domingo, junio 28, 2020

CIEN VERSOS EN GLOSA A SANTA TERESA DE ÁVILA (Juan Pablo Mañueco)

CIEN VERSOS EN GLOSA A SANTA TERESA DE ÁVILA

Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

 Estribillo tradicional
(datado al menos en el siglo XV) 
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I. Desde que a Dios conocí.

Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
desde que a Dios conocí.
A Él mis cancelas abrí,
de un modo ya tan entero
que aguardo a tan gran Viajero.

Vivo tan fuera de mí
desde que sentí su Amor
que ya vivo en mi Señor
con quien vida y alma uní.
Y es tanto a Él que me así
tan alta en Él vida espero,
que muero porque no muero.

 
II. Tan bello es lo venidero

No es Dios para mí prisión,
sí lo es ya esta dura vida,
pues, según tengo veída
la causa de mi pasión,
lo tengo en mi corazón
y le siento tan frontero,
que muero porque no muero.

Estando falto de Ti,
¿qué vida habré de querer,
la dura de acometer
o la de amor que en Ti vi
donde es dulce amanecer?
Tan bello es lo venidero
que muero porque no muero.

III. Cuán larga se hace esta vida

Cuán larga se hace esta vida
donde andamos desterrados,
que siglos hay caminados
en cada hora sucedida,
¿cuándo vendrá la salida
del liberar venidero
muriendo como ya muero?

Es la espera tan amarga
de venirse a mí el Señor,
con su dulzura de Amor
que cada hora se alarga.
¡Quíteme Dios sobrecarga
y castigo tan severo!,
pues muero porque no muero.

IV. La alta vida que espero
 
Aquella vida futura
es la vida verdadera.
Tendré vida cuando muera.
Por eso mi voz murmura
¡quiero vivir en la altura
del vivir más verdadero!,
pues muero porque no muero.

¡Vida falsa, que a la vida
de Dios que ya vive en mí,
y con quien yo ya me uní,
restas sólo mejor vida!
Quiero verte convertida
en la alta vida que espero,
que muero porque no muero.

V. Su rostro es amor

Él su rostro me ha enseñado
y ya no quiero otro bien,
viendo ojos cuanto ven
a la gloria se ha llegado,
el sumo bien alcanzado,
por ser del sol un lucero
ya muero porque no muero.

Es pura luz y blandura
que en el corazón me toca,
ya toda la dicha es poca
a quien sintió tal hondura,
volverla a sentir procura
siendo al Señor escudero,
y muero porque no muero.

VI. Lumbre de serena fuente y goce
 
Su mirada irradia fuego
de serena fuente y goce,
de felicidad solloce,
ante tal paz y sosiego.
Estarme ya con Él luego
es cuanto deseo y quiero,
pues muero porque no muero.

A su lado, el tiempo para
y no existe ya ninguno,
entre sus brazos me acuno
todo lo demás sobrara,
con tal de que me mirara.
Si es a la gloria frontero
ya muero porque no muero.

VII. Tal placer el venidero

La serenidad de amor
el éxtasis mismo lo entrega
cuando sin lucha ni brega
alma ingresa en su Señor,
siendo ventura mayor.
Tal placer el venidero
que muero porque no muero.

Venga mi Dios hasta mí
y envuélvame con su suerte
que nunca tema a la muerte
quien siente su Dios en sí.
Y si a veces ya morí
y tal morir lo prefiero
ya muero porque no muero.

Autor: Juan Pablo Mañueco.

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016

 Poema publicado en el libro:
 “Cantil de Cantos VIII. Los poemas místicos” (2017).
 OBRAS DE MAÑUECO

CONDADO DE TREVIÑO (Juan Pablo mañueco)





CONDADO DE TREVIÑO


De “Trifinium” -tres confines-,
da el castellano Treviño.
Várdulos de viejo armiño;
de los caristios los fines;
de autrigones examines
son tres lindes que escudriño.
La Puebla de Arganzón guiño
proporciona a los latines
de Treviño, a dos violines.
Suena Condado en aliño.

Para Castilla, Treviño.
Várdulo, caristio, autrigón,
todo es castellano son.
Mas Castilla en recesión;
el poder la ha en desaliño.

Juan Pablo Mañueco

Vídeo general

miércoles, junio 17, 2020

COMPARTIMOS GRATIS Ávila

COMPARTIMOS GRATIS


Hola Amigos: 

Tengo el gusto de presentaros algo que se me ha ocurrido: la propuesta  #COMPARTIMOS#.

Se trataría de un sistema de solidaridad mutua entre los vecinos para casos concretos de necesidad, desde las más leves a las más acuciantes.

 El hecho de que nuestras autoridades estén desbordadas y con pocas ideas no impide que podamos hacer cosas en beneficio de todos.

 Sería interesante utilizar el hall de entrada del portal de los edificios  como un lugar donde colocar carteles donde expongamos nuestras necesidades u ofrecimientos de ayuda a los vecinos sin compromiso ni contraprestación.

El bloqueo que estamos sufriendo los ciudadanos, y que ya se está haciendo notar en nuestra vida cotidiana al faltar repuestos, herramientas, alimentos, o incluso ante la ineficacia de aparatos que se han ido averiando y que nadie viene a arreglarlos, hace necesario poner en la mesa soluciones que permitan hacer más llevadera la situación que nos está tocando vivir. La elección está clara: o continuamos con el individualismo que durante un largo tiempo de prosperidad ha sido tónica imperante, o pasamos a vivir un tiempo de mayor solidaridad y fraternidad para, juntos y unidos, seguir adelante con el menor desgaste posible.

Por eso proponemos esta iniciativa que hemos llamado #COMPARTIMOS#. Al escribir  #COMPARTIMOS#  en los carteles que pongamos en el portal de nuestra casa, entenderemos que se trata de un sistema de ofrecimientos o de petición de ayuda sin dinero de por medio, ni trueques de ningún tipo. Este es un sistema basado en una absoluta gratuidad, sin ánimo de lucro, sin pretensiones económicas de ningún tipo y sin poderse exigir compensación alguna. En esta relación no habría ningún intermediario, sino tan solo  el entendimiento directo entre los propios vecinos.

La manera de llevarlo a cabo podría ser la siguiente (aunque todas vuestras propuestas serían bien venidas, pues se trata de un asunto de todos). Se colocaría un cartel en la pared del portal (hall) donde se especificaría la petición u ofrecimiento, el piso que lo solicita y abajo la palabra #COMPARTIMOS# (o una la silueta de un corazón alrededor). Para evitar el contacto directo (mientras sea necesario mantener las precauciones por Coronavirus), el vecino que se interesase por el asunto no iría directamente a la casa del anunciante, sino que hablaría por el portero automático o por teléfono, o, si acaso, hablando a través de la puerta, estando ésta, en todo caso, siempre cerrada. Si se tratase de un objeto para ofrecer, la persona que lo ofrezca lo limpiará previamente con una bayeta con detergente y lo dejaría ante la puerta del domicilio de su vecino, llamará al timbre y marchará sin más contacto. El vecino que reciba el objeto lo tratase de un objeto común para toda la comunidad, cada vecino deberá limpiarlo limpiará de nuevo pasando luego  a utilizarlo. El proceso de vuelta será el mismo que el de ida, realizándose las labores de limpieza e higiene ya señaladas. Si se al recibirlo y al devolverlo.

Evidentemente siempre habrá personas que abusen, pero la gente normal no es así. Muchas personas reticentes al principio, dejarán de serlo al ver los efectos beneficiosos y solidarios que la generosidad lleva consigo.



DE DÓNDE PROCEDEN ESTAS SUGERENCIAS:

Esta forma de vivir, basada en el compartir y en el trabajo en comunidad,  ha existido en Ávila, Castilla y TODA  España de toda la vida. Yo no sé si en el mundo exista ya este sistema; posiblemente lo haya en algún lugar recóndito. Pero a mí la inspiración me ha venido de estudiar los cuadros de Guido Caprotti, pintor italiano que al enamorarse de Castilla decidió establecerse en Ávila. Sus cuadros muestran  cómo la supervivencia y el bienestar de los hogares abulenses radicaba en una sana y generosa convivencia con los vecinos. La solidaridad y la unión que se vivían en España  no tenían parangón en toda Europa. Lo que impresionó a Caprotti ( y que plasmó en “cientos” de cuadros), lo que él conoció en primera persona en Ávila, fue el último reducto de una ciudad generosa en la que la gente, especialmente la de clase humilde, ayudaba al vecino sin pensar en trueques ni en compensaciones económicas; donde todo se compartía, donde las puertas de las casas permanecían abiertas todo el día (cosa que ha sucedido hasta hace apenas 30 años). Hemingway ratifica esta opinión al hablar de igual modo de la gente de la comarca de Barco de Ávila.

Esta iniciativa puede salir desde Ávila, una ciudad tan respetada por todos los españoles; y con nuestros comentarios, difusión y puesta en práctica podría llegar a todo el mundo.



No sería la primera vez que Ávila saca las castañas del fuego a España y al mundo. No tenemos más que recordar cómo una abulense, Isabel la Católica, al unificar España, acabó con las guerras intestinas que asolaban la Península Ibérica,  creando el primer estado de derecho de su tiempo. Recordemos  cómo otra abulense, Santa Teresa de Jesús, fundó la primera orden religiosa que llevó a cabo una reforma contra la corrupción que reinaba en el clero de toda Europa,  sirviendo de ejemplo su talante igualitario y democrático para todas las demás órdenes.  También tenemos un Adolfo Suarez que, con sus colaboradores abulenses, supo hacer la más difícil de las reformas pacíficas de su tiempo.

Ávila está ahí, para el Mundo.

Si queréis, haced sugerencias, pues entre todos podemos y debemos enriquecer esta iniciativa, pues todo lo dicho no deja de ser más que un borrador.