martes, octubre 03, 2006

La cultura .el Idioma 3 (A. Carretero, El Antiguo Reino de León)

LA CULTURA. EL IDIOMA 3

Ya hemos visto que, cuando la Tierra de Campos estuvo dividida entre Castilla y León y Alfonso VIII ocupaba la parte oriental, este rey castellano estableció en Palencia un estudio, lo que impulsó a su primo Alfonso IX de León a crear la Universidad de Salamanca para que sus súbditos no tuvieran que salir a estudiar fuera del reino. En el año 1240, Fernando III ordenó el traslado de los estudios de Palencia a Salamanca, «para agradar a los leoneses» (10).

La Universidad de Salamanca, en sus orígenes señaladamente leonesa, se convirtió así desde el reinado de Fernando III en leonés-castellana. Hoy, eso de «la gloriosa Universidad Castellana de Salamanca» es un tópico tan arraigado, y tan falaz, como el «de la inmensa llanura de Castilla la Vieja».

Alfonso X obtuvo del Papa en 1255 que Salamanca fuera uno de los cuatro estudios generales de la cristiandad, al lado de los de Oxford, París y Bolonia. Del Papa Martín V recibió en 1422 las constituciones definitivas. De acuerdo con ellas, la elección del rector se hizo durante siglos alternativamente: un año de León y otro año de Castilla (pero nunca vecino de Salamanca) (1 1).

Fernando III, por lo menos desde que tomó posesión del gobierno de Galicia en el año 1232 (de jubileo compostelano), se había aficionado a la poesía gallega. Es sabido que pasó parte de su niñez en Galicia, pero no se sabe si entonces aprendió el gallego. Fernando no volvió a vivir en Galicia, pero en su corte se cultivó la lírica gallega. Poetas gallegos y portugueses escribieron para ella cantigas de amigo. Solía llevar poetas en su séquito, incluso en sus campañas militares, alguno de los cuales fue también guerrero y recibió heredades en tierras de Sevilla. Su hijo Alfonso el Docto dice que Fernando apreciaba a los «omes cantadores et sabiéndolo él facer», y que le gustaba oír a juglares que supiesen tocar instrumentos y entendía quiénes lo hacían bien y quiénes no.

En el reinado de Fernando III se desarrolló el cultivo de la música, y adquirió importancia el organista y maestro de música de las grandes iglesias.
El crecimiento de las ciudades de la corona de León, que ya había sido grande en la época de su padre, Alfonso IX, continuó en el reinado de Fernando III; y con él, el cultivo de las artes y el desarrollo de la cultura en general, favorecido por el abundante comercio e intercambio de objetos y saberes en el camino de Santiago, frecuentado por peregrinos y mercaderes ultrapirenaicos.

La influencia cultural y política de Galicia en el País Leonés había sido muy grande, hasta el punto de que en el Andalus y en Castilla se solía llamar gallegos a todos los súbditos de la corona leonesa. Los reyes leoneses tenían la costumbre de educar a sus hijos en casa de algún magnate gallego muy cercano al trono. Recordemos que el mismo Fernando pasó en Galicia los primeros años de su infancia.

A pesar de los gastos apremiantes originados por las campañas militares de la Reconquista y la posterior repoblación en los países de la corona leonesa y de la castellana, se hicieron muchas obras durante el reinado de Fernando III. En tierras de León, aunque con menos actividad que en Castilla, se continuaron las obras catedralicias. En la de León se trabajaba asiduamente, la de Santiago estaba terminada y la de Ciudad Rodrigo alcanzaba la parte más alta. Se buscaba en las grandes iglesias mayor amplitud y más luz mediante vitrales. Al mediar el siglo XIII está en su apogeo el estilo gótico.

Continúan también las construcciones menos costosas de ladrillo en tierras como las de Sahagún, donde falta la piedra y ésta es muy cara, lo que dio origen a la arquitectura morisca, de que son destacados ejemplos las iglesias sahagunesas de San Tirso y San Lorenzo.

Los eclesiásticos seguían escribiendo en latín sus documentos y sus libros; pero al comienzo del reinado de Fernando III el romance castellano ya había avanzado hacia el País Vasco y Navarra y mucho más por el sur, al compás de la Reconquista militar, por toda la Castilla meridional hasta Toledo y Cuenca y más al sur por tierras del reino toledano. Por el occidente había entrado en la Tierra de Campos, favorecido por la ocupación de su parte oriental por Alfonso VIII. Al final del reinado de Fernando III aún no había llegado a las actuales provincias de León, Zamora y Salamanca. El leonés se seguía hablando desde Gijón hasta la raya de Andalucía y desde la movediza frontera idiomática entre Castilla y León hasta la leonesa con Galicia y Portugal. El castellano se empezaba a utilizar en la corte real, en las familias de la nobleza que hasta entonces habían hablado leonés, y entre las personas cultas para obras literarias.

El castellano comenzó a tener carácter oficial cuando Fernando III ordenó que se tradujera el Fuero Juzgo al romance para que fuera ley común de Andalucía, orden que corroboró su hijo Alfonso al mandar que el canciller del rey supiera «leer e escribir tan bien en latín como en romance».

Sobre los límites geográficos entre el castellano y el leonés encontramos datos muy interesantes en el estudio lingüístico que del Fuero romanceado de Sepúlveda hizo Manuel Alvar (12), a cuyo parecer la lengua de este fuero representa el estado lingüístico de Sepúlveda en la segunda mitad del siglo XIII. Los elementos no castellanos en ella más abundantes son los leonesismos, lo que puede explicarse por una penetración cultural del leonés, ya que la literatura leonesa era en ese siglo prestigiosa y abundante y León había tenido hasta entonces la hegemonía política. Si en un lugar tan castellano como Sepúlveda penetraban así los leonesismos, puede colegirse, coincidiendo con lo que la filología histórica muestra, que en la época de la tercera unión de las coronas de León y de Castilla la lengua de la Tierra de Campos era el leonés oriental.




(10) Diego de Colmenares, Historia de la Insigne Ciudad de Segovia..., T. 1, Cap. XXI -
(11) RafaelGibert, HistoriaGeneraldelDerechoEspañol,Granada,1968,pp.55-56.
(12) Manuel Alvar, Estudio lingüístico y vocabulario del Fuero romanceado de Sepúlveda, Segovia, 1979, p. 659.


(Anselmo Carretero y Jiménez. .El Antiguo Reino de León (País Leonés).Sus raíces históricas, su presente, su porvenir nacional. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid 1994, pp 426-428)

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