¡No a Villalar !
Francisco Iglesias Carreño ficsazale@hotmail.com
Hubo una vez (11 de noviembre de 1517) un encuentro entre dos hermanos, que hacia mucho tiempo que no se veían y uno de ellos, llamado Fernando, se inclino y beso la mano al otro hermano que se llamaba Carlos. Ambos eran hijos de Felipe ( de la casa de los Habsburgo) y de Juana (de la Casa de los Trastámara). Fernando se había criado en la península Ibérica y tendría, sin lugar a dudas, a su alrededor su grupo/coro/corte de amigos/partidarios y el otro, Carlos, que venia de fuera, los tenía haya por Gante y, a lo que después sucedió, por todo Flandes (en los Países Bajos). Pero del encuentro de los dos hermanos, Carlos sale como soberano de los Reinos de sus abuelos maternos ( los celebérrimos Fernando e Isabel) y Fernando, en abandonando la Península (en 1518 fue enviado a Flandes por los consejeros de su hermano para alejarlo de sus numerosos partidarios en la Península Ibérica, que por su educación española, le consideraban el auténtico príncipe nacional)), es instado (después del tratado de Worms en 1521) hacia otros responsabilidades en la Europa central de aquel entonces. Tal encuentro/reunión/ conferencia familiar-.-que duro tres días-.- tuvo lugar en el pueblo de Mojados. Fernando tenía tres años menos que Carlos.
De tal fraternal encuentro es posible que, en principio, salieran ganando los amigos/partidarios de Carlos y perdiendo ( o no ganando) los correspondientes afines a Fernando., y como los mismos están o no en sintonía, y en que grado e implicación, con el llamado movimiento de las ciudades y/o de las Comunidades comenzado en 1520, lo cual darían pie para atisbar la falta de causalidad en la llamada reunión de las Cortes de La Coruña (1520), y si, y por el contrario, algo ya más planificado, y nada espontáneo, y ,por tanto, programado y que veía de situaciones previas. Ya en 1515 Adriano de Utrech (rector de la Universidad de Lovaina y futuro Papa) viajó a España para asegurarse de que Fernando el Católico no quitaba a Carlos la herencia de las Coronas Leonesa, Castellana y Aragonesa en favor de su hermano Fernando, quien se había criado junto a él y era su nieto favorito. Si bien se comprometió a nombrar a Carlos como sucesor, los consejeros del rey tuvieron que convencerle poco antes de su muerte para que no designara a Fernando.(No parece ser una quimera la existencia de un partido fernandino en apoyo, ciertoo presunto, del Infante Fernando para ser heredero de los Reyes Católicos)
Ahora, y desde centralismo pucelano, se esta difundiendo un mensaje de uniformidad, cuasi tipo militar, que trata con contumacia, de instaurar una homogeneidad sobre el ejercicio del libre pensamiento de los individuos, y para tal menester, en el colmo de los desatinos, se quiere instrumentar a los libres ciudadanos de las tres provincias leonesas: Salamanca, Zamora y León, degradándoles a la categoría de aplaudidores de decisiones políticas coyunturales, claramente posconstitucionales (1981), tomadas en la cercanía de los efluvios del 23-F´1981, que pudieran conculcar sus legítimos derechos constitucionales y la anhelada, ¡ y obligada!, plenitud de los mismos.
Aquí, y ahora, por arte del birli-birloque, se asume que ser autónomo es el resultado de unas reuniones/conciliabulos (¿secretas?) celebradas en Madrid donde ya se decide/amaña un nuevo territorio-no previsto en el texto constitucional- que se da hecho a unos ciudadanos (sin que ellos puedan modificarlo, ni rechazarlo) y que les excluye sus reconocimientos pasados preconstitucionales, así como su encuadre regional histórico..Una vez más asistimos a la confabulación, con otra edición más de la ceremonia de la confusión, donde un acontecer político del pasado se intenta instrumentar, por razones obscuras nunca explicadas, en aras de unas plusvalías socioeconómicas que, ¡ ya será casualidad!, siempre recalan en y para la urbe de Valladolid.
Ya todo el mundo sabe que el pueblo de Villalar (situado en la provincia de Valladolid, dentro de la Región de Castilla La Vieja, cuya cabecera histórica es la ciudad de Burgos) no es más que una accidente bélico, uno más entre varios, en la Guerra de las Comunidades, y que la población que si fue importante, en tal momento histórico, fue la ciudad de Toledo. [Pero claro Toledo esta, como es conocido, en Castilla La Nueva, y no, y nunca, dentro de la provincia de Valladolid].
Ya todo el mundo sabe que la llamada Guerra de las Comunidades fue consecuencia de un cierto pugilato entre la familia de los Mendoza y el Rey Carlos I ( y sus administradores) y el posible efecto de los otrora partidarios de Fernando de Habsburgo. O sea que estamos manejando un enfrentamiento entre la alta nobleza, no una situación de tipo popular (Tómese nota de que, en aquel entonces, no existía la llamada clase media) ni de cariz democrático.
Ya todo el mundo sabe que los Ejércitos de aquel entonces, fueran de Carlos I o de Las Comunidades, no son ejércitos de voluntarios y si, y por el contrario, ejércitos mercenarios.(Algunos autores como Cadenas y Vicent citan la posiblem o cierta financiación francesa, de Francisco I de Francia, para sostener el ejército de Las Comunidades) Es bastante preocupante que, en esto días (¡ y en pleno Siglo XXI !), significados grupos sociales y políticos se arrimen al carro mediático de alabadores de ejércitos mercenarios.
Ya todo el mundo sabe que las familias burguesas que destacaron en las Comunidades poseían esclavos. La misma Maria de Padilla (que sostuvo el hecho bélico en la ciudad de Toledo hasta 1523) tuvo que vender sus esclavos para hacer frente a los gastos militares que tenía. Parece evidente que las pretendidas libertades burguesas distaban bastante del concepto de libertad actual de las personas, de hecho algunas estaban reducidas al papel de ser esclavos, que es la mayor negación de la libertad.
Ya todo el mundo sabe que el Reino Valenciano tuvo parte en las Comunidades con varias poblaciones (Alicante entre ellas). Pero estas poblaciones, es evidente, no están en la provincia de Valladolid y no se tienen noticias de ningún tipo de conmemoraciones sobre la Guerra de las Comunidades en ellas. Igual sucede con el Reino de Murcia (véase el casa de Cieza), Reino de Sevilla, Reino de Córdoba, Reino de Jaén, Reino de Granada, etc. [Recuérdese que, en el año 1521, el País Vasco y el Reino de Navarra forman parte de la Corona de Castilla, y en tales lugares, hoy día, nadie celebra la Guerra de las Comunidades] .
Ya todo el mundo sabe que el Proyecto de Ley Perpetua, que exigían los líderes de las Comunidades al Rey Carlos I, en modo alguno señalaba la obligada aglutinación de los amplios territorios de la Corona Castellana [actuales Regiones Históricas de País Vasco, Reino de Navarra, Castilla La Vieja, Castilla La Nueva, Reino de Murcía y Andalucía] con los territorios de la Corona Leonesa [actuales Regiones Históricas de Extremadura, Reino Leonés, Galicia y Asturias] , ni los concretos/ restringidos espacios del Reino Leonés ( actuales tres provincias) y Castilla La Vieja (actuales ocho provincias), y no se puede, ¡ ni se debe!, ligar situaciones posconstituciones, del año 1981 (provenientes del débil/minoritario/efímero gobierno de UCD de Calvo Sotelo y Bustelo), con las del Siglo XVI, del año 1521, ni aunque sea para intentar justificar, en la forma que sea, un invento de aglutinación territorial políticamante innecesario, socialmente anulador, económicamente ruinoso y antropológicamente empobrecedor.
jueves, abril 29, 2010
¡No a Villalar !
Etiquetas:
El Fraude De Villalar,
PREPAL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario