Ha llegado la hora de defendernos unidos, castellanos y leoneses, de un nuevo tremendo peligro. Unidos sobreviviremos; separados, seremos piltrafas de las comunidades autónomas: Cataluña, Euskadi y Galicia. Las ocho provincias andaluzas, asunto otrora de diversos reinos y mucho más diferenciadas que las de León y Castilla, han sabido unirse. Sólo León y Castilla pesaremos en la España en formación.
Depongan egoísmos y ambiciones personales. Déjense de hacer lucubraciones históricas. La meseta del Duero constituye una unidad. Únanse todos los leoneses y castellanos. Formen un frente cerrado y poderoso para constituir una región autónoma, que pueda defenderse de los zarpazos de los demás y mirar el porvenir con esperanza. Si por mí fuera constituiríamos una unidad desde el Cantábrico a Andalucía. Pero todos quieren ahora ser cabeza de ratón. Están intentando organizar una región autónoma: La Mancha.
¿Seremos castellanos y leoneses tan cretinos que no sepamos formar una fuerza que no pese en España? Nuestros hijos y nuestros nietos nos maldecirán si por ambiciones personales siempre bastardas, dejamos pasar la coyuntura actual.
Me acerco a los ochenta y ocho años. No tengo otra ambición que contribuir a la gloria de España y de nuestra tierra castellanoleonesa que hizo a España. Unidos, adelante. Maldición para los que se opongan a esta unión de los hermanos de León y de Castilla.
Claudio Sánchez Albornoz
LA CARTA DE DON CLAUDIO
Ciertos grupos y medios partidarios activos del ente ,
Con todos los respetos al señor Sánchez Albornoz, su escrito nos parece deplorable. No se trata de oponerse o no a la unión «de los hermanos de León y Castilla». Don Claudio, muy cristiano él, maldice a los que se opongan a esa unión. Pero no es eso. Nosotros nos sentimos fraternalmente unidos a los leoneses, y también, ni más ni menos, a los vascos, a los catalanes, a los gallegos, a los aragoneses, a los andaluces. y en una palabra, a todos los pueblos de España. Castilla está en España; es parte de la nación española, de la patria común de todos, y en Comunidad Castellana nos sentimos identificados y solidarios con todos los españoles.
La cuestión es organizar razonablemente, sin prisas, con orden y concierto, las regiones de España. Atendiendo, como señala la Constitución, a sus factores comunes de carácter histórico, cultural y económico: por este orden.
Nosotros pensamos -en este sentido- que León es una región y Castilla es otra. Así de sencillo. En una España que -a pesar de lo que dice, con gravísimo y pernicioso error, el señor Sánchez Albornoz, no la ha hecho sólo Castilla, ni es Castilla su entidad más importante y significativa. España es la obra, la empresa común de todos sus pueblos, que han forjado la nación española a lo largo de los siglos, en ese proceso de esfuerzos, sacrificios, glorias y servidumbres que es la historia de todos los españoles.
Si España fura hechura sólo de Castilla -como afirma el señor Sánchez Albornoz-, ¿qué harían en España, en una casa ajena, los otros pueblos no castellanos? Tan dañosos como los separatistas, o más, son «los separadores»: los que marginan a los pueblos españoles periféricos, a los que afirman su propia personalidad dentro del concierto español.
Olvidemos definitivamente -por contraria a la realidad y al supremo interés de la articulación armoniosa, solidaria y fecunda de España- la falsa concepción imperial de Castilla, supuesta hacedora de España. España es cosa de todos; y en esta hora del regionalismo, los castellanos -los de la modesta región o pueblo castellano, no de la Corona de Castilla, que llegaba hasta el Nuevo Mundo- no tenemos que defendernos de ningún «tremendo peligro» para no ser «piltrafas de las comunidades autónomas: Cataluña, Euzcadi y Galicia».
No es eso, don Claudio. Cuidado con la xenofobia. No se trata de que hayamos de unirnos con los leoneses para pelearnos con catalanes, vascos y gallegos. No quiera usted resucitar la imperial Corona de Castilla y León, convertida en
España es algo más hermoso, más solidario y entrañable. Todas sus regiones -León, como Castilla, como Cataluña, como el País Vasco, como Andalucía, etc tienen ante sí otra tarea infinitamente más rica y creadora: hacer que cada día España, en sus diferentes pueblos y tierras, sea más equilibrada y armónica, y sus gentes profundicen la comprensión mutua, el sentimiento y el afecto de su común condición española.
Castilla nº 12 febrero-marzo 1981
Ahora resulta que quienes defendemos mantener la alianza histórica entre leoneses y castellanos 'vamos contra los que simplemente se sienten castellanos' como nosotros, tóma ya, y además utilizamos un 'arma arrojadiza' que ni citan. Vaya. Cierto es que España no es solo hechura de Castilla, pero oigan, se han pasado 3 pueblos al decir que los 'unionistas castellano-leoneses' somos imperialistas o no deseamos ni reconocemos a los pueblos peris. Si lo hacemos y eso a pesar de que todos apuestan por el anticastellanismo feroz como elemento común ideológico y el odio hacia la cultura castellana a la que ningunean como española ¿quién deja de respetar a quién? ustedes jamás han defendido a Castilla, tampoco a España, simplemente han aceptado como dogma las teorias de un discutido señor (Carretero) y han hecho puro seguidismo del periferismo mas anticastellano disfrazado, para venderlo de forma amable en Castilla, como de españolismo. Y sí, somos unas piltrafas, don Claudio tenía razón, basta ver en qué consiste el cupo vasco o las vacaciones fiscales o los trasvases de agua de Orduente o del Tajo, o dónde paga impuestos la electricidad o como los peris exigen empresas castellanas al payaso de turno de Moncloa que necesita 'apoyos'. Un escrito nada deplorable el de don Claudio, fue premonitorio.
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