lunes, septiembre 16, 2013

Simancas corresponde al Reino de León

Simancas corresponde al Reino de León




Simancas corresponde al Reino de León



Después del dominio de los Godos y de la invasión de los Mahomenos sucedió al Infante Don Pelayo su Hierno Don Alonso, que en año de 740 llegó a sanar Dueñas, y Simancas, haciéndolas fronteras de su Reino, por más de 300 años hasta Don Fernando el Magno, y su hijo Don Alonso, el que ganó a Toledo. Después se estableció el Señorío de Castilla la Vieja, en el que sucedieron el Conde Fernán González, y sus hijos, siendo los linderos de este Pais entre los Ríos Duero, y Pisuerga hasta que se juntan en Simancas.


Siendo pues el lindero entre León y Castilla el río Pisuerga, y estando Simancas sobre la Ribera de este Río, contra el Norte, parece claro convenir al Reino de León. Por otra parte, dice el Arzobispo Don Rodrigo, que Don Alonso el primero, ganó de los Moros “In partibus Castelle Septimancas” (En las partes de Castilla a Simancas). Lo mismo dice la Crónica General, contando los Pueblos que conquistó el expresado Monarca, entre los que nombra Amaya, Dueñas, Simancas, etc. Y el Arzobispo Don Rodrigo , en otra parte dice “Lib.5 Cap.12: “Cunque Ferdinandus Gundisalvi resitere non valerte ocuparunt arabes Septimancas dominas etc.” (Y como Fernán González no pudiese ofrecer resistencia, los Árabes ocuparon Simancas, Dueñas, etc)


De lo dicho parece se infiere, que el Condado de Castilla, llegaba hasta Simancas, y aunque tiene alguna verosimilitud, la verdad es que esta Villa siempre fue del Reino de León, y su frontera, por estar a la raya adonde finalizaba el Condado de Castilla, pues venía por el sitio, que llaman ahora el Cantojal, hasta Pesqueruela, adonde se juntan los Ríos, Duero, Pisuerga, y así muchas veces llamaban a Simancas del Reino o Condado de Castilla, siendo del de León, pues cae dentro de su término, y raya de Pisuerga.


También consta esto muy claramente del apeo y Memorial que hizo el Conde Fernán González, de todos los Pueblo que tenía, y en el voto que ofreció, e hizo a S. Millán; pues viniendo discurriendo por la Ribera del Ebro, hasta Pisuerga, no señaló a Dueñas, ni Simancas porque no eran suyas, aunque vino nombrando los Pueblos del otro lado de Pisuerga, que le pertenecían, como Palenzuela, y Tariego, etc.


Lo dicho, se confirma por la Argolla que existe, cuando esto se escribe, año de 1580 en el Castillo del Puente de esta Villa, la que se manifiesta ser allí el sitio, adonde se dividía el Reino de León, del Condado de Castilla. También consta, que esta villa era del rey D. Ramiro de León, por haberla fortificado y retirándose a ella, antes de la famosa Batalla que tuvo con los Moros, llamada de Simancas o del Barranco, y así dice el Arzobispo D. Rodrigo “Ager exercitus per venit celeriter Septimancas” ( El ejército llegó rápidamente al campo de Simancas)


Antonio Cabezudo (Cura de la parroquia de la Villa de Simancas en su libro Historia de las Antigüedades de Simancas en 1580)

jueves, septiembre 12, 2013

La Sierra de Madrid no Existe


No, no es que haya desaparecido una Sierra. La verdad es que la Sierra de Madrid, pese a que los medios nos la mencionen todos los días, nunca ha existido. La Sierra que comúnmente es llamada Sierra de Madrid, nunca tuvo esta denominación. Su verdadero nombre es Sierra de Guadarrama, y es una alineación montañosa compartida por las provincias de Madrid y Segovia a partes iguales, y Ávila en menor parte

En cierto modo, es como se quisiera que el alcance de Madrid fuera mayor del que históricamente ha sido. Si nos remontamos al siglo XV, el siglo de esplendor de la provincia segoviana, las fronteras de esta provincia se extendían hasta limitar en partes con el río Tajo, quedando dentro de su jurisprudencia la mayor parte de la Sierra de Guadarrama, siendo la parte más oriental de la Sierra de Guadarrama perteneciente a la provincia de Guadalajara.


I: Mapa de la provincia de Segovia en 1773

En el año 1561, Felipe II mueve la capital de su imperio a la Villa de Madrid. Aún así, la división territorial expuesta en el mapa anterior, que venía de la época de la reconquista y la repoblación, se mantuvo. A lo largo de los siglos XVI y XVII las divisiones territoriales son modificadas levemente, y el marco de subordinación económica de la provincia de Madrid empieza a crecer más allá de sus fronteras.

No sería hasta la reorganización territorial de 1833 cuando las fronteras de la provincia de Madrid llegarían por primera vez hasta la Sierra de Guadarrama, pasando a formar parte de Madrid prácticamente la mitad de la sierra.

Pese al terreno ganado por la provincia de Madrid en la Sierra de Guadarrama con el paso de la historia, en ningún momento se ha llegado a renombrar su nombre, pero a día de hoy es posible escucharlo en muchos medios de comunicación, incluidos los dos periódicos generalistas más populares (El País y El Mundo).

Por supuesto, esto no es una reivindicación para que la Sierra de Guadarrama vuelva a ser segoviana, no para que cambie su nombre a Sierra de Segovia. Simplemente es una reivindicación para que se llame a las cosas por su nombre. La Sierra de Madrid no existe, sólo existe la Sierra de Guadarrama.


Lo que nos dice la historia en vísperas de la Diada

Lo que nos dice la historia en vísperas de la Diada

10.09.2013 Antonio Casado El Confidencial.com

[Nota de Breviario Castellano: Parece que el vilipendiado por algunos Anselmo Carretero sigue siendo una referencia válida para muchos. Lo sentimos por aquellos que nos son capaces de presentar producción intelectual alguna, sea mala o buena, y cuyo único afan es la descalificación y el insulto hacia un persona fallecida hace muchos años.]

Los nacionalistas convocados por la llamada Asamblea Nacional Catalana van a celebrar por todo lo alto la Diada del 11 de septiembre. Con una cadena humana de 400 kilómetros, de norte a sur, que garantiza serios problemas de movilidad ciudadana en varias carreteras de esta comunidad autónoma. Se trata de escenificar un recuerdo: la derrota de los barceloneses que en tal fecha de 1714 (guerra de sucesión a la Corona de España) defendieron la ciudad hasta las últimas consecuencias frente a las tropas borbónicas.

Es verdad que los catalanes lucharon por sus libertades en el sitio de Barcelona frente al unitarismo borbónico que se les venía encima. Como antes habían luchado en la guerra de secesión (revuelta de els segadors) contra el conde-duque de Olivares (1640). Pero también es verdad que a partir de aquel doloroso 11 de septiembre la historia fue uniendo cada vez más a Cataluña con los otros pueblos de España.

Desde que Artur Mas se lanzó sin frenos por la pendiente soberanista, nadie hace campaña en defensa de ese doble sentimiento de pertenencia (“tan catalán como español”) frente a la posición excluyente (“solo catalán”) que sueña (delira) con el Estado propio. Como nos enseña Anselmo Carretero, tan completa es la vinculación moral de Cataluña a España a finales del siglo XVIII que cuando la República Francesa nos declara la guerra en 1793, “los catalanes, con entusiasmo no superado en otros lugares de la península, se alistan voluntarios para luchar por una causa española que consideraban como suya en unos momentos en que, de haber intentado la separación, Cataluña hubiera recibido toda la ayuda de Francia”.

Fue tan espontánea su participación en aquel conflicto, por ellos llamado la “guerra gran”, que los historiadores lo han calificado de “primer acto de españolismo colectivo de los catalanes”, sin que esa solidaridad haya coartado nunca su sentimiento colectivo de nación. Desde 1714 siempre fueron compatibles solidaridad hispánica y sentimiento nacional. Y cuando ambos se manifiestan con el máximo vigor es en la “guerra de la independencia” contra la invasión napoleónica, en la que el patriotismo español y el catalán quedaron superpuestos.

Curiosamente, no es el famoso decreto de Nueva Planta (1716) el que se lleva por delante las libertades propias de Cataluña, aunque así se rememora en las celebraciones de mañana. El apagón del autogobierno se produce en realidad en la Constitución liberal de 1812. Son las Cortes de Cádiz las que instauran en Cataluña la verdadera unificación de los códigos de la Monarquía borbónica pasados por la Revolución Francesa.

Sin embargo, desde que Artur Mas se lanzó sin bridas por la pendiente soberanista (ahora empieza a frenar para evitar el descalabro), nadie hace campaña en defensa de ese doble sentimiento de pertenencia (“tan catalán como español”) frente a la posición excluyente (“sólo catalán”) que sueña (delira) con el Estado propio. Aquellos tienen la razón y estos tienen la emoción. No estaría mal que se prestaran algo de lo que les sobra a cada una de las partes.

NO ME GUSTA EL CENTRALISMO DE VALLADOLID

NO ME GUSTA EL CENTRALISMO DE VALLADOLID



 
 
 
 
 

Desde Valladolid, capital impuesta de la Comunidad de Castilla y León, no cejan en su empeño de dar palos contra las cajas de ahorro de Segovia y Ávila porque éstas han decidido no obedecer las órdenes que venían desde la capital del Pisuerga. No entiendo el empeño de los dirigentes regionales del PP y del PSOE, además de otros como los sindicatos, por presentar como una mala decisión lo que en las dos provincias periféricas han decidido, casi por unanimidad, los administradores de las dos cajas de ahorro. Se empeñan aquéllos en descalificar a quienes no respaldan sus dictámenes. Han llegado, incluso, hasta amenazar y algunos tememos que, desde la Junta de Castilla y León, que es la autoridad que tiene que aprobar la entrada de Segovia y Ávila en el SIP de Caja Madrid, Bancaja y otras, se pongan obstáculos para impedir que el acuerdo llegue a buen puerto.

Desde mi punto de vista, se equivocan los dirigentes políticos que hacen oídos sordos a las decisiones que se toman democráticamente en las provincias. Caja de Ávila y Caja Segovia no son ni del PP ni del PSOE, aunque en sus órganos de administración la mayoría de sus miembros sean representantes de instituciones públicas que gobiernan estos partidos. También los hay de otras entidades no políticas: Casa Social Católica, Cáritas y representantes de los empleados, en Ávila, por ejemplo. Han sido 14 votos a favor y 3 en contra (éstos de representantes socialistas) los que han dicho sí a la integración en el SIP de Caja Madrid y Bancaja. ¿Están éstos equivocados y han decidido causar daño a los abulenses? Creo que han obrado como mejor les parece que se beneficia a la provincia. No son mensajeros de Valladolid sino representantes de los intereses de los clientes de Caja Ávila y de nuestra provincia. Esto, que es tan sencillo, deberían respetarlo los que dirigen los dos principales partidos políticos de la región. Esto sería lo democrático. Empecinarse en llevar la contrario a los intereses segovianos y abulenses solamente producirá desafección de Ávila y Segovia hacia la causa regional.

Recuerdo que el proceso autonómico de esta comunidad no fue nada fácil en sus primeros años. Testigo soy de ello. El miedo a que el centralismo vallisoletano fuera peor que el de Madrid, lo que ya sobrevolaba en los ambientes políticos de la época, hizo que Segovia dijera no y que León estuviera a punto de hacer lo mismo. Logroño y Santander, más previsoras, optaron por dar el portazo desde el primer momento. A los segovianos se les impuso por la fuerza de la ley la integración en esta comunidad. Los abulenses, por lealtad, no planteamos problemas reivindicativos y coadyuvaron al proceso autonómico como los que más, aunque saliéramos perdiendo. A nadie se le oculta que la cercanía a Madrid y la presencia de decenas de miles de abulenses en esta comunidad, hace que nuestras relaciones sean más estrechas con ésta que con Valladolid. Por ello, deberían tener más cuidado los centralistas regionales en no apretar las tuercas a estas dos provincias periféricas porque pueden provocar que en ellas surjan movimientos segregacionistas.

Navarra, León y Segovia.

Navarra, León y Segovia.

| Luis Solana

segovia1.jpgMucha gente se ha quedado con la boca abierta ante el artículo que ha publicado el 2 de agosto el periodista Julio Llamazares en El País (aquí en abierto). Resulta que una región (o una provincia) de España se incorporó a la autonomía de Castilla y León como resultado de un acuerdo entre UCD (Rodolfo Martín Villa) y el PSOE (Gregorio Péces Barba). Se trata de León. El periodista Llamazares se echa las manos a la cabeza por lo que considera hoy una decisión poco democrática. No coincido con la forma de plantear el asunto, pero puede ser una buena ocasión para meditar sobre algunos aspectos de la “transición”.

Hay que tener ciertas ideas claras: todo el mapa de las autonomías que se acuerda en la “transición” es producto de acuerdos entre partidos y no de debates y de votaciones ciudadanas.

Los partidos que definen ese mapa son UCD y PSOE.

Su primera decisión fue aceptar sin discusión que las Comunidades que habían logrado un estatuto durante la II República eran automáticamente Autonomías de primera categoría. Cataluña, Euzkadi y Galicia no fueron objeto de dabate.

La segunda decisión fue evitar tensiones políticas insoportables y aceptar retos tolerables. Y así se decidieron los repartos de provincias. Cantabria (que era castellana) se convirtió en Autonomía uniprovincial. Lo mismo se acordó con La Rioja (cuna del castellano) que se decidió que de Castilla nada, que Autonomía uniprovincial.

Madrid resultaba complicadísimo integrarla en Castilla y León o en Castilla-La Mancha: todos los políticos de las dos regiones temblaban sólo de pensar lo que significaría Madrid en su Autonomía. Resultado, se acuerda que Madrid es una Comunidad Autónoma específica.

Pero cuando se está a punto de cerrar la llamada Comunidad de Castilla y León una provincia se planta y pide ser Autonomía uniprovincial: Segovia.

Sin casi ruido -al principio- consigue que los ayuntamientos voten a favor de esa autonomía uniprovincial. Un día saltan las alarmas y el diputado socialista por Segovia (Luis Solana) va a ver al Ministro Martín Villa para pedirle que ayude a ordenar algo que podría abrir un debate global imposible (entonces). Rodolfo Martín Villa se reune con el presidente segoviano de UCD -el inolvidable Modesto Fraile- y le convence de que frene el proceso. El proceso, plenamente democrático, se frena y Segovia no se desgaja de la planificada autonomía llamada Castilla y León.

No se cuánta gente puede leer este blog, pero a los que lo leais os pido que hagais lo posible para difundirlo. No se puede sacralizar la “transición” pero tampoco se puede empezar un proceso de destrucción desordenada.

Que si Llamazares justifica que León debe ser una autonomía yo pido que Segovia lo sea también. Que si Llamazares pide para León lo mismo que se pide para Navarra yo puedo explicar que Segovia ya cumplió las condiciones que Navarra no cumple.

Por favor, un poco de prudencia. No empecemos a abrir el debate sobre la “transición” sin medir las consecuencias. Y vaya por delante que si por mayoría se propone poner en cuestión todo, pues yo también votaré ese día. Lo que no digo es lo que votaré.

jueves, septiembre 05, 2013

Resistencia Castellana


Informamos acerca de la dirección de un grupo denominado “Resistencia castellana” cuya dirección es: http://castillaunida.wordpress.com/  en correspondencia a la deferencia que han tenido en citar en su apartado Castilla las direcciones de “Breviario Castellano” y “Cofre Cultural Castellano”.

Ciertamente se aprecia más su aspecto de resistencia que el adjetivo castellana con que la califican, que según los momentos se refiere al conglomerado de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva y veces también a León, lo que en definitiva difumina por no decir que liquida lo históricamente se pueden considerar lo genuinamente castellano en sentido social y jurídico, restringiéndose finalmente a la moderna consideración de la lengua, al igual que los nacionalistas catalanes, vascos o gallegos.. Lo que como ya hemos manifestado en otras ocasiones nos maravilla como no acaban incorporando a esa Castilla, Murcia, Extremadura o Aragón.

miércoles, septiembre 04, 2013

Manifiesto de Castilla Vive en Covarrubias - 15 de Junio de 2013


 
 
 
CASTILLA VIVE

Centro de Estudios y Lugar de Encuentro

 
Castilla vive en nosotros, los que hoy nos hemos reunido en Covarrubias, ante la tumba de Fernán González. Algunos de nosotros somos socios fundadores de Comunidad Castellana, todos nos consideramos herederos del camino recorrido por aquella asociación cultural-regionalista, camino que queremos continuar.

 
En este mismo lugar de Covarrubias, junto a la tumba de Fernán González, nació Comunidad Castellana. Un Grupo de castellanos de diversas tierras y comarcas, reunidos en comunidad, se proponían como objetivo esencial: “la recuperación cultural, cívica y material del pueblo castellano; el reconocimiento, afirmación y desarrollo de la personalidad de Castilla como entidad colectiva en el conjunto de los pueblos y países españoles; y la promoción de los intereses y valores de Castilla y de todos los pueblos, comarcas y tierras que la integran”.

 
CASTILLA VIVE  es una  forma renovada de hacernos presentes en la cultura y en la sociedad actual, con los medios que nos ofrecen las nuevas técnicas de comunicación. No queremos que aquel importante acerbo de ideas, discursos, escritos y publicaciones, sentimiento y trabajo por la afirmación de la identidad castellana en los años de la Transición política y afirmación democrática, se vayan olvidando poco a poco, para pasar en el mejor de los casos a polvorientas estanterías cuando no al contenedor; queremos hacer surgir  una nueva generación deseosa de tomar el relevo en la afirmación y defensa de Castilla. Nuestro propósito es difundir aquel mensaje y seguir haciendo estudios y acciones de todo tipo para la concienciación del pueblo castellano, de manera que pueda ser cada vez más protagonista de su futuro.

 
Han pasado más de treinta años de la España de las Autonomías, y es tiempo de revisión para ver lo que se hizo mal, corregir excesos de los nacionalismos cada vez más en el resbaladero del separatismo, buscar un mejor equilibrio entre la legítima afirmación de la propia identidad y la necesaria solidaridad en la unidad de España. Esto es, hoy día, un clamor general.

 
Castilla  no fue respetada en su identidad ni en su territorio por la España de las Autonomías, no fue reconocida toda y sola ella como una Comunidad Histórica. Santander o La Montaña se constituyó en comunidad uniprovincial con el nombre de Cantabria; igualmente Logroño, con el nombre de La Rioja. Ávila, Burgos, Segovia y Soria fueron integradas en una Comunidad llamada Castilla y León; y las tierras castellanas al sur de la cordillera central, fueron integradas en Castilla-La Mancha, excluyendo Madrid, capital y provincia, que conformaron otra comunidad uniprovincial.

Castilla quedaba, así, dividida en cinco trozos.

 
En el momento actual, se levantan voces clamando por la revisión del Estado autonómico. Piden “reordenar el modelo autonómico” y “evitar la destrucción de la unidad estatal”. Y esto, no sólo por necesidad económica, sino por la propia supervivencia de nuestra  democracia que necesita conjugar mejor  los principios de autonomía y solidaridad, y salvaguardar la libertad y los derechos humanos.

 
En lo que se refiere a la reordenación del modelo autonómico, CASTILLA VIVE quiere levantar su voz por el reconocimiento de Castilla sin divisiones, mezclas ni confusionismos. Castilla tiene derecho a formar una comunidad autónoma que siguiendo la tradición castellana, podría tomar la forma de una Mancomunidad de Diputaciones Forales. Toda y sola Castilla. (León, es otra realidad histórica; al igual que Toledo-La Mancha). El resultado de este reconocimiento de Castilla, nos llevaría, por otra parte, a reducir el número de comunidades autónomas. 

 
CASTILLA VIVE, grupo privado y ajeno a cualquier adscripción partidaria o gubernamental, sólo busca el bien común del pueblo castellano, y su reconocimiento en igualdad con los otros pueblos de España, sin marginaciones ni privilegios. En Castilla es un principio irrenunciable, que  “nadie es más que nadie”. Esta igualdad de derechos de todas las regiones o nacionalidades, no quiere decir uniformidad, lo cual sería “contra natura”.

 
CASTILLA VIVE  no acepta la sumisión fatalista de nuestro pueblo, tampoco busca la rebelión callejera, sólo quiere ser un lugar de encuentro en el que soñar el futuro desde el conocimiento de nuestra historia y nuestra cultura, desde la razón y  el sentimiento.

 
Para ello, nace CASTILLA VIVA, Centro de Estudios y Lugar de Encuentro.

 

  

 

En Covarrubias, ante la tumba de Fernán González, 15 de junio de 2013.