viernes, noviembre 25, 2016

AUNQUE YA NO ESTÉ EN TI, ARRIACA. (Juan Pablo Mañueco)


AUNQUE YA NO ESTÉ EN TI, ARRIACA.
 
 
Y yo no estaré. Y seguirá Arriaca aleteando.
Y quedarán las plazas sobre las que he pasado.
Oirán sus parques el silbido de los pájaros.
Notarán los aires el sonido agudo de sus campanarios.
 
ESTARÉ contigo, Arriaca, aunque no esté,
Y aunque ya no pueda pasearte con mis pasos.
SEGUIRÁ siendo tuyos los más bellos instantes que pasé.
ARRIACA de mi sueños, de mis paseos y abrazos.
 
Arriaca, por tus calles seguirá fluyendo aún después,
Lo mejor de mí, lo que he sentido bajo tu cielo pálido
En los día de lluvia, y seguiré soñándote también
Todos los días que viví bajo la luz de tu cielo cálido.
 
Entonces cuando yo ya no esté, incluso en ese después,
Acaso te paseen estos versos como dándote un abrazo.
Nativa ciudad donde no llegué físicamente a nacer,
Donde sí quiero que yerre mi espíritu cuando sea errático.
 
¡Oh, sí, al menos quedará Arriaca, aquí, aleteando!
 
 JPMañueco 

lunes, noviembre 21, 2016

CANCIÓN DEL ALTO TAJO (Juan Pablo Mañueco)


CANCIÓN DEL ALTO TAJO

Alto Tajo, tajo alto,
que entonas por quietas peñas
bramido que para abajo
va cortando recias piedras.

“Braaaa”, van diciendo tus aguas,
que no se están nunca quietas.
“Braaaa”, va tajando tu espada
para partirlas con fuerza.

Alto Tajo, tajo alto,
que verdosas aguas llevas.
¡Cómo se escucha tu canto,
con que los barrancos llenas!

Desfiladeros, gargantas,
contigo ya estén en guerra,
¡que según suenan tus aguas
cantarán más bravas letras!

¡Ay, quebradas las del Tajo,
altas en altas maderas,
roquedos y montes claros…
tenéis las venas abiertas!

¡Por las aguas que han entrado
del Alto Tajo viajeras!
¡Queden roquedos tronchados,
vencidas naturalezas!

Ya os rompéis en rotos pasos
perdida ya habéis la guerra,
que los caballos del Tajo
no admiten vuestras fronteras.

Aguas verdes, las del Tajo,
verdes y blancas y nuevas,
¡quién pudiera siempre a salvo,
en San Pedro pasarela,
-el puente que pasa lado
a lado, por Zaorejas-
contemplar aguas del Tajo,
cual contemplé esa belleza
-Alto Tajo, tajo alto-
con mi eterna compañera,
aquel día que vocablos
le dije en forma secreta.

Palabras de enamorado
como Adán dijese a Eva,
palabras de enamorado
de ella y de tus riberas,
que aún creo están sonando
por aquí, por Zaorejas,
entre las espumas blancas
que van tajando tus peñas.

JPMañueco (2016)

domingo, noviembre 13, 2016

TESTIGOS DE LA TRADICIÓN: SANTIAGO DOTOR


                                    TESTIGOS DE LA TRADICIÓN

SANTIAGO DOTOR: PIONERO DE LOS ESTUDIOS TRADICIONALES EN ESPAÑA

TRADITIO Revista de Estudios Tradicionales nº 7 Invierno 1989

Nos disponernos  presentar a un autor español al que podemos calificar sin ningún género de dudas, de pionero en España en el campo de los estudios tradicionales, en un una línea que se remonte directamente a  la obra de René Guénon se trata, evidentemente, del primer escritor que, en nuestro país, se haya referido a la obra capital del renovador de estos estudios en Occidente. Una producción intelectual de esta envergadura no podía dejar de traspasar las cercanas fronteras pirenaicas y de hallar alguna resonancia entre nosotros. No obstante, hasta entre quienes llegaron a conocer algunos de sus aspectos y que reaccionaron  más o menos positivamente, y lo que supone una  auténtica comunión espiritual, resultado del impacto producido por el descubrimiento de une obra que ha sido calificada como “el milagro intelectual más deslumbrante producido anta la conciencia moderna (Michel Vâlsan). Acerca de los primeros, es quizá Pío Baroja el exponente más claro entre los intelectuales españoles que intuyeron la trascendencia del mensaje de Guénon, aunque sin llegar a comprenderlo efectivamente, como se desprende de las críticas que le dedica, incluyéndolo con los autores cautivados por las “promesas de Oriente” (en su libro “Comunistas, judíos y demás ralea”). Es a los segundos, en cambio, a los que pertenece Santiago Dotor, autor español “tradicional en la más estricta y genuina acepción, caído prácticamente —e injustamente- en el olvido actualmente. Esta circunstancia se produce e despecho de haber alumbrado una obra que, si bien puede considerarse reducida en su extensión, sobresale por su altura doctrinal y por su claridad de ideas y de expresión, características estas que se ven completadas por una notable capacidad síntesis, apegada en todo momento núcleo esencial de ]sus doctrinas, las obras y los autores.

Nacido en Aguilafuente (provincia de Segovia) en 1.923, Santigo Dotor es hijo del  ensayista y articulista Ángel Dotor y Municio (1.898 — 1.986), autor que nos ha legado una importante obra literaria , en la que destacan varias obras sobre temas españoles y crítica de arte. Trasladado muy tempranamente a Madrid Santiago Dotor realiza sus estudios en la capital, cursando la carrera de Derecho en la antigua Universidad Central, entre 1942 y 1947. Aparte de las materias jurídicas, en sus años universitarios se interesa por la filosofía.; Kant y Spengler fueron el objeto inicial de su atracción, hasta que conoció la obre de René Guénon. El primer contacto tuvo lugar hacia 1.952, al socaire de lo lectura de la versión castellana (publicada en Argentina en 1.945) de la “Introducción general al estudio de les doctrines hindúes”. A partir de ese momento, fue transformándose su mentalidad con la impronta indeleble que le produjeron las doctrinas tradicionales. Por aquellos años, Sentiago Dotor era socio del Ateneo de Madrid y en el ambiente intelectual que albergaba esta institución, conoció a  otras personas con quienes compartía el interés por estos temas, aunque no llegarían  a constituirse en un grupo organizado. Comenzó a  leer e otros autores, haciendo  frecuentes pedidos de libros a Francia, Italia y Gran Bretaña. Julius Evola ocupó un lugar destacado entre sus lecturas, aunque el aspecto político y el anticristianismo que, con matices y con cierta evolución, muestran los escritos del autor italiano, siempre le resultaron ajenos. Les obras de Frithjof Schuon, Ananda   K. Coomaraswamy Titus Burckhardt, Martin Lings, Leo Schaya y otros importantes expositores de esta corriente no le fueron ajenos, al igual que los artículos  de la revista “Études Traditionelles”. Por añadidura, dejó traslucir igualmente un gran conocimiento de las fuentes bibliográficas principales relativas al tema que, en cada momento, era objeto de su atención.

En los años sesenta, la Compañía Bibliográfica Española editaba una colección  de libros titulada “Un autor en un libro”, en cuyos volúmenes, centrados en la vida y obra de importantes escritores españoles y extranjeros, antiguos   y modernos, se incluían varias secciones: un esquema biográfico del autor, un resumen de los principales acontecimientos de su época, un estudio sobre la vida y la obra, una antología de textos, un anecdotario y un bibliografía  escogida . Le parte más importante la constituía el estudio, que venía a suponer un tercio aproximadamente de la extensión del libro. Santiago Dotor recibió el encargo del editor de preparar  algunos títulos para esta colección, publicándose los siguientes: “Dante (1.964), “Goethe” (1.964)y “Virgilio” (1.967). Escribió también un trabajo sobre “Homero”, que no llegó a ver la luz al interrumpirse  le colección; al margen de esto, colabora con sus artículos en el desaparecido diario “Madrid”, mediante los cuales trató de suscitar el  interés por los  aspectos más  profundos y desconocidos de autores  a los que se reduce habitualmente a su faceta literaria y estética. Mención especial merece su pequeño pero interesante folleto sobre le figura de “Ibn Arabi, musulmán español” (1.965) editado  al margen de la colección a que nos hemos referido.

Por los títulos que se han citado, se advierte la afinidad de Dotor con  el esoterismo occidental, encarnado en algunos de sus máximos representantes. Pero le trayectoria intelectual seguida le ha llevado  asimismo al estudio de las grandes tradiciones orientales, específicamente del Advaita_Vedanta y del Sufismo. En los últimos tiempos, ha sido el Cristianismo su principal  polo de atención.

Desde 1.967, fecha de la publicación de su análisis sobre le figura y las ideas del Vate mantuano, si bien continúa profundizando de manera personal en estas  materias, abandonó definitivamente su actividad literaria. De esta última es preciso decir que no concitó la atención que merecía, lo cual  no debe causar extrañeza cuando, incluso en nuestros  días en que el interés por el esoterismo,y la espiritualidad en general ha aumentado espectacularmente en nuestro país (aunque, como ocurre en los demás países, predominando la ganga sobre la mena) e incluso, por citar un dato, en que las obras de René  Guénon han sido publicadas  en español en su mayor parte, el conocimiento de la Tradición permanece en niveles mucho más reducidos entre nosotros que los que se dan en los países de nuestro entorno, si bien los signos son esperanzadores al respecto. Tras desempeñar durante varios años su profesión de letrado, Sentiago Dotor se encuentra  hoy  retirado.

No deja de resultar sorprendente y digno de admiración la calidad de la obra de un  de alguien que ha permanecido al margen de grupos y en un cierto aislamiento intelectual. Con el solo auxilio de su intuición, ha sido capaz de adentrarse en materias difíciles y delicadas sin otra guía que los libros, logrando alcanzar un grado de penetración y de comprensión que le han mantenido inmune a las desviaciones, tan frecuentes, de  carácter ocultista o espiritualista , Como ningún comentario puede reemplazar la lectura de sus libros, concisos pero densos y sustanciosos, no vamos a intentar aquí resumir su contenido. Nos limitaremos, consecuentemente,  a algunos rasgos relevantes enumerados al comienzo, subrayando así la rica documentación de que hace uso, el estilo elegante y sencillo, la precisión en la exposición y la ausencia de elementos   superfluos en aras de resaltar lo fundamental. Solamente cabe lamentar que las propias características de la colección en que publicó casi todos sus escritos le constriñeron a limitar y a seleccionar estrictamente los aspectos  a analizar, así como la extensión. Por otra parte, el hecho de tratarse de una colección de libros de “divulgación” fue en gran medida responsable de que pasaran  casi inadvertidos. Finalmente, le falta de vinculación con los ambientes académicos no contribuyo tampoco a que se le clasificara entre los “especialistas” de los autores y materias de los que se ocupa.

Desaparecida la editorial, no cabe esperar una pronta reedición de sus libros, que solo pueden encontrarse por una feliz casualidad. Po ello, esperemos fervientemente que esta presentación contribuya en alguna medida  a dar a conocer a un escritor injustamente olvidado, con el agravante de le penuria de escritor
‘es españoles que expongan en sus obres las auténticas doctrinas tradicionales, en toda su pureza e integridad.

Raúl  Andrés

jueves, noviembre 03, 2016

“Libertad sin ira”, actualizada a estos rufianescos días

“Libertad sin ira”, actualizada a estos rufianescos días



La nación singular o la nación una es sin duda un apelativo moderno querido y amado por nacionalistas y micronacionalistas de todo pelaje. En el lenguaje tradicional anterior al advenimiento del liberalismo se decía sin rubor las Españas, luego con la llegada del liberalismo y comenzada la discordia y la dispersión, cuyos caracteres satánicos están cada vez más a la vista, se afirmó en un papel – la constitución- que España es una nación; más tarde incluso se proclamó de manera vociferante que no solo era una, sino también grande y libre, aunque no sabemos muy bien de qué. Claro que todo esto se quedó literalmente chiquito ante las nuevas afirmaciones micronaciolistas que  proclaman hasta el delirio histérico supremacismos de todo tipo, desde raciales, lingüísticas, civilizacionales –la cultura es un asunto bastante desconocido en nuestros días-  hasta progresistas, igualitaristas, partitocráticos –que no democráticos- y crematísticos -que no económicos-.

Los curiosos de la historia aún pueden recordar la existencia de los viejos territorios forales vascongados, que el moderno nacionalismo trata de erradicar y uniformizar: lengua artificial única, progresiva erradicación de la legislación foral, partido único –si pudieran- y otros modernismos que nos auguran redentores.

La genuina Castilla, similar en muchos aspectos a los territorios forales vascongados, sufrió hace siglos el despojo de sus fueros, de su organización local, de sus tierras comunales – las modernas y ladronas desamortizaciones- y sin embargo se nos propone también una solución moderna: “Castilla Única” , Opino que la verdadera restitución castellana, pasaría por la  restitución y fortalecimiento de las Diputaciones Provinciales, en alguna medida heredera de los antiguos territorios forales – comunidades de villa y tierra y merindades- , y por la restitución de competencias de las llamadas autonomías con sus capitales pletóricas de políticos, funcionarios y fiscos voraces, amén de despilfarros y deudas sin límite, que son una versión centralista de Madrid pero en peor – véanse los Valladolides y Toledos-; lo que nos hace concluir que lo mejor conservado la las viejas libertades castellanas se refleja todavía un poco en las llamadas Cantabria, Rioja y Madrid que justamente los modernos quieren “unificar” por lo visto para entrar con más vigor en la lucha y el conflicto –el polemos de los griegos-  

La unión de los disperso no es tarea del hombre, ni de sus ideologías, ni de sus luchas, ni de sus crímenes; la reunificación de lo disperso es tarea del espíritu, bien expresado para quien sepa leer en el salmo 128    



“Libertad sin ira”, actualizada a estos rufianescos días


Una actualización de “Libertad sin ira” de Jarcha a nuestros RUFIANESCOS DÍAS

(en donde además gente que junta los sueldos y las prebendas de europarlamentarios y diputados al Congreso entran en éste con el puño levantado, como en una película vieja, y por el reconocimiento de todas las naciones culturales existentes en España, también las dos que existen en las plurales Cataluña y Vasconia -que éstas sí que son “nación de naciones” en su interior-, y por el reconocimiento de las naciones culturales singulares, como Castilla)

Los jóvenes viejos del Diecinueve
en este veintiuno
por cobrar cien veces más que la plebe
aún levantan el puño.
Los jóvenes viejos del Diecinueve
son los tribunos
del odio. El peor pasado promueven
cobrando más que ninguno.
Los jóvenes viejos del Diecinueve
se inventan pueblos
que la Historia no pruebe
negando al de enfrente
y hasta al otro pueblo que se mueve
dentro de su propia gente.
Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural

Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural
Cataluña es plural
nación de naciones internas,
las dos quieren libertad
y no exclusiones eternas.
Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural.

Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural
Vasconia es plural
nación de naciones internas,
las dos quieren libertad
y no exclusiones eternas.
Y una de ellas no chulea
ni amenaza
una de ellas no rufianea
no ha disparado ni mata.
Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural.
Eso es lo que hay que lograr
para una verdadera igualdad
interna, admitir esa pluralidad
dentro de la España que en sí es plural
y que la España que es singular
también sea reconocida
como nacionalidad.
Igual, igual, igual,
que las que dentro de sí
(como Cataluña y Vasconia)
sí tienen pluralidad.
Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural.

Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural.
¡Libertad, libertad sin ira,
sin ira libertad.
Guárdate tu miedo y mira
que igual tu pueblo es plural!
Libertad, libertad sin ira
sin ira libertad.
¡Y sin ninguna asimetría
igualdad territorial!
¡Castilla, quiere igualdad
y simetría,
por su singularidad
y necesidad!
¡Castilla, que solo es una
quiere unidad
y reconocimiento de singularidad!
Juan Pablo Mañueco

martes, noviembre 01, 2016

ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE



Incluimos aquí un viejo romance lírico y sobrecogedor donde los haya. Tres versiones cantadas una del argentino Sandro, otra del chileno Victor Jara, bastante fieles a la letra aquí incluida y finalmente la voz acariciadora del berciano Amancio Prada que difiere ligeramente


ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE



Un sueño soñaba anoche   soñito del alma mía,

soñaba con mis amores,   que en mis brazos los tenía.

Vi entrar señora tan blanca,   muy más que la nieve fría.

—¿Por dónde has entrado, amor?   ¿Cómo has entrado, mi vida?

Las puertas están cerradas,   ventanas y celosías.

—No soy el amor, amante:   la Muerte que Dios te envía.

—¡Ay, Muerte tan rigurosa,   déjame vivir un día!

—Un día no puede ser,   una hora tienes de vida.



Muy deprisa se calzaba,   más deprisa se vestía;

ya se va para la calle,   en donde su amor vivía.



—¡Ábreme la puerta, blanca,   ábreme la puerta, niña!

—¿Cómo te podré yo abrir   si la ocasión no es venida?

Mi padre no fue al palacio,   mi madre no está dormida.

—Si no me abres esta noche,   ya no me abrirás, querida;

la Muerte me está buscando,   junto a ti vida sería.

—Vete bajo la ventana   donde labraba y cosía,

te echaré cordón de seda   para que subas arriba,

y si el cordón no alcanzare,   mis trenzas añadiría.



La fina seda se rompe;   la muerte que allí venía:

—Vamos, el enamorado,   que la hora ya está cumplida.




Victor Jara



Sandro



Amancio Prada
https://www.youtube.com/watch?v=U6RPC_zTObY