martes, octubre 03, 2006

LA CULTURA EN EL REINO DE ASTURIAS. El IDIOMA (A. Carretero, El Antiguo Reino de León)

LA CULTURA EN EL REINO DE ASTURIAS. EL IDIOMA

Además de la herencia de la antigua corte visigoda de Toledo y de las constantes aportaciones posteriores de los mozárabes, el reino cristiano de Oviedo recibió la influencia cultural carolingia. Sabemos que en la corte ovetense se trató de tomar como modelo la organización visigoda toledana; pero también es conocida la atracción que sobre el Rey Casto ejercieron la Iglesia y la monarquía francas (34) (35).

La expansión territorial de la monarquía ovetense y la consiguiente repoblación y colonización de los terrenos conquistados llevaron consigo la extensión de la cultura asturiana, que se nutría de varias fuentes principales: la herencia goda e hispanorromana, las aportaciones que del Andalus traían los mozárabes, y la contribución de Galicia, con el germanismo dejado por las dominaciones sueva y visigoda, a las cuales hay que añadir a partir del siglo ix el influjo cultural del camino de Santiago.

Elemento básico en toda cultura nacional es el idioma popular. ¿Cuál era la lengua que se hablaba en la monarquía ovetense y que los conquistadores y colonizadores asturianos llevaron hacia el sur hasta Zamora, Toro y Tordesillas, y hacia el oriente hasta el río Pisuerga?

Según Menéndez Pidal, «el habla toledana usada por los nobles y el pueblo en la corte del rey Rodrigo, se parecía antes bien al gallego y al asturiano o leonés occidental que al castellano» (36). En la corte visigoda los doctos (como San Julián, San lldefonso o San Isidoro) escribían en latín escolástico. Los cultos que no tenían estudios especiales hablaban, sin duda, un latín vulgar muy romanceado; pero la lengua familiar general en la monarquía visigoda sería un llano romance (37).

«Al sobrevenir la invasión árabe -dice don Ramón en sus Orígenes del Español- el romance cortesano de Toledo, lengua de los fugitivos restos del ejército godo, hubo de ser imitado en Oviedo, centro de la monarquía asturiana» (38).

Las noticias que recogen las viejas crónicas asturianas y el evidente goticismo de la monarquía ovetense, llevan a suponer que en la corte asturleonesa se imitó también el habla cortesana de la Toledo visigoda (39). «Sin duda -sigue el insigne maestro- más por coincidencia originaria que por uniformación posterior, el dialecto moderno asturiano y del Norte de León conservan fielmente muchos de los rasgos que hemos averiguado propios del romance de la edad visigótica» (38).

Durante mucho tiempo fue opinión muy extendida que tras la avasalladora invasión musulmana de la Península Ibérica del año 711 la romanidad fue exterminada. La realidad, empero, fue muy otra. El pueblo hispanogodo, que se quedó a vivir entre los islamitas vencedores del rey Rodrigo, conservó su propio lenguaje (40). Hasta pasados los dos primeros siglos, en la España islarnizada predominó la aljamía, nombre que los moros daban al romance hablado por los mozárabes. Y puede afirmarse que, en general, los andalusíes cultos, eran bilingües en el uso del árabe, importado por los islamitas, y del romance, conservado por los mozárabes (41).

Los mozárabes, fieles a su religión cristiana, mantuvieron su propio romance. Es pues de creer que su habla consevaba los caracteres del idioma comúnmente usado en el reino visigodo, semejante al gallego y al leonés occidental más que a otro alguno (36).

(34) R. Menéndez Pidal, Orígenes del español, Madrid, 1950, p. 115.
(35) íd., El idioma español en sus primeros tiempos, Buenos Aires, 1943, p. 54.
(36) íd., ibíd., pp. 14-15.
(37) íd., Orígenes del español, p. 503.
(38) íd., ibíd., pp. 506-507.
(39) íd., El idioma español en sus primeros tiempos, p. 59.
(40) Íd., ibíd., p. 1 0.
(41) íd.,Orígenes del español,pp.415,418,420.
(42) Emilio Valverde y Alvarez, Guía del viajero por el antiguo reino de León (provincias de León, Zamora, Valladolid, Palencia y Salamanca), Madrid, 1886.


(Anselmo Carretero y Jiménez.El Antiguo Reino de León (País Leonés).Sus raíces históricas, su presente, su porvenir nacional. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid 1994, Cap III, pp 68-70)

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