La capitalidad contra Madrid
Por fin salió la liebre de la autonomía de Madrid de la forma más lamentable, haciéndonos pensar que la democracia se ha quedado fuera de la provincia.
Hace algunos días los partidos mayoritarios de la Nación, llegaron al acuerdo de iniciar el proceso autonómico por el artículo 143. Vía para muchos denigrante, pero no para Madrid que soporta todo. Se basan en lo que según ellos es falta de conciencia regional, y que para mí es desconocimiento de nuestra Historia y trabas constantes por parte de nuestras autoridades, para que no la recobremos.
Es lógico que el anterior régimen, ocultase nuestras señas de identidad, pero lo que no es tan lógico es que aún se permita en la escuela, decir que Castilla fue la creadora de la unidad de España, idea de lo más imperialista y alejada de la realidad.
Al pueblo de Madrid no se le dice, que esta Villa fue cabeza de su Comunidad, con su Consejo libre, Fuero propio (hoy en el Museo Municipal), y que es esta vida democrática y autonómica basada en sus propias leyes, lo que diferencia al pueblo de Castilla, al que pertenece Madrid desde el año 1083.
Pero si ésto no es suficiente para desengañar a los madrileños, ahora sufrimos un proceso hacia la autonomía de lo más chusco y antidemocrático. Comenzó con aquello de la Región Centro (cosa rarísima), continuando con el intento, muy poco serio, de incorporarse Madrid a inventada región castellano-manchega.
Posteriormente vinieron los largos meses de siesta, sólo interrumpidos por algunas declaraciones a titulo personal para despistar, hasta que las riendas del proceso fueron tomadas por la Diputación Provincial. Creó un equipo para el estudio del autogobierno de Madrid, que realizó un folleto con la sana intención, de alertar a la opinión pública sobre el problema, pero se hizo tan a la cita callando, que ni algunos concejales madrileños se enteraron, aunque en dicho folleto se informaba que en el se celebraron las I Jornadas Provinciales, organizadas por la Diputación, con el fin de entrar en contacto con los problemas de la provincia, y con sus señas de identidad. La promoción se redujo a una esquela (como si de una defunción se tratase), que por supuesto pasó desapercibida, ahora bien después de terminadas éstas, se realizaron buenos reportajes con la foto de rigor. Y vinieron las II Jornadas con el objetivo único de buscar nuestras raíces históricas, se volvió a sacar la esquelita enterándose los amiquetes y los que como yo, no nos perdemos ni una. Estas Jornadas si tuvieron una característica, fue la de reuir todo lo que nos pudiese recordar que somos castellanos, es decir se quedó fuera el único objetivo de las reuniones.
También se lanzaron dos carteles «pro-autonomía», pero en este caso incluso los que no nos perdemos una, sólo pudimos ver algunos medios tapados por otros del Ayuntamiento. Más despropósitos imposibles, para que después nos digan que no hay conciencia.
Esta película dramáticamente cómica, podría titularse «Al centralismo por la autonomía», que es a lo que nos quieren llevar con una autonomía, en la que se reconozca a la capitalidad como el hecho más significativo de Madrid, como han declarado algunos políticos. En el antiguo Rollo de Madrid (símbolo de la autonomía) estaba inscrito el deseo de Madrid, de ser primero Villa y después Corte, deseo que en la futura autonomía debería de marcar el camino a seguir. Pero parece que los centralistas españoles, no están dispuestos a perder esta provincia, sobretodo después de haber perdido tantas últimamente.
Después de soportar durante siglos el más duro centralismo, ahora se nos pide que renunciemos a nuestra castellanía, para que nos identifiquen con el centralismo y su larga tradición represiva.
La capitalidad debe entenderse como el trabajo donde participen todos los españoles, y no como un patrimonio particular de los madrileños, que además supondría la pérdida de un lazo de unión totalmente necesario en este estado de las autonomías. Los madrileños no somos ni más ni mejores españoles que nadie, como para que se nos dé la capitalidad, aunque resida en nuestra tierra.
Madrid no puede quedar como el lugar donde se venga a pedir competencias, cual si fuésemos los dueños Y señores, si no que se debe separar clara y tajantemente, la función de la capitalidad por un lado, y por otro la vida e historia de esta villa castellana que es Madrid y a la que tenemos derecho los madrileños. Nuestras instituciones Autonómicas, deberían trabajar por y para la provincia, teniendo siempre presente la futura unión con el resto de Castilla, que antes o después se tendrá que conseguir, sin las mezclas con otros pueblos como el manchego o el leonés.
Madrid debe definirse como una Comunidad Autónoma Castellana, que promocione la relación con las otras provincias castellanas y regule las que tiene con la capitalidad. Ya es hora que nuestros políticos reconozcan para Castilla lo que para otras nacionalidades, y se den cuenta que las raíces de un pueblo, su historia y su personalidad, es algo que no se puede supeditar a intereses o conveniencias particulares. Reivindicar la castellana de Madrid, es una obligación de todos los representantes de la provincia.
Para Madrid sólo hay dos posibilidades, o identificarse con el centralismo de toda España, o con una historia de siglos que en lugar de deshumanizar, nos liberalice y de un sentido de futuro, para poder incorporarnos como castellanos a esta España de las autonomías. Por favor, que nos dejen de paternalismo y autonomías dirigidas y que abran cauces de participación e información.
¡¡Viva Madrid Castellano!! J.L. FERNANDEZ GONZALEZ
Informativo Castilla nº 12 Febrero- marzo 1981
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