General de Castilla y León. El principal problema de esta nueva comunidad fue el que posiblemente ha trascendido a nuestros días, el de León, pero menos conocido es el caso de Segovia. A finales de 1979, en una junta como otra cualquiera, las discrepancias existentes entre Modesto Fraile, diputado por Segovia, y Juan Manuel Reol, presidente del Consejo General de Castilla y León, provocaron que Segovia decidiera desligarse de la comunidad de Castilla y León.
Tras ello, Segovia comenzó su camino para conseguir convertirse en una comunidad autónoma uniprovincial, amparándose en el artículo 143 de la constitución recién aprobada por los españoles:
Artículo 143
1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos.
2. La iniciativa del proceso Autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas.
3. La iniciativa, en caso de no prosperar, solamente podrá reiterarse pasados cinco años.
El proceso continuaría firme durante más de un año. Los 211 municipios de la provincia de Segovia se fueron posicionando a favor de la causa castellanoleonesa o a favor de la autonomía propia. Llegados al 7 de octubre de 1981, tan sólo 10 ayuntamientos estaban por posicionarse, recayendo toda la responsabilidad sobre la decisión que se tomara en Cuéllar, segundo municipio más importante de la provincia segoviana después de la capital.
Aquella noche se concentraron en el pueblo miles de personas procedentes de otros municipios en favor de ambas causas. La votación se alargó hasta altas horas de la noche, siendo el veredicto final de 6 votos en contra de la autonomía uniprovincial, y 7 votos a favor. Inmediatamente después, todos los que se oponían a la autonomía uniprovincial, fundamentalmente por miedo al caciquismo, se manifestaron en la plaza de Cuéllar, pero la decisión parecía ya tomada. Segovia sería comunidad autónoma independiente.

III: Provincia de Segovia
En las semanas siguientes, el consistorio recogió un total de 1.800 firmas (de los 6.500 habitantes de Cuéllar) apoyando la integración de Segovia en la comunidad de Castilla y León, lo que forzó que la votación fuera repetida. El pleno se reunió de nuevo el 3 de diciembre de ese mismo año, con una gran presión por parte de la población, que se vio reflejada en la votación. 7 votos en contra de la autonomía uniprovincial y 6 a favor.
Con esta decisión del ayuntamiento de Cuéllar, el sueño de muchos ayuntamientos segovianos de conseguir la autonomía de la provincia de Segovia se vio perdido. Aún así, el 20 de enero de 1982, tuvo lugar una última manifestación en Segovia a la que asistieron en torno a 3.000 personas para pedir por última vez la independencia que Segovia nunca consiguió.
martes, octubre 08, 2013
El Instituto de la Cultura Tradicional edita un audio-libro sobre Agapito Marazuela
Se trata, además, de la primera publicación íntegra que sale a la luz de este instituto integrado en la Diputación Provincial de Segovia. Contiene más de cien páginas y un CD con una hora de grabación donde se aborda, desde diferentes ángulos y a través de seis autores, la personalidad del gran maestro de la cultura popular castellana.
Los especialistas en Marazuela que participan en esta obra son Joaquín Díaz, Carlos Blanco, Carlos Porro, Inés Mogollón, Joaquín González-Herrero y Jesús Fuentetaja. El etnógrafo Joaquín Díaz recurre en esta ocasión a los recuerdos personales para narrar situaciones poco conocidas en las que confiesa sentirse deudor de Marazuela. El periodista segoviano Carlos Blanco transcribe fielmente varias conversaciones mantenidas con el maestro entre 1974 y 1977, donde se abordan cuestiones que van desde el peligro de la desaparición de la dulzaina hasta los homenajes prohibidos.
La musicóloga Inés Mogollón y el responsable del archivo sonoro de la Fundación Joaquín Díaz, Carlos Porro, descubren en sus aportaciones diversos aspectos y situaciones de la vida del folclorista durante la época de la II República, además de las grabaciones de dulzaina que el maestro hizo en Barcelona para la compañía alemana Parlophon en 1930, y que no se habían vuelto a editar hasta ahora. Finalmente, el discípulo de Marazuela JoaquínGonzález-Herrero narra peripecias vividas con el maestro a lo largo de quince años de trato diario. Termina con unos apuntes biográficos escritos por Jesús Fuentetaja.
El audio libro, que lleva por nombre ‘Agapito Marazuela, de verdad. 1891-1983’, será presentado el 24 de octubre a las 19,30 horas en el patio de columnas de la Diputación Provincial de Segovia, con presencia de sus autores. Dos de ellos, Díaz y Mogollón, señalan que con así se reivindica su memoria y se salda una deuda “con un hombre íntegro”.
lunes, septiembre 16, 2013
Simancas corresponde al Reino de León
Simancas corresponde al Reino de León

jueves, septiembre 12, 2013
La Sierra de Madrid no Existe
En cierto modo, es como se quisiera que el alcance de Madrid fuera mayor del que históricamente ha sido. Si nos remontamos al siglo XV, el siglo de esplendor de la provincia segoviana, las fronteras de esta provincia se extendían hasta limitar en partes con el río Tajo, quedando dentro de su jurisprudencia la mayor parte de la Sierra de Guadarrama, siendo la parte más oriental de la Sierra de Guadarrama perteneciente a la provincia de Guadalajara.
En el año 1561, Felipe II mueve la capital de su imperio a la Villa de Madrid. Aún así, la división territorial expuesta en el mapa anterior, que venía de la época de la reconquista y la repoblación, se mantuvo. A lo largo de los siglos XVI y XVII las divisiones territoriales son modificadas levemente, y el marco de subordinación económica de la provincia de Madrid empieza a crecer más allá de sus fronteras.
No sería hasta la reorganización territorial de 1833 cuando las fronteras de la provincia de Madrid llegarían por primera vez hasta la Sierra de Guadarrama, pasando a formar parte de Madrid prácticamente la mitad de la sierra.
Pese al terreno ganado por la provincia de Madrid en la Sierra de Guadarrama con el paso de la historia, en ningún momento se ha llegado a renombrar su nombre, pero a día de hoy es posible escucharlo en muchos medios de comunicación, incluidos los dos periódicos generalistas más populares (El País y El Mundo).
Por supuesto, esto no es una reivindicación para que la Sierra de Guadarrama vuelva a ser segoviana, no para que cambie su nombre a Sierra de Segovia. Simplemente es una reivindicación para que se llame a las cosas por su nombre. La Sierra de Madrid no existe, sólo existe la Sierra de Guadarrama.
Lo que nos dice la historia en vísperas de la Diada
Lo que nos dice la historia en vísperas de la Diada
10.09.2013 Antonio Casado El Confidencial.com
[Nota de Breviario Castellano: Parece que el vilipendiado por algunos Anselmo Carretero sigue siendo una referencia válida para muchos. Lo sentimos por aquellos que nos son capaces de presentar producción intelectual alguna, sea mala o buena, y cuyo único afan es la descalificación y el insulto hacia un persona fallecida hace muchos años.]
Los nacionalistas convocados por la llamada Asamblea Nacional Catalana van a celebrar por todo lo alto la Diada del 11 de septiembre. Con una cadena humana de 400 kilómetros, de norte a sur, que garantiza serios problemas de movilidad ciudadana en varias carreteras de esta comunidad autónoma. Se trata de escenificar un recuerdo: la derrota de los barceloneses que en tal fecha de 1714 (guerra de sucesión a la Corona de España) defendieron la ciudad hasta las últimas consecuencias frente a las tropas borbónicas.
Es verdad que los catalanes lucharon por sus libertades en el sitio de Barcelona frente al unitarismo borbónico que se les venía encima. Como antes habían luchado en la guerra de secesión (revuelta de els segadors) contra el conde-duque de Olivares (1640). Pero también es verdad que a partir de aquel doloroso 11 de septiembre la historia fue uniendo cada vez más a Cataluña con los otros pueblos de España.
Desde que Artur Mas se lanzó sin frenos por la pendiente soberanista, nadie hace campaña en defensa de ese doble sentimiento de pertenencia (“tan catalán como español”) frente a la posición excluyente (“solo catalán”) que sueña (delira) con el Estado propio. Como nos enseña Anselmo Carretero, tan completa es la vinculación moral de Cataluña a España a finales del siglo XVIII que cuando la República Francesa nos declara la guerra en 1793, “los catalanes, con entusiasmo no superado en otros lugares de la península, se alistan voluntarios para luchar por una causa española que consideraban como suya en unos momentos en que, de haber intentado la separación, Cataluña hubiera recibido toda la ayuda de Francia”.
Fue tan espontánea su participación en aquel conflicto, por ellos llamado la “guerra gran”, que los historiadores lo han calificado de “primer acto de españolismo colectivo de los catalanes”, sin que esa solidaridad haya coartado nunca su sentimiento colectivo de nación. Desde 1714 siempre fueron compatibles solidaridad hispánica y sentimiento nacional. Y cuando ambos se manifiestan con el máximo vigor es en la “guerra de la independencia” contra la invasión napoleónica, en la que el patriotismo español y el catalán quedaron superpuestos.
Curiosamente, no es el famoso decreto de Nueva Planta (1716) el que se lleva por delante las libertades propias de Cataluña, aunque así se rememora en las celebraciones de mañana. El apagón del autogobierno se produce en realidad en la Constitución liberal de 1812. Son las Cortes de Cádiz las que instauran en Cataluña la verdadera unificación de los códigos de la Monarquía borbónica pasados por la Revolución Francesa.
Sin embargo, desde que Artur Mas se lanzó sin bridas por la pendiente soberanista (ahora empieza a frenar para evitar el descalabro), nadie hace campaña en defensa de ese doble sentimiento de pertenencia (“tan catalán como español”) frente a la posición excluyente (“sólo catalán”) que sueña (delira) con el Estado propio. Aquellos tienen la razón y estos tienen la emoción. No estaría mal que se prestaran algo de lo que les sobra a cada una de las partes.
lunes, septiembre 09, 2013
NO ME GUSTA EL CENTRALISMO DE VALLADOLID
NO ME GUSTA EL CENTRALISMO DE VALLADOLID
Desde mi punto de vista, se equivocan los dirigentes políticos que hacen oídos sordos a las decisiones que se toman democráticamente en las provincias. Caja de Ávila y Caja Segovia no son ni del PP ni del PSOE, aunque en sus órganos de administración la mayoría de sus miembros sean representantes de instituciones públicas que gobiernan estos partidos. También los hay de otras entidades no políticas: Casa Social Católica, Cáritas y representantes de los empleados, en Ávila, por ejemplo. Han sido 14 votos a favor y 3 en contra (éstos de representantes socialistas) los que han dicho sí a la integración en el SIP de Caja Madrid y Bancaja. ¿Están éstos equivocados y han decidido causar daño a los abulenses? Creo que han obrado como mejor les parece que se beneficia a la provincia. No son mensajeros de Valladolid sino representantes de los intereses de los clientes de Caja Ávila y de nuestra provincia. Esto, que es tan sencillo, deberían respetarlo los que dirigen los dos principales partidos políticos de la región. Esto sería lo democrático. Empecinarse en llevar la contrario a los intereses segovianos y abulenses solamente producirá desafección de Ávila y Segovia hacia la causa regional.
Recuerdo que el proceso autonómico de esta comunidad no fue nada fácil en sus primeros años. Testigo soy de ello. El miedo a que el centralismo vallisoletano fuera peor que el de Madrid, lo que ya sobrevolaba en los ambientes políticos de la época, hizo que Segovia dijera no y que León estuviera a punto de hacer lo mismo. Logroño y Santander, más previsoras, optaron por dar el portazo desde el primer momento. A los segovianos se les impuso por la fuerza de la ley la integración en esta comunidad. Los abulenses, por lealtad, no planteamos problemas reivindicativos y coadyuvaron al proceso autonómico como los que más, aunque saliéramos perdiendo. A nadie se le oculta que la cercanía a Madrid y la presencia de decenas de miles de abulenses en esta comunidad, hace que nuestras relaciones sean más estrechas con ésta que con Valladolid. Por ello, deberían tener más cuidado los centralistas regionales en no apretar las tuercas a estas dos provincias periféricas porque pueden provocar que en ellas surjan movimientos segregacionistas.
Navarra, León y Segovia.
Navarra, León y
Segovia.
|
Luis Solana
Mucha gente se ha quedado con la boca abierta ante el
artículo que ha publicado el 2 de agosto el periodista Julio Llamazares en
El País (aquí en
abierto). Resulta que una región (o una provincia) de España se incorporó a la
autonomía de Castilla y León como resultado de un acuerdo entre UCD (Rodolfo Martín
Villa) y el PSOE (Gregorio Péces
Barba). Se trata de León. El periodista Llamazares se echa las manos a la
cabeza por lo que considera hoy una decisión poco democrática. No coincido con
la forma de plantear el asunto, pero puede ser una buena ocasión para meditar
sobre algunos aspectos de la “transición”.
Hay que tener ciertas ideas claras: todo el mapa de las autonomías que se
acuerda en la “transición” es producto de acuerdos entre partidos y no de
debates y de votaciones ciudadanas.
Los partidos que definen ese mapa son UCD y PSOE.
Su primera decisión fue aceptar sin discusión que
las Comunidades que habían logrado un estatuto durante la II República eran
automáticamente Autonomías de primera categoría. Cataluña, Euzkadi y Galicia
no fueron objeto de dabate.
La segunda decisión fue evitar tensiones políticas insoportables y aceptar
retos tolerables. Y así se decidieron los repartos de provincias. Cantabria (que
era castellana) se convirtió en Autonomía uniprovincial. Lo mismo se acordó con
La Rioja (cuna del castellano) que se decidió que de Castilla nada, que
Autonomía uniprovincial.
Madrid resultaba complicadísimo integrarla en Castilla y León o en
Castilla-La Mancha: todos los políticos de las dos regiones temblaban sólo de
pensar lo que significaría Madrid en su Autonomía. Resultado, se acuerda que
Madrid es una Comunidad Autónoma específica.
Pero cuando se está a punto de cerrar la llamada Comunidad de Castilla y León
una provincia se planta y pide ser Autonomía uniprovincial: Segovia.
Sin casi ruido -al principio- consigue que los ayuntamientos voten a favor de
esa autonomía uniprovincial. Un día saltan las alarmas y el diputado socialista
por Segovia (Luis Solana) va a ver al Ministro Martín Villa para pedirle que
ayude a ordenar algo que podría abrir un debate global imposible (entonces).
Rodolfo Martín Villa se reune con el presidente segoviano de UCD -el inolvidable
Modesto Fraile- y le convence de que frene el proceso. El proceso, plenamente
democrático, se frena y Segovia no se desgaja de la planificada autonomía
llamada Castilla y León.
No se cuánta gente puede leer este blog, pero a los que lo leais os pido que
hagais lo posible para difundirlo. No se puede sacralizar la “transición” pero
tampoco se puede empezar un proceso de destrucción desordenada.
Que si Llamazares justifica que León debe ser una autonomía yo pido que
Segovia lo sea también. Que si Llamazares pide para León lo mismo que se pide
para Navarra yo puedo explicar que Segovia ya cumplió las condiciones que
Navarra no cumple.
Por favor, un poco de prudencia. No empecemos a abrir el debate sobre la
“transición” sin medir las consecuencias. Y vaya por delante que si por mayoría
se propone poner en cuestión todo, pues yo también votaré ese día. Lo que no
digo es lo que votaré.
jueves, septiembre 05, 2013
Resistencia Castellana
miércoles, septiembre 04, 2013
Manifiesto de Castilla Vive en Covarrubias - 15 de Junio de 2013
lunes, agosto 26, 2013
Las diócesis del reino de León
Titulo: Las diócesis del reino de León: siglos XIV y XV
Autor: José Sánchez Herrero
Editorial: Centro de Estudios e Investigación "San Isidoro", 1978 - 513 páginas
Caracteristicas: Originalmente presentad...o como la tesis del autor en la Universidad de La Laguna de Tenerife, 1973
León
Centro de est. e investigación San Isidoro
Colección fuentes y estudios de historia leonesa, nº20. 1978. 513 pp. Mapas.
INDICE
- la organización diocesana.
- la vida religiosa.
- los santos.
- sociedad y mal moral.
- las cofradías...
- notas.
- apéndices"
miércoles, agosto 14, 2013
Restaurado el Fuero de Briviesca en el VII centenario de su promulgación
El volumen se custodia en el Archivo Municipal y podrá contemplarse con motivo de la celebración
MARÍA ORIVE. BURGOS
El Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León ha restaurado el volumen del Fuero Extenso de Briviesca (Burgos), otorgado por la infanta Doña Blanca en 1313, y de cuya promulgación se conmemora el VII centenario. Esta actuación se enmarca dentro de las acciones que desarrolla la Consejería de Cultura y Turismo para la conservación del patrimonio documental custodiado en archivos y bibliotecas de Castilla y León.
El volumen del Fuero se custodia en el Archivo Municipal de Briviesca y podrá contemplarse, junto a otros códices y documentos, en una muestra que acoge el Ayuntamiento de la villa burgalesa, con motivo de la celebración del VII centenario de su Fuero.
El Fuero Extenso de Briviesca o Nuevo Derecho, otorgado por la señora e infanta doña Blanca en 1313, "suprema autoridad de Briviesca", supone la aceptación del espíritu y texto del Fuero Real o Libro del Fuero que mandó componer el rey Alfonso X para todo el reino, pero readaptándolo a una versión más libre y menos literal, específica para regir los destinos de la población de la villa.
El volumen del Fuero es un códice manuscrito en pergamino encuadernado a plena piel sobre tapas de madera y conserva bollones metálicos en el plano anterior y posterior de la cubierta. El códice está formado por 97 páginas con letra de privilegios sobre pergamino y el manuscrito está compuesto por 12 cuadernillos organizados en cuaterniones.
Twitter: @Agencia_FARO
jueves, agosto 08, 2013
jueves, agosto 01, 2013
MANIFIESTO FUNDACIONAL DE LA ASOCIACIÓN tierra CASTELLANA (2002)
MANIFIESTO FUNDACIONAL DE LA ASOCIACIÓN tierra CASTELLANA
Conscientes de la gran confusión que pesa sobre Castilla y lo castellano, como consecuencia de
la frecuente interpretación interesada de su historia, a la que no son ajenas ilustres
personalidades de la cultura, y otros grupos sociales, así como, por la desidia y acomodación
de los políticos de toda época, se ha instalado en el subconsciente de gran parte del pueblo
castellano un desinterés de lo propio en beneficio del interés general.
Ante esta situación de una Castilla sin Castilla, de un pueblo castellano sin referente
cultural y geográfico y de la confusión creada por la asunción de la identidad castellana
por parte de otros pueblos españoles en detrimento de su verdadera identidad leonesa o
toledana, un grupo de mujeres y hombres de distintos lugares de la geografía castellana, ha
decidido aunar sus fuerzas y constituirse en asociación para, desde ella, trabajar
colectivamente en defensa de los valores culturales, cívicos y materiales del pueblo
castellano, pero sobre todo por la recuperación de su verdadera personalidad, su historia y
el peso social que en el conjunto de España le corresponde.
tierra CASTELLANA nace desde estas consideraciones, a partir de los documentados estudios
sobre Castilla de Luis Carretero y Nieva y Anselmo Carretero y Jiménez, principalmente, así
como de Manuel González Herrero e Inocente García de Andrés, entre otros, que han realizado
importantes aportaciones en el curso de las últimas décadas.
Para tierra CASTELLANA el ámbito geográfico de Castilla se sitúa dentro de las provincias de
Santander (excluyendo la Liébana), Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Avila, Madrid,
Guadalajara y tierras de Cuenca, mas los irrenunciables territorios de Utiel y Requena, en
Valencia , la tierra de Campoo en Palencia, las tierras de Avila en las actuales provincias
de Toledo, Cáceres y Salamanca y antiguas tierras de Segovia, hoy en Valladolid.
tierra CASTELLANA trabajará por los fundamentos que la inspiran, de manera respetuosa pero
contundente y con la vocación de servir de referencia auténtica para cuantos deseen conocer
el pasado castellano, a fin de encarar la recuperación de su presente y por el futuro de una
Castilla, hoy desvirtuada y fragmentada.
tierra CASTELLANA desea, por otro lado, propiciar el entendimiento y la articulación entre
todos los demás pueblos de España, patria común de todos los españoles, al tiempo que
reivindica la denominación de castellano, y no de español, como idioma común tal y como se
especifica en el Articulo 3-1 de la Constitución.
Somos conscientes de que la tarea es ardua, pero es necesario el empeño. El verdadero
conocimiento de nuestra historia es la mejor herencia que podemos dejar a los que nos sigan.
"Cuando decían Castilla, todos se esforzaban" nos enseñaron nuestros antepasados, y
pareciéndonos un buen aliciente para hoy, tierra CASTELLANA lo toma como suyo para invitar a
cuantos lo deseen a incorporarse a esta hermosa tarea sin esperar nada a cambio, excepto la
satisfacción de trabajar por nuestro pueblo.
Los distintivos de tierra CASTELLANA son, la Cruz de Fernán González, de color negro sobre
fondo rojo carmesí, así como la bandera de Castilla, un castillo dorado en campo de gules
tal y como aparece en la heráldica de Alfonso III de Castilla.
Si eres castellano, o vives su cultura e identidad como propia, si aún crees en la
recuperación cultural y geográfica de Castilla, !!esfuérzate con nosotros ¡¡
Como en la época de los Jueces Castellanos, de Fernán González y Alfonso III, esfuérzate por
Castilla.
¡Únete a nosotros !. ¡Viva Castilla !.
martes, julio 16, 2013
Breviario Castellano: VIII Aniversario
Un cordial saludo a las decenas de lectores que diariamente nos visitan.
¡ Viva Castilla !
El Consejo de Redacción.
martes, junio 04, 2013
Luis Carretero y Nieva: Las nacionalidades españolas (recensión)
Ignacio Iglesias
Lecturas
Luis Carretero y Nieva: Las nacionalidades
españolas
Colección Aquelarre. México, 1952
Entre los varios problemas que desde largos años viene arrastrando España sin
saber o querer hallar una solución adecuada, sobresale indudablemente el de las
nacionalidades, no sé si el de mayor importancia de todos, pero sí en todo caso
el que presenta exigencias más perentorias por corresponder a la estructura
política misma de la Península.Tal vez ningún otro problema nacional ha soliviantado tanto los ánimos, encendido las pasiones y hasta cegado el entendimiento cual este que nos ocupa y preocupa. Y, no obstante, digámoslo sin pizca de paradoja, ningún otro es más ignorado. Abunda, cierto es, una literatura harto polémica, pero por desgracia escasean enormemente los estudios serios y por lo tanto objetivos. Una deformación del problema en sí, sabiamente alimentada por el sector más reaccionario de España y al que de manera inconsciente han hecho el juego ciertos separatistas a ultranza, ha provocado a través de los años esta situación airada en que han caído la mayor parte de los españoles de todas las Españas, los cuales suelen adoptar por lo general actitudes que tienen más de pasionales que de otra cosa, es decir, sin correspondencia alguna con los antecedentes históricos y de otra clase que deben ser los que dicten en última instancia la posición que justamente corresponde adoptar.
La obra del malogrado Luis Carretero y Nieva, que lleva el explícito título de Las nacionalidades españolas, viene a llenar un vacío que se estaba haciendo sentir: el de ofrecer una exposición panorámica y completa del problema que nos ocupa. Su tesis es esta: «La nacionalidad no está en la anchura del cráneo, ni en la forma de la nariz o el color de los cabellos; no puede definirse por los límites geográficos de los Estados, ni tampoco tajantemente por las fronteras lingüísticas; es, en el fondo, una cuestión de sentimiento, que no brota espontáneamente y porque sí, sino que es resultado de un largo proceso histórico.» Por lo tanto, lo que debe contar, en fin de cuentas, es el derecho de cada pueblo a dirigirse por sí mismo y a desarrollar su cultura sin imposiciones extrañas, ni a pretexto de mandos ejercidos en el pasado, ni de poderes actuales, ni por coincidencias en la forma de la nariz o en el color de los ojos, ni por semejanzas en el tono habitual y en el sonido de las interjecciones.
Las nacionalidades españolas, es un libro denso, preñado de enseñanzas, digno de ser estudiado y meditado, que facilitará la comprensión de un problema delicado y grave, hasta ahora, repetimos, bastante generalmente ignorado.