sábado, marzo 08, 2014

Joven Castilla o señora Castillesquieu


 

 

Un poema que, a la vez, es todo un programa electoral atractivo, basado en la ideología de las Comunidades de Villa y Tierra castellanas.

 

 

CANCIÓN DE LA JOVEN CASTILLA ó SEÑORA CASTILLESQUIEU (Son versos, pero también habla de la Revolución que enseñó Castilla al mundo, y de la esperanza que aporta para todos los pueblos del planeta)

 

 

 

 

 



Señora doña Castilla,
que brilla
en tu lengua y en tu Historia:
gavilla
a tu gente y dales gloria

de verte de nuevo unida.
La vida
de todos los castellanos,
mentida
por políticos insanos,

paracaidistas lejanos
que ignoran
tu menester, y devoran
los granos
de tierra que no valoran

debe cambiar. Sólo imploran
confianza
que luego traicionan. Lanza
contra ellos no la venganza:
desdén.

Y ven
a ti misma, democracia
organizada, no acracia
ni edén
en tu lar hay almacén.

Evoca
alguna de las medidas
que, unidas,
o sólo con la primera
ya diera
democracia verdadera,
y cuya ausencia coloca
a quienes no las tuvieran
en rumbo que la sofoca.

¿Primera?
Que el programa electoral
sumiera
al diputado social
en obligado cumplimiento
o se fuera,
dimitido
o suspendido
por juicio revocatorio al momento.

Sólo con esto, gobierno
actual,
incumplidor y mendaz
-cualquiera-,
iríase al bien ganado averno
ante el primer incumplimiento,
esencial.

Sólo con esto
ya empezaría a haber
veraz, concreta y leal
con su gente, electorado y pueblo
democracia real.

Mandaría el mandante
que es el pueblo soberano
y obedecería el mandatario
que es el representante,
por lo cual cobra, sirve y es pagado,
en puesto que habría de ser secundario
y según lo que se le haya mandado.

¿Segunda?
Limitación del tiempo del encargo.
Un año duraban tus electos cargos.
Pongamos ocho o cuatro
y ya no habría profunda
casta política que en el presupuesto hunda
a él y a toda su fecunda
familia política y natural.

¿Tercera?
Deposición inmediata
del diputado incumplidor o perezoso,
de sueldo, dieta, prebenda, pensión, tarjeta, becaria y momio sólo ansioso.

Nada de "señorías" irresponsables en su mandato.
Inamovibles, hagan lo que hagan o no hagan, de su escaño.
¿Del pueblo mercenarios?
Del pueblo subordinados
durante esos cuatro u ocho años,
a él y al programa supeditados.

¿Cuarta?
Todo ello implica un "poder" estable
que al diputado le impida ser inviolable
ante su cuerpo electoral.

Ni un sólo día.
Si fuese inmune durante cuatro años
ante sus electores,
en cuatro años se corrompería
de mil amores,
en más, en menos o en todo en sí mismo pensaría
-y en hacerse favores
de todos los colores,
y a sus valedores
y a sus seguidores-
y sólo ulteriormente se acordaría del electorado,
impotente, sin recursos, desarmado,
pasivo y depuesto de su presunta soberanía,
desde el mismo momento de haber votado
a sus señores,
prometedores,
pero incumplidores,
emperadores
y no servidores.

Anulado por el Sistema durante los cuatro años,
hasta que de nuevo le invite a ejercer un voto... dimisionario.

¿Y si cambiara entonces de partido y diputado,
única solución que da el Sistema a los desencantados?
El partido y diputado siguiente igual acabaría,
mirando por sus valedores,
favoreciendo a sus finaniadores,
trepando en pos de honores,
medrando para saciar sus personales fervores,
cobrando en plata y en especie por sus favores.

Lo que te he dicho no lo ignores,
que no son rumores,
sino bien exactos rigores.
Y tú mismo ya supones
los restantes pormenores.

El Sistema entero -corrumpente en sí mismo- lo corrompería,
porque está pensado para que hagan su santa voluntad las señorías,
y al poco tiempo también sus propios intereses y los de su partido prevalecerían.

Los próximos diputados -renovadores-, aunque su guía
inicial fuese cumplir -lo que ya es suponer- con la ciudadanía,
su buena voluntad poco a poco se deslizaría
y, al cabo, el mismo camino seguirían.

Son los pastores,
son los señores,
son los actores,
son los tutores
del Niño Pueblo
al que se comen.

Así llevamos, Régimen tras Régimen, en idéntica porfía
de promesas falsas y palabrería.
Pero ¿democracia?, sólo nominal.

Es el Sistema, diseñado entre, por y para las señorías,
y para deponer -deliberadamente- a la ciudadanía
lo que impide toda real democracia
y da paso a una aristocracia
u oligarquía
que gobierna entre, por y para su propia casta política,
por su falacia
y para nuestra desgracia.
Por eso, después de las urnas
se calza las coturnas
y de ti se espacia.

Y también basado en otra -otra más- falsía,
decir que los que se oponen al Sistema aristocrático
son Antisistema, y no Antiaristocráticos,
por democráticos, por verdadera y realmente democráticos.

O siquiera un poquito democráticos.
¡Una brizna de democracia, por favor,
con eso nos conformamos,
hoy por hoy!
Aunque debiéramos quitarle el cayado entero,
al menos es lo que yo considero,
y ponerle a nuestro servicio verdadero,
autonombrado señor pastor.

Humanos:
sed reidores,
sed guiadores,
sed directores,
de democracia posible portadores.
No con tu voto inútil su sistema decores
hasta que no mejore.

Un poquito de democracia además del voto deponente
y, por añadidura, intrascendente,
¡que al menos el
programa sea vinculante,
si no en todo, al menos en alguna cosilla interesante,
y así el voto vivirá más de un instante!

El partido que sólo esto poquito de arriba prometa y haga
te traerá, Democracia,
y además, con ello, ganará las elecciones de forma clara.

Son los albores,
son los primores
son los motores
que a Democracia llevan.
Los que sí renuevan.

Pero ni eso los oligarcas toleran:
no ya otro Sistema, ligeramente, mínimamente democrático,
sino algo brevísimamente democrático.
Ni una pizca de ti toleran, Democracia
real y verdadera.

Sólo permiten la farsa
-y lo llaman "fiesta de la democracia"-
del voto... dimisionario.

Castellano, y tú también Humano,
de país liberal, comunista, socialista o capitalista:
¿Te suena vivir
en esta agonía
de una democracia vacía
regida como antaño
por señorías?

Y en cuanto a ese Poder cuarto,
el revolucionario,
llamémosle, por ejemplo,
el Poder Social,
el más indispensable,
y por encima debe estar
del Ejecutivo, Legislativo y quizá, acaso, tal vez, del Judicial,
que en cualquier caso también
ha de tener
un componente en parte electoral,
y, más aun, en el Ministerio Fiscal.

¿Quinta? Y por no seguir:
Si Defensor del Pueblo hubiera...
que el pueblo lo eligiera
porque, así,
sí que defendería,
al pueblo que lo eligió.
Lo de hoy
nuevamente es... fingir.
Del actual modo, defiende al que lo eligió:
su señorial elector.

¿Habrá mayor sinsentido,
quizá incluso desvergüenza,
que al defensor que nos defiende
de las señorías...
también las señorías
lo eligieran?
¿Quién habrá que nos defienda
de semejante Defendedor?

Un Defensor del Pueblo electoral
sería ya el germen del Poder Social.
Por esta vía, la más asequible e inicial,
habrá algún día democracia
o nunca democracia habrá.

Sino corrupción general,
en menos -que no en poco- y en más,
entre la minoría dirigente notarás.
en Rusia, Ucrania, USA, Cuba, China, España o Portugal,
en Japón y Madagascar,
en Corea -ambas- y en Ceilán.
en Venezuela y en el Chad.

¡Oh, Señora doña Castilla,
que incluso te adelantaste
y superaste
a Montesquieu, presunto divisor final,
del poder político general!

¿Ejecutivo, Legislativo y Judicial?
Señora doña Castilla,
¿y dónde está el que tu aportaste
el más importante y supremo,
el Poder Social,
que también ha de tener órgano electo y el principal?

En las elecciones de este Poder,
yo votara,
en las elecciones a los poderes señoriales que hay,
da igual
que votes o no votes,
ellos gobernarán
y en su provecho de "señorías"
-que ni el nombre ocultan,
con tal nombre a ti y a la democracia insultan-
lo harán.

Deberían llamarte,
Señora Castillesquieu,
pues tu Poder imparte
el que olvidó Montesquieu.

El que hace que la Pirámide,
deje de estar vertical,
como siempre sin él,
estuvo, está y estará:
el Poder Social.

Con esos cinco puntos, ya hay democracia.
Luego, quien más quiera,
que elija, como tú hacías:
el salario de los políticos,
y controle sus regalías,
los jefes de policía,
los impuestos, que tú establecías,
las leyes, pocas y cumplidas,
y en lenguaje común escritas,
consultas y referendas
frecuentes a la demografía,
¡igual que hacías tú
y hacen todavía en Suiza!,
los servicios y servidores
de la ciudadanía
por ella misma los tribunales
de examen los cubriría,
y que ninguno de los servidores públicos
fuese más ni viviera mejor
que la media de aquellos
a quienes servía.

Es de una lógica tan aplastante
que no tenerlo ahora
resulta inquietante.

Pero todo esto último fuera
una democracia plena,
que sólo tú conociste,
Castilla mía.
Ni tan siquiera
la antigua Grecia,
con media población esclava
y la patricia jerarquía.

Confórmese el mundo
con las cinco iniciales medidas,
que ya dan la democracia
a quien la quiera y haga gracia.

Porque sirven para romper
la Ley de Compañerismo que compacta
dentro de ellos
en todo lugar
-y en la atrasada España también
entre ellos-
al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial
-y los convierten en señorial aristocracia,
inmune a la plebe, apretada burocracia,
espesa endocracia-
contra quienes no disfrutan de él.

Y su desagregación o separación ha de hacerse desde un externo Poder,
el Poder Social, que no señaló Montesquieu.

Señora doña Castilla
amada
por tu pueblo. Mas sangrada
tu trilla
por casta oficial aliada.

Comunidades de Villa
y Tierra
tuviste que, en paz y en guerra,
semilla
y ejemplo al planeta encierra.

Democracia cierta y pura
perdura
tu modelo que asegura
comunitario lo común,
privado lo que es de algún.

Ni anarquista,
ni comunista,
ni tampoco plutocrática y capitalista.
Democracia organizada,
estable y asentada,
en la razón y en la veracidad
fundada.

Democracia razonable,
profunda y apreciable,
no superada,
democracia castellana
ventana
a la libertad,
posada
de la Humanidad,

Volverás, doña Castilla
conjunta.
Dejarás de ser difunta.
Chiquilla,
tu Historia al futuro apunta.

Copyright © Juan Pablo Mañueco Martínez.
Derechos de reproducción reservados.
Compártase, que para eso está aquí,
pero indicando esta reserva.

 

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