lunes, octubre 08, 2007

Maragall, Zapatero y un segoviano

El “Estatut” se fundamenta en las ideas federalistas del segoviano Anselmo Carretero

Maragall, Zapatero y un segoviano

por Pablo Mosácula

La idea de España como una “nación de naciones” que define la actual propuesta de modificación del Estatuto de Cataluña radica en la afirmación de un ingeniero segoviano, Anselmo Carretero. Afirmación que ha sido usada hasta la saciedad en numerosos medios, principalmente catalanes, o incluso en el Congreso de los Diputados, para defender la identidad nacional catalana.

Anselmo Carretero, que falleció hace cuatro años, nació en Segovia, aunque se educó en León, donde, según parece, conoció al padre de Zapatero. Carretero fue un fervoroso socialista, militante del PSOE desde los 18 años, que defendía la idea de una España federalista, a la que definía como “nación de naciones”. De hecho, durante su exilio en México, en uno de los numerosos libros y escritos que publicó, enfrentaba la idea de la “empequeñecida España Una, que no es España” a la suya propia, la de “las Españas unidas, la Comunidad o Unión Ibérica, de todos sus hombres y sus pueblos”, en la que incluía a Portugal como un territorio dentro de España.

La mayoría de los textos que Carretero publicó durante la Dictadura están cargados de un claro sentimiento anti-centralista y federalista que defendió basándose en el ejemplo de dos naciones que a día de hoy ya no existen, como son las antiguas Unión Soviética y Yugoslavia. Ésta última se disgregó tras una cruenta guerra civil de la que hoy en día aún quedan vestigios. Estas ideas federalistas son las que han dado alas a la propuesta del nuevo Estatut, ya que, según afirma el diario El Mundo, el propio Maragall insistió para que la definición de Carretero de “nación de naciones” apareciera en el nuevo texto.

Las tesis del segoviano, con la caída del régimen franquista y la llegada de la Democracia, perdieron el tono de crispación mantenido durante su exilio en México, de hecho, cuando fue aprobada la Constitución del 78, se mostró satisfecho con el modelo autonómico: "(...) Este artículo constitucional viene a reconocer nuestra definición de España como nación compleja o nación de naciones". De lo que se deduce que el nuevo texto colmaba las ansias federalistas del progenitor de la idea de una España federal, pero su conformidad no quedó ahí, sino que, para desdicha de su acérrimo seguidor Pasqual Maragall, en 1980 a raíz de la aprobación del Estatuto catalán escribió: "(...) La cuestión puede considerarse aquí resuelta, pues la inmensa mayoría de los catalanes han aceptado esta solución constitucional que permite la defensa y el desarrollo de la personalidad". Pero las ansias nacionalistas de los miembros del tripartito han pasado por alto estas afirmaciones del ideólogo segoviano, quedándose con las ideas que les convienen para solicitar la definición de Cataluña como nación en su nuevo estatuto, que podría considerarse inconstitucional, algo que deben decidir los jueces del Tribunal Constitucional.

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