jueves, enero 10, 2008

Volveremos a ser campesinos 4

VIAJE AL ABSURDO

La división del trabajo y las producciones hizo nacer grandes regiones especializadas, los cerdos en Bretaña, los cereales en Beauce, la concentración de las ganaderías y el alejamiento de las zonas de producción vegetal que hacen imposible la complementariedad beneficiosa de estos producciones así como su alta rentabilidad.

El ganadero bretón solo sabe hacer montañas de estiércol líquido que producen sus fábricas cerdos. Este " oro negro" podría fertilizar las tierras agrícolas de la cuenda parisina en lugar de los abonos químicos, y recibir a cambio las producciones vegetales para 1a alimentación animal, en vez de las hogazas exóticas y otros P.S.C. que componen un 80% de nuestras importaciones (55 millones de toneladas al año para los ganaderos europeos). Pero los transportes serían, parece, demasiado costosos. Esta es la razón por la que el ganadero bretón utiliza las proteínas de soja de Brasil o la mandioca de Tailandia, a cambio de las cuales el cerealista beauceron (de Beauce) expide a países alejados los contingentes de cereales de los sabe que hacer. Es mucho más complicado, es preciso pensar, pero no se pagan a los tecnócratas para hacer cosas simples, y sobre todo es mucho más rentable para algunas sociedades anónimas que regulan el juego de los intercambios haciendo pagar el altos precios a los protagonistas ciegos de la comedia y prorrogando los desórdenes y los costos sociales, paro, escasez, excedentes, contaminaciones, déficit de la balanza comercial, sobre la colectividad de los contribuyentes. Sin olvidar las campañas de caridad pública para volver a dar algunas migajas a los que han organizado tan bien la penuria.

A parte de eso, nuestra alimentación no es cara, como lo dicen con un tan bonito coro los "observadores" económicos y políticos. Lo que es muy costoso en cambio, son las medidas de apoyo de sistema, que afortunadamente no figuran en los mismas estadísticas...

El GATT (6) vela para que esta maravillosa máquina fabricar rehenes económicos pueda seguir funcionando, guardando bien seguro la mejor parte para el Tío Sam, como lo ilustran sus tentativas actuales de hegemonía sobre el sistema alimentario mundial por medio de 1a Ronda de Uruguay. Por ello se impusieron progresivamente < circuitos largos >, devastadores de espacio y entorno, donde se ve a los alimentos hacer tres veces la vuelta de la Tierra antes de llegar al plato del consumidor europeo (espárragos de Perú, pepinillos de Sri Lanka, zanahorias de Turquía, soja de Brasil, judías de la Africa subsahariana, miel de China...) Esta situación es explosiva ya que debilita exceso los sistemas alimentarios de todos los países, del nuestro incluso. No solamente dependemos de una única energía, el petróleo, sino comprometemos o abandonamos progresivamente nuestras herramientas de producción en favor de países alejados que pueden dejar de la noche a la mañana de abastecerlos. ¿Cuánto tiempo será preciso para reconstituir las explotaciones agrarias necesarias, y lo que es que costará si de un único golpe debemos encontrar nuestra autonomía de subsistencia?

Es a la vez la seguridad alimentaria y la paz civil que se cuestiona en tales derivas, si continuamos a mecernos en ilusiones en cuanto a la infalibilidad de nuestro sistema. Sin olvidar el número creciente de los excluidos del progreso, que hacen que pronto las muchedumbres sin rentas bordearan montañas de mercancías sin mercado. Es la parada inevitable delante de la cual se romperán las locas ambiciones de la minoría egoísta de los especuladores financieros.

En una economía agrícola respetuosa de los hombres y territorios, la política urgente sería reconstituir los circuitos cortos, al menos para lo esencial de nuestras necesidades. El sistema de aprovisionamiento actual es una aberración consecuencia de una competición internacional suicida. Es incontrolable y perjudicial para los recursos energéticos del planeta. Su costo social es insoportable: energía, transportes, conservación, largos almacenamientos, embalajes especiales, alteración de la calidad, contaminaciones múltiples... En Francia se pudo medir su vulnerabilidad. ¡La huelga de los camioneros en el verano de 1992 ha estado a punto de instaurar el hambre en ocho días, en un mundo reputado de abundancia! No es normal que nuestros productos alimenticios, nuestros bienes esenciales, estén producidos al otro extremo del mundo, cuando podemos y debemos producirlos en casa, en condiciones económicas y ecológicas bien más satisfactorias, mientras que ponemos las tierras en erial y los hombres dejan en barbecho... Una región debe poder producir lo esencial de las necesidades de su población, sin ir a expoliar, por multinacionales interpuestas, los recursos vitales del pueblo del Tercer mundo, del que las mejores tierras sirven fabricar nuestros excedentes, mientras que dejamos los nuestras en barbecho.

Podríamos así encontrar un equilibrio y una seguridad, mucho mejor que en objetivos obsesionales de monocultivo e importaciones. Estas orientaciones conducen uniformar los sistemas destruyendo todo el tejido microactividades necesarias la vida de una región, no promover más que algunas grandes producciones especializadas que no solamente absorben la mayor parte de las ayudas públicas (subvenciones), pero que, bajo el pretexto de ser competitivas, suprimen al mismo tiempo los empleos. Lo que no les impide ser rápidamente fragilizados y desestabilizados por la competencia mundial, como fue el caso de la metalurgia, de la viticultura en otro tiempo, el pastoreo y los cereales hoy día... En lengua campesina, se llamaba a esto " poner todos los huevos en la misma cesta".

Esta cesta, los campesinos de hoy, hiperespecializados y tan dependientes como los urbanícolas, van a llenarlo al supermercado de la ciudad, con quizá los espárragos de Perú, la miel de México, la mantequilla de palma tailandesa, los fresas de Chile, las judías de la África subsahariana, el leche en polvo y la oveja neozelandesa, etiquetada " cordero de Sisteron".
La historia que me dijo el profesor Mathé ilustra con humor las absurdidades de la situación. Hace algún tiempo, un accidente banal causó de importantes desgastes y un bloqueo prolongado de la circulación en la región parisiense. Un semirremolque procedente de Holanda, cargado de tomates para España, tomó en contrasentido un ramal de la autopista del Sur. Entró en colisión con un semirremolque español, cargado de tomates para Holanda... ¿Quién gana en esta persecución cruzada, esta noria de camiones, que unas veces transportan sobre millares de kilómetros géneros que pueden ser producidos localmente, y que otras veces los retoman para retransportarlos lejos, en forma de basuras domésticas, en vez de reciclarlos in situ?

Este sistema antieconómico, antiecológico e antisocial subsiste porque la sociedad prefiere cerrar los ojos sobre las consecuencias de estas prácticas, que vamos a deber pagar mañana a alto precio después de haberse negado a asumirlos hoy a su costo real. Y también porque no tenemos el valor de reformar prácticas altamente nocivas e inútiles, que hipotecan nuestro futuro y el de nuestros niños.

Es una verdadera carrera contra el reloj que es necesario comprometer, en el momento en que constatamos sobre los grandes relojes de la Historia que la deforestación avanza al ritmo de 25 hectáreas al minutos, que el desierto absorbe una hectárea cada cuatro segundos, o sea el equivalente anual de un territorio como Bélgica, que los campesinos desaparecen por millones cada año, una explotación cada treinta segundos en el mundo, todos los cuartos de hora en Francia, mientras que en el mismo tiempo la población mundial aumenta en tres individuos todos los segundos... una China cada diez años (según Cousteau).

Por supuesto este catálogo de desórdenes no tiene solamente por respuestas las soluciones técnicas. Si bastara con remediar técnicamente los males que nos abruman, seríamos muy eficaces y muy felices hoy. Pero la crisis hunde sus raíces en el alma humana, y son en primer lugar los desórdenes del corazón del hombre, y su cabeza lo que es preciso cuidar. Rehabilitar la función de campesino, cesar de vaciar los campos para llenar suburbios superpoblados, donde se desarrollará pronto un nuevo terror de los bárbaros a imagen de la sociedad americana, donde la coronación del progreso será a fin de cuentas <>; ¡sublime éxito de lo que se denomina aún la civilización!... " los hombres son como las manzanas, cuando se los apila, se pudren... ", decía Mirabeau. Es una reflexión a meditar.

Parece en cualquier caso indispensable proponer otros objetivos que la carrera por la posesión y el consumo de bienes materiales. Puesto que el hombre, se dice, es un animal social capaz vivir y morir como héroe por el reconocimiento social, mostrémosle que existen otros elementos de valorización personal a través de bienes inmateriales como la belleza de una obra, la calidad de la vida, el respeto de otros, la amistad, la solidaridad, la fiesta, la felicidad de ser útil... Todos estos valores antes vinculados tradicionalmente a la tierra pueden reconquistar juventud incapacitada, mayoritariamente en busca de absoluto, de ideal y de hazañas.

Quizá podemos proponerle el nuevo concepto de 1ª < Inteligencia verde (7) > como horizonte ampliado de creatividad, acción humanitaria, protección de la naturaleza, de gestión de los recursos... La Inteligencia verde, es la vez 1a inteligencia de lo viviente, gran motor universal que manifiesta la planta verde, con los todos recursos inexplorados e inexplotados que nos ofrece de manera duradera y reproductible. A título de ejemplo, a penas se conoce el 10% de las especies vegetales del planeta , muchas de las cuales poseen aptitudes y virtudes incomparables para el progreso y el bienestar de 1a humanidad, así como nos lo demuestren magistralmente los investigadores inspirados como Jean-Marie Pelt, Michel Bounias, Rémy Chauvin, Jacqueline Bousquet... La " inteligencia verde", es también la de los agri -innovadores y de todos los que sabrán trabajar de acuerdo con la naturaleza " sol-agua-suelo-plantas - microorganismos ", los que sabrán descubrir y valorizar los recursos renovables de nuestro medio ambiente, los que sabrán transformar la tierra en un jardín inagotable, como, quizá, el de los orígenes de los que nos hablan con delicias todos los cuentos, las leyendas y las religiones.

La primera condición, es que todos los adultos conscientes de las amenazas que pesan sobre la vida terrestre estén animados por el mismo sentimiento de responsabilidad colectiva y se unan para participar en una obra pedagógica de reconciliación con la naturaleza, con la vida, con el orden cósmico... Un reto que coloca el amor en el centro de toda realización y ambición humana. Una clase de desafío donde se haría jugar de alguna manera el poder del amor contra amor del poder (8).

Este término de amor en el sentido de compasión parece muy ingenuo, o incluso pasado de moda, en el mundo de 1a eficacia tecnológica, del arma nuclear, de la competición de los tipos de cambio. No tengo aquí el discurso de una noticia lección de moral ni de una generosidad decente, sino solamente creo tener un razonamiento lúcido.

Los profetas bíblicos no han inventado nada. Ellos no han hecho más que observar 1a historia humana de su época, que se repite invariablemente como una serie de hipos. Mi convicción profunda es que si queremos salvarnos y salvar el frágil esquife sobre el cual estamos embarcados, debemos actuar todos juntos, los unos para los otros, y no en una confrontación fratricida de todos contra todos, como los marineros de un buque que pronto habría hecho ir al naufragio. Con todo estamos en esta situación paradójica: más va mal esto, más nuestro instinto egoísta nos arrastra a una fuga ciega y prepara nuestra pérdida creyendo sacar partido del asunto en detrimento de nuestros semejantes.

Sin hacer referencia a la sabiduría innata de las comunidades primitivas, cuya cohesión reflejaba la solidaridad del grupo, interroguémonos sobre la salida de nuestra guerra económica que sacrifica caiga quien caiga todos los recursos vitales del planeta para 1a instauración o el mantenimiento de los poderes efímeros de algunos grandes primates retrasados. Las reflexiones más pertinentes, los esquemas más rigurosos, los programas más brillantes de 1a inteligencia humana para solucionar la crisis actual no pueden conseguir sin una condición esencial, es que cada uno respeta las reglas del juego. Ahora bien esta es precisamente la causa principal de las crisis y el mal profundo de los que sufre la sociedad moderna: 1a ausencia de solidaridad nos inclina no jugar el juego y, situación agravante, cuando todo el mundo engaña, se puede esperar a que el juego se convierta en un juego de masacre.

Esta es la razón por la que no hay otra salida que de encontrar estos valores que hacían antes la cohesión espontánea de las comunidades campesinas y su sentido común del interés general: solidaridad, responsabilidad, cooperación, respeto del próximo como de si mismo. ¡He ahí porqué volveremos a ser campesinos!

(6). General Agreement on Tariffs and Trade, conjunto de acuerdos interacciónales impuestos por los países ricos para la libre circulación de mercancías, cuyas consecuencias son desastrosas sobre el conjunto del plan. En realidad, se trata de la más formidable empresa de exacción contra los derechos del hombre, bajo 1a apariencia virtuosa de la libertad de los intercambios. Es la destrucción de las economías locales para 1a extensión incontrolada de las multinacionales. Una red internacional de resistencia se constituyó bajo la sigla de la ALIANZA, cuya side para Francia es: la Alianza Campesinos, Ecologistas, Consumidores, 53, calle de Renaudes 75017 París - telf.: (1) 42.67.04.11.
(7) Ideas desarrollada por primera vez por F. Plassard en las Conversaciones de Millangay, coloquio sobre e1 futuro del mundo rural, en septiembre de 1992.(8). Fórmula muy bonita de Nicou Leclercq para la edad de Acuario.

PHILIPPE DESBROSSES,NOUS REDEVIENDRONS PAYSANS,Editions du Rocher 1993

ISBN 2-268-01569-6

Pp 222-227

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