lunes, octubre 10, 2022

Democracia directa (Fernando Sánchez Dragó)

 

Fernando Sánchez Dragó (Madrid, 1936) es escritor. Ha sido en dos ocasiones Premio Nacional de Literatura. Ha ganado el Planeta, el Fernando Lara y el Ondas. Como periodista de prensa, radio y televisión ha hecho de todo en medio mundo. Ha sido profesor de Lengua, Literatura e Historia en trece universidades de Europa, Asia y África. Sigue en la brecha.

Democracia 

directa

10 DE OCTUBRE DE 2022

O lo que viene a ser lo mismo: sobran

 los intermediarios.

Estuve el domingo por la mañana en el

 festival, con aires y vuelo de romería, 

organizado por Vox. Un gentío. Una 

caminata. Una solanera. Un do de 

pecho. El calor apretaba, pero aún

 más lo hacía el desbordante 

entusiasmo de la gente y la emoción

 transmitida por las intervenciones de

 quienes, cumplido ya el mediodía, 

pronunciaron discursos cargados de

 tradición y, simultáneamente, de futuro

 desde una tarima cuyo telón de fondo

 proclamaba que España Decide.

Es hora, en efecto, de que lo haga. 

Ha llegado el momento de recurrir a 

un mecanismo previsto por la 

Constitución, pero olvidado, arrinconado

 y pospuesto una y otra vez por los 

representantes de la partitocracia y de

 la camastronería que de ella se deriva.

Pocos se atreven a decir que el

 

Gobierno va desnudo y que urge

 

derogar buena parte de sus infames

 

leyes

Sobra decir que aludo al referendo

dicho quede así, castellanizado, 

porque si dijera referéndum, tendría 

que decir, en plural latino, referenda,

 y eso sería una pedantería y una 

cursilada de erudito a la violeta. 

Un escritor puede ser cualquier cosa, 

menos cursi,

Fue Santiago Abascal quien cargó 

la suerte en su discurso de clausura

 y hundió el acero sobre la necesidad

 de someter a referendo las cuestiones

 palpitantes y pendientes que las 

triquiñuelas e intereses partidistas 

impiden resolver en el ámbito de ese

 cervantino retablo de las maravillas 

que es el Parlamento y en el que 

pocos, desafiando las consignas de 

la voz (no Vox) campante, se atreven

 a decir que el Gobierno va desnudo

 y que urge derogar buena parte de

 sus infames leyes y salir al paso de

 los gravísimos problemas por ellas

 suscitados que ya no admiten 

dilación, y que ni siquiera es preciso

 mencionar, con otras nuevas que

 los atajen.

De todo lo que ayer sucedió

 

en la gran romería hispanocrática

 

de Vox, y no fue poco, me quedo

 

con la lucidez de este alegato

 

a favor del referendo

¿Por qué sus Señorías renuncian a 

su papel de portavoces del sentir 

y el desear de quienes, con

 mansedumbre, santurronería o 

resignación, los eligen –es un decir–

 sometiéndose al trágala de las listas

 cerradas, y arrinconan, cercenan 

posponen sine die el derecho 

al referendo que está presente

por poner dos ejemplos que Abascal 

también citó, en países tan civilizados

 y de tan asendereada tradición 

democrática como lo son Italia y Suiza? 

La respuesta es evidente como

 evidente es la necesidad de que

 decida el conjunto del país en todo

 aquello que a la totalidad de éste

 afecta sin que su voluntad encalle

 en la concupiscencia de quienes

 entienden la política como una

 actividad de feriantes que sólo 

quieren aprovechar su statu quo 

para dar salida a sus mulas tuertas.

De todo lo que ayer sucedió en la

 gran romería hispanocrática de Vox

, y no fue poco, me quedo con 

la lucidez de este alegato a favor

 del referendo, de la democracia

 directa y de la reducción de 

intermediarios en la lidia de

 la política.

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