miércoles, marzo 10, 2010

Petición de Comunidad Castellana al Presidente de las Cortes (1978)

Petición de Comunidad Castellana
al Presidente de las Cortes

Excelentísimo Sr.:

En relación con la petición formulada por la Real Academia Española en el sentido de que se incluya en la Constitución la mención explícita de que "entre todas las lenguas de España, el castellano recibe la denominación de español o lengua española, como idioma común a toda la nación" y como "lengua española por antonomasia"; COMUNIDAD CASTELLANA tiene el honor de elevar a V. E. y a las Cortes de su digna presidencia, las siguientes consideraciones:

La proposición de la Real Academia es errónea, a nuestro juicio, y perjudicial para la tarea esencial, que tanto nos importa, de fomentar la integración fraterna de todos los pueblos españoles. El trasfondo político de esa petición -aunque no se lo haya presentado así la docta Corporación- añade un elemento más de dificultad a esa tarea, pues sin duda explícita la imagen de una concepción unitarista y centralizadora de España, que infravalora las otras lenguas y culturas españolas. En este sentido estimamos que se trata de una proposición perturbadora.

El catalán, el euskera y el gallego son lenguas tan españolas como el castellano. Después de tantas represiones, no parece razonable ni justo institucionalizar ninguna forma de privilegio o de prevalencia a favor del castellano, respecto de las otras lenguas de España. La aseveración académica de que el castellano sea "la lengua española por antonomasia", es rechazable, pues implica un modo de desconsideración a los otros pueblos y una falta al respeto y delicadeza que deben presidir las relaciones entre todas las comunidades de España.

Parece oportuno recordar que la propia Real Academia no introdujo la denominación de "lengua española" hasta la decimoquinta edición de su Diccionario. Siempre, desde su fundación, había sido el "Diccionario de la lengua castellana", y en esa edición, publicada en 1925, se cambió a "lengua española", exclusivamente por motivos políticos, congruentes con la ideología centralista de la dictadura imperante a la sazón en el país. Es más, la edición estaba ya tirada y encuadernada como "Diccionario de la lengua castellana", y en el último momento, antes de ponerla en circulación, se sustituyó la página de la portada por otra con la expresión nueva de "lengua española". Unos pocos ejemplares pudieron ser librados de esa alteración, por iniciativa extraoficial y reservada, y permanecen hoy como testigos de una lamentable imposición política.

Como castellanos, rechazamos todo privilegio en supuesto beneficio de la lengua que forjó nuestro pueblo, que después ha enriquecido otros de España y de América, y que hoy compartimos gozosamente con más de trescientos millones de personas en todo el mundo. El prestigio y autoridad de¡ castellano -que así se sigue llamando en América- no puede fundarse en títulos oficiales sino en el plebiscito cotidiano de sus hablantes y en el servicio que preste a la cultura de España y del mundo.

Este año estamos celebrando el milenario de la lengua castellana. Con este motivo "Comunidad Castellana" reitera aquí la proclamación que hizo en San Millán de la Cogolla, en noviembre del pasado año, al publicar el Manifiesto del milenario en castellano, gallego, vascuence y catalán.

"En el milenario de la lengua de Castilla, desde la cuna de su nacimiento y con -el sentido de libertad con que iniciaron su historia nuestro pueblo y nuestra lengua, nos dirigimos a los demás pueblos de España para afirmar los legítimos derechos culturales y lingüísticos de todas las comunidades, a fin de evitar los errores del pasado que tanto han impedido el entendimiento y la mutua comprensión".

"Las lenguas han de ser, ante todo, vehículos de cultura y de acercamiento entre los pueblos y nunca obstáculo que conduzca a la frustración y a la marginación humana, social, laboral o cultural. Sólo, en el respeto florecerán la libertad y la cultura. Castilla y su lengua nacieron como una primicia de libertad, y esa libertad la pedimos para todas las lenguas y todos los pueblos de las Españas. Por lo mismo renunciamos a cualquier forma que desde el poder central o desde cualquier estructura, pretenda imponer el castellano, y proclamamos el derecho inalienable de cada pueblo a expresarse en su propia lengua y a mantener y desarrollar su tradición lingüística y su propia cultura".

Rogamos a V. E. se digne conferir traslado del presente escrito a los Excmos. Sres. Presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado.

Dios guarde a V. E.

Segovia, veinticuatro de junio de mil novecientos setenta y ocho.



COMUNIDAD CASTELLANA, P. A.
Castilla nº 1 noviembre 1978

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