domingo, marzo 10, 2024

Burgos, ¿de cabeza a cola de Castilla? José María Codón (RAH)

Burgos, ¿de cabeza a cola de Castilla? José María Codón (RAH)


Burgos, ¿de cabeza a cola de Castilla?

A finales de los años 70 se estaba configurando, sobre todo en las regiones del interior, el mapa autonómico, reflejado en la Constitución de 1978, aunque finiquitado algo después, a principios de los años 80.


Aquella hubiera sido la oportunidad para que la provincia de Burgos, a la vista de que decididamente sus limítrofes provincias de Santander (alias “Cantabria”) y de Logroño (alias “La Rioja”) rechazaban de plano integrarse en Castilla y León, hubiera recapacitado y seguido un camino propio y similar, al margen de la amalgama castellano-leonesa-(vallisoletana).


Es aventurado decirlo ahora, pero en tal caso, con un Burgos individualizado al modo de Santander y Logroño, muy probablemente las Cortes hubieran reagrupado a las tres provincias en una sola comunidad (por ser Burgos puente y nexo entre “Rioja” y Cantabria”), y así, aunque de rebote, se hubiera constituido la Comunidad de Castilla la Vieja (o como se hubiera querido llamar y con su capitalidad pactada). A la cual se hubiera añadido Soria por motivos geográficos evidentes. (Nunca hubieran sido concebibles como tres distintas comunidades autónomas limítrofes, artificiales y ridículas).


Desde este punto de vista, no tanto habría habido un problema de "peculiaridad" cántabra y riojana, como de obcecación burgalesa a difuminarse en Castilla y León.


En definitiva, si el Burgos tradicional que tanto poderío y abolengo histórico tuvo, ha venido perdiendo significación, a nadie ha de culpar más que a sí mismo, por empecinarse en esa artificial “Castilla y León” tanto más extensa cuanto más castradora de sus provincias.


 

Artículo del señor J. M. Codón cuando hasta llegaba a rumorearse que el pueblo de Tordesillas (Valladolid) cercano a la simbólica aldea de Villalar de los Comuneros, era una buena opción para la capitalidad castellano-leonesa...



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Burgos, ¿de cabeza a cola de Castilla? (José María Codón)


TRANSFORMAR a Tordesillas en capital de Castilla y León, no sólo es un error histórico sino un imposible jurídico y práctico, es el germen atípico de la descomposición de las regiones leonesa y castellana, que integraron la Corona de Castilla. Volveremos sobre las razones de esta sinrazón. Si se consuma tal absurdo ser el «FinisCastellae» y por lo tanto el «Finis Hispaniae».


«¿Callaremos ahora para llorar después?» No luchemos, para que no asistamos a otro solsticio de verano tan amargo como el que se presenta, yendo a hincar los hinojos «y el corazón rogando» ante el cadáver o la piltrafa de Castilla a la luz de dos cirios góticos, rompeolas de eternidades que son las agujas de la catedral. La decadencia es la penitencia bíblica de los sumisos. Recordemos la imprecación de Jeremías en el Salmo 22 «Super flumina Babilonis», sobre las ciudades, culpables «desventurada ciudad de Burgos»... si seguimos como hasta ahora.


Pero no. Arriba el ánimo. «Burgos y Castilla en pie.»


Es hora de que no vuelva a repetirse lo sucedido en el penoso rosario de desmembraciones, logradas o fallidas y frustraciones burgalesas: La Audiencia Territorial, Treviño, Arzobispado, Universidad, Santander, Logroño y Segovia.


Burgos ha estado en tales ocasiones sola, indefensa y desasistida por las estructuras competentes (salvo honrosas excepciones) y sólo defendida por el clamor popular encauzado por algunas entidades culturales y profesionales y una guerrilla de periodistas y escritores. Y así nos ha ido: nos quitan todo y no nos dan nada.


No se trata ahora de perder una institución o un servicio. Castilla se juega la cabeza, la testa rectora, «el Caput», derecho adquirido a través de once siglos de haberes cumplidos. Y no solamente es el fuero. Irían desfilando todas las instituciones regionales que tienen su razón de estar en la cabeza.


¡Por Dios,... corporaciones, instituciones y parlamentarios! Esperamos una declaración enérgica y una acción rápida. Ya hace cuatro años que las vecinas oligarquías de la C. del Duero, en libros y medios audiovisuales, recabaron la capitalidad. Lo refleja el Atlas Geográfico de Aguilar, 1979: «Burgos, Cabeza y Corte de Castilla, la primera en la Voz y en la Fe, todavía en 1979, sin Universidad. Bella Ciudad, Cabeza de Castilla hoy controvertida, a pesar de la actividad de su Colegio de Abogados. »


En ninguna época de toda la historia de España se le ha ocurrido a nadie cercenar la cabeza de Castilla: Ni en las monarquías, ni en las repúblicas, ni en las regencias, ni en los regímenes autoritarios.


Coordenadas de tiempo, esa Historia y de espacio revelan el absurdo: Ninguna de las demás regiones españolas se han decapitado ni ha perdido una sola provincia.


Y es que la organización natural e histórica de Castilla no puede pactarse ni negociarse. Es inalienable y no está en el comercio de los hombres.


¿Qué quiere decir la «Primera en la Voz y en la Fe»? Que durante siete siglos hasta 1830, Burgos llevaba el papel decisivo en la función legislativa: «Fable Burgos primero» y podía convocar Cortes extraordinarias. ¿Qué significa «Cámara Regia»? Que era corte gubernativa y sede del poder judicial.


Cuando vino el centralismo traído por los mismos ideólogos que ahora están haciendo el «descentrismo», conservando Burgos la primacía de Castilla, en todos los decretos y leyes decimonónicos, y de 1900 para acá, en la práctica se le reconoció en la Asamblea de 1918 y en los Milenarios de 1943 y en el de 1970.


Incluso en el Decreto Ley de Preautonomías de 1978 siguen agrupadas las seis provincias de Castilla la Vieja y las cinco de León.


Lo que se hizo es, estructural mal, como han dicho Segovia y Guadalajara y ahora se ve diáfanamente claro.


No se siguió el modelo de la Castilla histórica utilizado con la desastrosa desamortización política de 1833: Entonces tenía la Corona de Castilla y treinta y seis provincias, agrupadas en dos reinos: El reino de Castilla y el reino de León. Era bicéfala en principio, y con tal eficacia que la bandera cuartelada de los castillos y leones, puede verse aún en toda América y en buena parte de Europa.


En la declaración de Sepúlveda, de hace poco más de un mes acordamos los juristas castellanos que Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Avila, constituyan una jurisdicción territorial, con capitalidad en Burgos. Es lo sencillo. Es lo geográfico. Es lo histórico, y León por otra parte, formando una estructura distinta, aunque unida por lazos familiares, y con Castilla, amigables, identificadas en la unidad de España.


Desde antes del año 884, cuando la ciudad de Burgos (Brigo), se asentaba en parte en la Nuez de Abajo, en el siglo I ya tenía rango capitalino.


Este es un tema sugerente. Vamos hacia el XI Centenario de la ciudad. ¿Lo celebraremos de luto, mientras nuestros nietos recitan de carrerilla «España, su capital Madrid», «Burgos, su capital Tordesillas»? Algún satírico amargo puede decir: «¡Qué tomadura de pelo, al Conde Diego Porcelo!»


Hablando más en serio, no nos dejemos seducir por las dos musas de la derrota: La inmovilista de la comodidad y la temblorosa musa de la cobardía.


José María CODON


(“El Alcázar, 9-VII-1981)


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