miércoles, octubre 24, 2007

El Día del Pueblo Castellano

Jose María Rupérez Cibrían

La fecha que se ha de señalar para que el pueblo castellano la celebre con alegría, con danzas populares, música tradicional y amplia participación social, está todavía por fijar, y ello no será posible mientras Castilla no disponga de la comunidad autónoma que le corresponde, es decir, de una autonomía genuinamente castellana formada por todos los territorios castellanos, en los que el antiguo reino de León no tiene cabida alguna, y sí Logroño y Santander.

Ya ha quedado bien demostrado después de 23 años de estatuto, que lo de unir la mutilada Castilla la Vieja(la despojaron de los dos brazos: Santander y Logroño) al antiguo reino de León, era para destruir políticamente a Burgos como Cabeza de Castilla, mermando considerablemente su poder económico y poblacional, colocando a Valladolid como cabeza de Castilla y León, para desarrollarla política y económicamente. Despreciable maniobra política que tuvo como telón de fondo el cambio de un régimen dictatorial por otro democrático, auténtico engaño que –en el caso que nos ocupa- dejó por bueno a Franco que no se metió para nada con el territorio castellano.

El 23 de Abril de 1.521 las tropas realistas castellanas de Carlos I, derrotaron al popular ejército comunero comandado por Padilla, Bravo y Maldonado. Desde entonces Castilla no ha levantado cabeza, y lo que es mucho más grave, Castilla como región histórica y fundamental en el Historia de España, está en trance de desaparecer si no aparece pronto otro Fernán González que devuelva a Castilla la dignidad que le fue arrebatada por la democracia española, mejor dicho, por los políticos mercaderes de la etapa democrática que de forma mezquina, y porque no tenían enfrente ningún partido político castellano, destrozaron a Castilla, desfiguraron su rostro, rompieron su identidad, y la sumieron en la deplorable y penosa situación en la que actualmente se encuentra.

Carlos I derrotó a los castellanos que se levantaron contra su ejército, y el partido político de Adolfo Suarez, la UCD en alianza con el PSOE, consumaron después de 458 años lo que Carlos I había empezado.

Los castellanos que hemos sido obligados a tragar con la autonomía de Castilla y León, hecha con los criterios militaristas del ordeno y mando, seguiremos esperando la llegada de un mesías castellano que nos libere del yugo que de forma totalmente antidemocrática nos ha sido impuesto.

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