jueves, agosto 07, 2008

Gracia y desgracias de Castilla la Vieja. Ramón Carnicer (8) Gacería de Cantalejo

Conoce al dedillo los dos cuadrantes superiores de la península y maneja aún la ya decadente gacería, jerga de los vendedo­res ambulantes de Cantalejo. Le interrogo acerca de ella, y mientras Moreno nos va trayendo vino, me explica lo que un pedagogo en estas materias llamaría vocabulario fundamental o básico: ura (agua), bayarte (vino), artón o levan­te (pan), cortoso (cuchillo), cortoso sierte (cuchillo de mesa), trincheiro (tenedor), urdalla (carne), zuzón sierte (jamón), triunfas (patatas), posa o poya (sal), pule urniaco (plato so­cio), pule atrevido (plato limpio), misir (comer), piplar (be­ber), regoso (tabaco), botafumairo (cigarrillo), bayuca (ta­berna).

-¿Y cómo dicen ustedes hombre y mujer?

-Hombre es man; y mujer, siona. Los niños son garcines. Dormir es somiar o soinear; y cama, piltra. En las ca­mas de los tiempos viejos no era raro encontrar alguna pi­cosa pitoche, que es pulga; y menos mal, porque aún eran peores los piojos o guilfos. Pero no había más remedio que pasar por todo para ganarse la peseta, que es bea o pilona; al dinero en general le llamamos moroza o pinarra; y las monedas son las sienas. -Luego, alzando la mano derecha-: Esto es pota, y en vez de dedo decimos potin.

-¿Y cómo se llama a lo bueno y a lo malo?

-Bueno es sierte; y malo, gazo. Al hablar se le puede llamar de dos maneras: falar y garlear, y el teléfono es el sonoso. Al cura le llamamos merche; y al guardia, sinífero. -Bajando la voz y haciendo bocina con la mano-: Y el trabajo que se hace en la cama con una mujer es pinar.

Carcajea fuerte el de Cantalejo, lo cual atrae la atención de los clientes de la mesa contigua, más sosegados ya. Aún le pregunto:

-¿Y cómo son los números?

-Hay pocos números: guaje (uno), arba (cuatro), salva (cinco), guaque (seis), cas (diez), pota (veinticinco), pápiro (mil) y mogullón (cinco mil).

El vocabulario se amplía e ilustra con las explicaciones y cuentos de Antonio de la Flor.

Ramón Carnicer. Gracia y desgracias de Castilla la Vieja .Pp. 392



-Pues esto era la provincia de Segovia en aquellos tiem­pos, una verdadera Cataluña industrial. Si usted la recorre ahora, y veo que lo está haciendo, se dará cuenta de que Cantalejo es lo que más se le aproxima. Trilleros, ganaderos, muleteros y vendedores de todo lo habido y por haber, salían y salen de Cantalejo a las ferias y mercados de toda España. Y si una cosa se viene abajo, los trillos, por ejem­plo, en lugar de ponerse a llorar y a pedir cuartos al Go­bierno, inventan otra cosa, como está pasando con la cría de cerdos y terneros. Aquí no se achica nadie ni nadie emigra para hacerse carne de cañón de los fabricantes de Madrid, Barcelona o Bilbao, respirar basura, vivir en pisos como grilleras, malcomer, maldormir y acabar hechos una porquería, exprimidos como un limón. Bueno, pues para todo aquel trajín de ir y venir por toda España, para comunicarse y animar los tratos sin que los demás se ente­raran, inventaron los de Cantalejo la gacería. La base de ate lenguaje, según parece, y así lo cuenta don Gervasio Manrique, fue obra de los trilleros y ganaderos que acam­paban en las afueras de los pueblos, donde también acampa­ban otros negociantes: gitanos, húngaros, buhoneros, gua­rreros y chalanes, con quienes volvían a encontrarse en otras ferias y mercados. Hay quien sostiene que la gacería es de origen francés, porque, según cuentan, la industria de los trillos y la compraventa de animales las empezaron unos franceses emigrados cuando la revolución de su país, pero esto no tiene mucho fundamento porque, como dice don Gervasio, en la gacería hay pocas palabras francesas. Recuerdo ahora dos: sien, que es perro, y maire, alcalde. Abundan más las palabras del caló, como diñar, que es ma­tar o morir; piltra, cama; pinreles, pies; guilfos, piojos. De lo que llaman germanía, recuerdo man, que significa hom­bre. Del gallego tiene usted botafumairo, cigarrillo; falar, hablar; pousar, que es dejar o prestar; y acaso cedo, tem­prano o pronto, aunque esta palabra se encuentra también en el castellano antiguo. Del catalán dicen que es (usted lo sabrá mejor) monchetas, alubias, y misir, de minchar, co­mer. Hay también palabras del vasco, entre ellas, dicen, mandorro, asno, y ura, agua. Al parecer, los números uno y cuatro, o sea, guaje y arba, son árabes, y también jaima, que quiere decir iglesia. Del griego, según los entendidos, viene artón, con el que nombran el pan, y sinífero, que es tanto como genízaro y significa guardia, pero otros dicen que viene del latín signifer, el que lleva la bandera. Y gente muy entendida asegura que garcía, con que nombran el tato, viene del ibérico. Hay un montón de formas familiares o vulgares castellanas: antiparras, guipar, mollera, piplar, mosco (para decir un duro). Algunas palabras de la gacería son derivaciones arbitrarias de otras castellanas. Por ejem­plo, de «sonar» tiene usted sonaires, narices; sonosa, arma de fuego; sonoso, teléfono; por este estilo, llaman mordiosos a los dientes, tisnera a la sartén, cortosa a la navaja, huese­ra a la fosa del cementerio y picosa a la cebolla. Otras son comparaciones más o menos cómicas. Así, gusanera es la cárcel y carlista el gallo, mamones los labios y redonda la sandía. A veces desfiguran palabras castellanas cambiando el orden de los sonidos; para decir cribas, por ejemplo, dicen brica. Después, por convencionalismo o a cuenta de un hecho del que nadie tiene memoria, pueden decir: «Se ha presentado Casimiro». ¿Qué cree usted que significa esto?

-¡Quién sabe¡

-Pues que se ha echado a perder un plan o proyecto. A menudo, los gestos y guiños de quien habla dan su toque a lo dicho.

-¿Y la morfología y la sintaxis?

-Sigue las del castellano. La gacería se compone sobre todo de sustantivos, con pocos verbos, y pocos adjetivos también. Para que tenga usted una idea le diré dos o tres frases del trabajo de don Gervasio Manrique: La urdalla es sierte (La carne es buena), No garlees, que atervan la prosa (No hables, que entienden la conversación).

Op. Cit. Pp. 438-440

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Dormir es 'somiar' o 'soinear'" está mal copiado del original: "Dormir es 'somiar' o 'sornear'".

CHUSÉ.

Anónimo dijo...

En: "Esto es 'pota', y en vez de dedo decimos 'potin'.", debe escribirse, según el original, 'potín'.

CHUSÉ

Anónimo dijo...

En: "Del gallego tiene usted 'botafumairo', 'cigarrillo'", en el orginal dice 'butafumairo'.

CHUSÉ

Anónimo dijo...

En: "Y gente muy entendida asegura que 'garcía', con que nombran el tato, viene del ibérico." hay una errata: no es 'tato' sino 'gato'

CHUSÉ