
PIOZ 
      Un castillo de llanura  
      La historia de Pioz es muy escasa en acontecimientos. Perteneció esta 
      pequeña aldea, desde los años finales del siglo XI en que posiblemente se fundó 
      tras las iniciativas castellanas de repoblación, al Común de Villa y Tierra de 
      Guadalajara. El de Pioz es un castillo de llanura, dominante de amplios 
      horizontes y visto a su vez desde lejanas posiciones en la plana meseta de la 
      Alcarria. Se encuentra rodeado de un hondo foso que los siglos han ido 
      rellenando. Por la parte meridional, tenía la entrada habitual y principesca: dos 
      machones cilíndricos fuera del foso servían para que apoyara el puente de 
      madera, levadizo, que se dejaba caer desde el correspondiente hueco abierto en 
      la barbacana de la fortaleza. Por la parte septentrional, una estrecha puertecilla 
      a modo de poterna permitía la entrada, o salida, del castillo directamente sobre 
      la profundidad del foso. Es el mejor acceso hoy para entrar a la fortaleza. El 
      muro externo de la fortaleza es enormemente grueso, construído en escarpa 
      poco pronunciada, que ha sufrido con mayor crudeza el expolio de sus piedras. 
      Culmina en muralla poco elevada, con almenas y adarve al que se accedía por 
      escalerillas desde el camino de ronda. Se completa con torreones esquineros 
      cilíndricos en los que podían albergarse piezas de artillería. El recinto interior es 
      de planta cuadrada, con altos muros lisos en los que, a la altura de los pisos 
      interiores, se abren algunos ventanales amplios. El resto del paramento solo 
      tiene estrechas saeteras. En las esquinas del castillo se alzan torreones de 
      planta cilíndrica, rematados en leve moldura. En la esquina noroeste se alza la 
      torre del homenaje, de irregular planta, cuadrada por un lado y circular por otro. 
      Para entrar en esta torre, debía hacerse a través de otro puente levadizo, de los 
      de tipo de brazo con contrapeso y eje central, complicado sistema que hacía 
      muy segura la torre, a la que luego debía aún ascenderse a través de escalera 
      de caracol interior.  
      HISTORIA 
      Siendo de señorío real, hasta que mediado el siglo XV, el rey Juan II de Castilla 
      entregó el lugar en dote a su hermana Catalina, cuando ésta casó con su primo, 
      el infante de Aragón don Enrique. Pero este mismo Rey, pocos años después, 
      se lo quitó alegando que su cuñado le movía guerra, y lo entregó en donación 
      generosa a su afecto cortesano don Iñigo Lopez de Mendoza, primer marqués 
      de Santillana. A la muerte de éste en 1458, pasó a su hijo predilecto, el que 
      fuera gran Cardenal de España, don Pedro Gonzalez de Mendoza, quien 
      enseguida inició la construcción de un castillo, en el que muy posiblemente 
      deseaba plasmar las ideas que sobre castillos palacios tenía recibidas de Italia. 
      En 1469 el entonces obispo de Sigüenza propuso al noble castellano Alvar 
      Gomez de Ciudad Real un trato, consistente en el cambio de su villa de Pioz 
      con el iniciado castillo, los lugares de El Pozo, los Yélamos y algunos otros 
      enclaves de la Alcarria, por la fortaleza y villa amurallada de Maqueda. Aceptado 
      en trato Pioz pasó a las manos de la familia de los Gomez de Ciudad Real, que 
      continuaron la construccion del castillo, completándole tal como hoy lo vemos 
      en los años finales del siglo XV. Ruinoso después, hoy ha sido adquirido por el 
      pueblo para proceder a su restauración y uso público.
domingo, noviembre 30, 2008
PIOZ
Etiquetas:
Castillos,
Guadalajara
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