jueves, marzo 11, 2010

Carta de Comunidad Castellana a los ayuntamientos de la provincia de Guadalajara (1980)

Carta de Comunidad Castellana a los ayuntamientos de la provincia de Guadalajara


Señor Alcalde, señores Concejales, estimados amigos:

Por parte de algunas formaciones políticas, los Ayuntamientos de la Provincia de Guadalajara se verán solicitados para que adopten acuerdos en el sentido de adherirse a la llamada autonomía de «Castilla-La Mancha.

Desde su posición independiente, regionalista y guadalajareña, Comunidad Castellana desea dirigir, una vez más, a nuestros Ayuntamientos una palabra que, con el máximo respeto a los municipios de la provincia y a su libertad de criterio, pueda contribuir a iluminar y clarificar el tema, evitar cualquier posible confusión y un perjuicio muy grave para nuestra tierra.

A nuestro juicio “Castilla - La Mancha” es una invención falsa, carente de autenticidad: Es falsa esa supuesta región en la que se mezclan y confunden dos pueblos, el manchego y el castellano, negando a cada uno de ellos su propia identidad. Es falso el procedimiento utilizado para configurarla; simple decisión de la clase política, sin consulta popular. Y es falsa la autonomía ofrecida, que se reduce a organizar una nueva división territorial, juntando por decreto las provincias manchegas y algunas provincias castellanas para dar lugar a otro organismo artificial, más grande que la provincia, con más autoridades, burócratas, puestos, sueldos, gastos, etc., y en el que el viejo centralismo de Madrid se verá simplemente sustituido por otros centralismos que pasarían a administrar nuestros asuntos, los asuntos de la provincia de Guadalajara.

Basta leer la prensa para darse cuenta de lo artificioso del intento. No se trata de favorecer el despertar de la conciencia regional de La Mancha y de Castilla, dos pueblos a los que se les ha escamoteado el derecho a constituir cada uno su propia entidad regional. Se trata tan sólo de organizar un territorio, al exclusivo servicio de intereses económicos y políticos, aunque no haya razón histórica ni social ni en realidad tampoco económica que lo justifique; y se trata de dividir a Castilla, troceándola.

En lo que a Guadalajara particularmente se refiere, se la trata de separar de lo que durante siempre ha sido su entorno natural. En efecto; muy grande ha sido y es la relación de Guadalajara y sus gentes con Segovia (provincia con los que, queramos o no, hemos de afrontar juntos muy serios problemas), Soria y Madrid. Y se le trata de negar su castellanía, cuando ésta no sólo es innegable, sino que está presente en todos y cada uno de los pueblos de la provincia.

Especialmente es grave para nuestra provincia la separación de Madrid, provincia con la que tantos lazos económicos y sociales nos unen. Se nos argumenta que no disfrutaremos más que de ventajas con esa separación. Pues bien, Comunidad Castellana cree lo contrario; y ello a pesar de que entienda que Madrid capital debe tener un tratamiento específico. Y lo cree porque más desventajas de las que ya tenemos no podemos tener (trasvase, nucleares desertización, etc) y esas desventajas no se van a remediar por la sencilla razón de que es imposible en la práctica que, por ejemplo, se desmantelen las centrales nucleares o se prohíba a los madrileños edificar chales en nuestros pueblos, pueblos que, por otra parte, en muchos casos son los suyos, pues en gran número los madrileños que según nos dicen “inundan” nuestra provincia no son más que guadalajareños emigrados, tristemente emigrados.

Y es muy grave que nuestros hijos tengan que ir a estudiara una Universidad lejana cuando tenemos una a veinte minutos de la capital, y es muy grave que los recursos de nuestros pleitos hayan de ir a ventilarse a Albacete, cuando se han ventilado desde siempre en Madrid y no hay antecedente histórico alguno en sentido contrario, a más del aumento considerable en los costos que ello traerá consigo.

Y lo mismo cabe decir de los problemas sanitarios, de aprovechamiento forestales y política agraria en general, siendo un mero subterfugio la afirmación que hacen algunos partidarios de la inventada región de que para esos problemas Guadalajara tendría un tratamiento especial, ya que si para los principales problemas de la vida diaria Guadalajara no se verá incluida en la región, lo más lógico es que no entre en ella, pues lo único que hará será sufragar sus costos, pero sin disponer de sus servicios.

Lo que se nos ofrece con “Castilla-La Mancha”, es entrar en un nuevo y absorbente centralismo, que alejaría de Guadalajara los centros de poder y gestión y contribuiría, muy gravemente a la despersonalización y decadencia definitiva de nuestra tierra.

En la situación actual, estimamos que la prudencia aconseja a los guadalajareños permanezcamos en nuestra propia identidad. Que la provincia de Guadalajara 'se abstenga de ingresar en ese ente, extraño a ella, donde los que pueden más que nosotros tienen tanto interés en meternos. Que se mantenga la identidad provincial, reivindicando la autonomía que a la provincia reconoce la Constitución, que se potencie nuestra Diputación Provincial reclamando del Estado cuantas atribuciones y competencias sea posible desarrollar aquí, eficazmente, a nivel de los guadalajareños. Que se recuperen por los Ayuntamientos la autonomía y los recursos que necesitan para el cumplimiento de sus fines y el mejoramiento de la vida material, social y cultural de las poblaciones de la provincia.

Para ello, en el confusionismo y oportunismo del presente, hemos de oponernos a todas las invenciones que tiendan a anular o disminuir la identidad de Guadalajara y su profunda castellanía y, en definitiva, las posibilidades de que nosotros mismos podamos regir los asuntos de nuestra colectividad.

La provincia, las tierras, y el pueblo de Guadalajara están por encima de los partidos políticos. Es el pueblo, es decir, toda la comunidad de Guadalajara, la que tiene que contar y su interés el que debe prevalecer, frente a cualquier otro. Desde esta perspectiva, Comunidad Castellana que como entidad apartidaria no aspira a ninguna clase de poder político, se dirige atenta y respetuosamente a los Ayuntamientos de nuestra provincia y les ruega que no adopten acuerdo de incorporación a ,Castilla-La Mancha»; que se abstengan de tal acuerdo y desestimen cualquier solicitud que se les pueda dirigir en tal sentido.

Con este motivo, cordialmente, les saludamos con todo respeto y afecto,

COMUNIDAD CASTELLANA
CONSEJO DE GUADALAJARA

Guadalajara, 12 de noviembre de 1980

Castilla nº 11 enero 1981

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola amigos,

he leido en un libro de ANselmo Carretero que las provincias del sur de Castilla (Guadalajara, Madrid y Cuenca) fueron separadas del reino de Castilla y anexionadas al de Toledo al final del tiempo de los Reyes Catolicos. O sea, debio ser a principios del siglo 16.

Pero no he encontrado ningun dato mas. ¿sabeis vosotros en que año ocurrio esta desgracia? - o si conoceis algun otro detalle sobre este suceso.

muchas gracias.

Enrique dijo...

El reino visigodo de Toledo, posteriormente taifa de Toledo, fue incorporado a la corona de Castilla tras su conquista por Alfonso VI en 1085, y ahí permaneció.