jueves, octubre 27, 2005

Carta de Comunidad Castellana a los Ayuntamientos de la Provincia de Segovia. (14 de mayo 1980)


Carta de Comunidad Castellana a los Ayuntamientos de la Provincia de Segovia

Señor Alcalde, señores Concejales; estimados amigos:

Por parte de algunas formaciones políticas los Ayuntamientos de la provincia de Segovia se ven ahora solicitados para que adopten acuerdos en el sentido de adherirse a la llamada autonomía de "Castilla y León".

Desde su posición independiente, regionalista y segoviana, Comunidad Castellana desea dirigir, una vez más, a nuestros Ayuntamientos, una palabra que, con el máximo respeto a los municipios segovianos y a su libertad de-criterio, pueda contribuir a iluminar y clarificar el tema, y evitar cualquier posible confusión, y un perjuicio muy grave para nuestra tierra.

A nuestro juicio, "Castilla-León" es una invención falsa, carente de autenticidad: Es falsa esa supuesta región en la que se mezclan y confunden dos pueblos, el leonés y el castellano, negando a cada uno de ellos su propia identidad. Es falso el procedimiento utilizado para configurarla; simple decisión de la clase política sin consulta popular. Y es falsa la "autonomía" ofrecida, que se reduce a organizar una nueva división territorial, juntando por decreto las provincias leonesas y las provincias castellanas para dar lugar a otro organismo artificial más grande que la provincia, con más autoridades, burócratas, puestos, sueldos, gastos, etc., y en el que el viejo centralisrno de Madrid se verá simplemente sustituido por el neocentralismo de Valladolid, cuyas oligarquías serán las que ahora pasarían a administrar nuestros asuntos; es decir, concretamente, los de la provincia de Segovia.

Basta leer la prensa o escuchar ciertas emisiones de radio de Valladolid, para calibrar el verdadero objetivo de esta operación. No se trata de favorecer el despertar de la conciencia regional de León y de Castilla, dos pueblos a los que se les ha escamoteado el derecho a constituir cada uno su propia entidad regional. Se trata tan sólo de organizar un territorio suficientemente grande, bajo la especie tecnocrática de "Cuenca del Duero", con numerosas provincias, al servicio de los intereses económicos y políticos que se centran en la capital de Valladolid. No hablamos de los sufridos habitantes de esta aglomeración urbana, sino de los titulares de esos intereses.

No importa que provincias tan específica y hondamente castellanas como Santander y Logroño se hayan -negado a entrar en el artificio. No importa que la provincia de León lo haya rechazado también. En -lugar de detenerse a reflexionar sobre los problemas que existen, sobre los dificultades que se ,han manifestado, para tratar de buscarles solución, con serenidad, sin apresuramientos y al menos con alguna forma de participación popular, las fuerzas dominantes en Valladolid tiran del "proceso autonómico" y martillean una y otra vez que, prescindiendo de Santander y Logroño, todas las demás provincias, y entre ellas Segovia, "tienen que entrar" en el ente castellano-leonés, . poco menos que a la fuerza.

Desde Valladolid nos dicen que se van a volcar en la provincia de Segovia para presionar a los Ayuntamientos segovianos a que tomen el acuerdo que desean los que mandan y los que aspiran a mandar en aquella capital, y, por este medio, en las otras ocho provincias. Y un senador de la ciudad del Pisuerga, quizá nervioso por la actitud de la provincia de Segovia que no se deja llevar tan fácilmente, se ha permitido formular al gobierno una pregunta para que manifieste su opinión "sobre la situación de Segovia"; es decir, en una palabra, para que e busque el modo y manera de que nuestra provincia sea conducida al redil que nos tienen preparado.

Nosotros no dudamos de la buena fe de algunas de estas aspiraciones, inspiradas en móviles al parecer progresistas; pero creemos que es un planteamiento equivocado. Nada progresivo puede hacerse pretendiendo sobreponerse al pueblo. Esas voces que resuenan en Valladolid y que de allí vienen a nosotros, y a por nosotros, debieran respetarnos más. Los segovianos no nos entremetemos en sus asuntos. Haga esa provincia y las demás lo que tengan por conveniente. Pero dejen a los segovianos que arreglemos, según nuestra libre opinión, los asuntos de nuestra propia casa.

Lo que se nos ofrece con "Castilla-León" es entrar en ese nuevo y absorbente centralismo, que alejaría de Segovia los centros de poder y gestión, y contribuiría muy gravemente a la despersonalización y decadencia definitiva de nuestra tierra.

En la situación actual, estimamos que la prudencia aconseja que los segovianos permanezcamos en nuestra propia identidad. Que la provincia de Segovia se abstenga de ingresar en ese ente, extraño a Segovia, donde los que pueden más que nosotros tienen tanto interés en meternos. Que se mantenga la identidad provincial, reivindicando la autonomía que a la provincia reconoce la Constitución; que se potencia nuestra Diputación Provincial, reclamando del Estado cuantas atribuciones y competencias sea posible desarrollar aquí, eficazmente, a nivel de los segovianos. Que se recuperen por los Ayuntamientos la autonomía y los recursos que necesitan para el cumplimiento de sus fines y el mejoramiento de la vida material, social y cultura¡ de la- poblaciones segovianas.

Segovía, a pesar de las mutilaciones a que pasados centralismos la sometieron -parte de las tierras comuneras de Cuéllar y de lscar en la actual provincia de Valladolid; gran parte de la tierra de la Comunidad de Segovia, en la de Madrid-, es un auténtico territorio histórico, dotado de notable personalidad histórica y cultural. Esa personalidad es la que debemos preservar y desarrollar, y asegurar un futuro digno y próspero para los segovianos.

Para ello, en el confusionismo y oportunismo del presente, hemos de oponernos a todas las invenciones que tiendan a anular o disminuir la identidad segoviana y, en definitiva, las posibilidades de que nosotros mismos podamos regir los asuntos de nuestra colectividad.

La provincia, las tierras y el pueblo de Segovia están por encima de los partidos políticos. Es el pueblo, es decir toda la comunidad segoviana, la que tiene que contar y cuyo interés el que debe prevalecer, frente a cualquier otro. Desde esta perspectiva, Comunidad Castellana, que como entidad apartidaria no aspira a ninguna clase de poder político, se dirige atenta y respetuosamente a los Ayuntamientos de nuestra provincia y les ruega que no adopten acuerdo de incorporación al régimen de "Castilla-León"; que se abstengan de tal acuerdo y desestimen cualquier solicitud que se les pueda dirigir en tal sentido.

Con este motivo, cordialmente, les saludamos con todo respeto y afecto,

COMIUNIDAD CASTELLANA. CONSEJO DE SEGOVIA

Segovia, 14 de marzo de 1980.

Castilla nº 8 Abril-mayo 1980

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