La personalidad histórica de Castilla en el conjunto de los pueblos hispánicos
Anselmo Carretero y Jiménez
Hyspamérica de Ediciones San Sebastián 1977
Páginas 110-113
Las diversas circunstancias que dieron vida a los pueblos hispanos duran-
te las vicisitudes políticas y guerreras de la Reconquista, las sucesivas conquistas territoriales y las uniones por etapas de los distintos estados, peninsulares e insulares, del conjunto español, unidas a la falta de una nomenclatura adecuada a tan compleja pluralidad, han ocasionado confusiones que dificultan sobremanera el estudio global de la historia de España y la armoniosa convivencia de los pueblos que lo componen.
Condición primordial de todo estudio seriamente realizado es el uso de una nomenclatura clara para evitar equívocos y confusiones que puedan llevar a graves desatinos. Es fácil imaginar el galimatías en que se convertiría un riguroso razonamiento matemático si las definiciones y los símbolos empleados se trastrocaran de tal modo que algunos representaran a la vez la totalidad de diferentes elementos, varios de éstos tomados aisladamente y los conjuntos parciales formados por varios de ellos.
Pues así, en los estudios de historia de España suelen incluirse confusamente bajo el rótulo castellano muy diversos estados y países, algunos de los cuales representaron en siglos pasados la oposición a cuanto Castilla originalmente significaba, confusión que con el tiempo ha crecido de tal manera que el nombre de Castilla se ha empleado o emplea hoy, según los casos y los autores, con alguna de las siguientes acepciones:
a) La mayoría de las divisiones regionales actualmente en uso suelen llamar Castilla la Vieja al conjunto de las provincias castellanas de Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila .
b) En algunos mapas además de las seis provincias anteriores se incluyen en Castilla la Vieja las leonesas de Valladolid y Palencia. Esta división regional, además de no apegarse a la historia, rompe la unidad geográfica de la Tierra de Campos.
c) A veces se llama Castilla la Vieja al conjunto castellanoleonés de las provincias de Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Avila, León, Zamora, Salamanca, Valladolid y Palencia.
d) Suele llamarse Castilla la Nueva al territorio que comprenden las provincias de Madrid, Guadalajara, Cuenca, Toledo y Ciudad Real. División arbitraria que separa de Castilla la Vieja las provincias de Madrid, Guadalajara y Cuenca y las une con las toledanomanchegas.
e) Se emplea frecuentemente la expresión ambas Castillas para designar el conjunto de las seis mencionadas provincias de Castilla la Vieja y las cinco de Castilla la Nueva.
f) Con mayor latitud se incluye en ambas Castillas el conjunto de las dieciséis provincias castellanas, leonesas y toledanomanchegas.
g) En estudios históricos sobre épocas posteriores a la unión de las coronas de León y Castilla, y sobre todo desde los Reyes Católicos en adelante, suele llamarse corona de Castilla, o Castilla en sentido lato, al conjunto de las regiones de Galicia, Asturias, León, Extremadura, Castilla, el País vascongado, Toledo y La Mancha, Andalucía y Murcia -e incluso las Islas Canarias -; es decir, al conjunto de todos los países que la historia política fue agrupando alrededor de los reinos de León y Castilla.
Esta es la acepción que suele tener para los portugueses el nombre de Castilla. (A la mano tenemos un articulo en que se llama castellanas a las provincias gallegas).
h) Ultimamente, algunos nacionalistas catalanes, vascos y gallegos han dado en llamar castellanos a todos los españoles de lengua castellana, sin distinguir entre castellanos, leoneses, asturianos, extremeños, manchegos, aragoneses, murcianos, andaluces o isleños; denominación de base idiomática, completamente arbitraria y tan inconsistente que ni siquiera repara en que la mayoría de los vascos, gallegos y valencianos son lingüísticamente «castellanos».
Para evitar en lo posible los frecuentes y graves errores a que tan confusas, variables e irregulares denominaciones se prestan, hemos decidido emplear la siguiente nomenclatura regional, más clara, precisa y adecuada a la geografía y la historia peninsular:
Castilla (a secas). La región propiamente castellana que, con ligeras modificaciones de límites comprende las actuales provincias de Santander - sin la Liébana y con todo Campoo-, Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Ávila, Madrid -sin el distrito de la gran metrópoli -, Guadalajara y Cuenca - Sin la parte manchega y con la comarca de Requena -.
La Mancha y Toledo (o Castilla la Nueva). Las tierras propiamente toledanas y toda La Mancha: actuales provincias de Toledo y Ciudad Real, la
mayor parte de la de Albacete - incluida la capital- y los partidos de Tarancón, Belmonte y San Clemente de la de Cuenca.
León. Las cinco actuales provincias de León, Zamora, Salamanca, Valladolid - con ligeras modificaciones de sus límites orientales- y Palencia - con la Liébana y sin Campoo -.
También es preciso distinguir entre la región leonesa propiamente dicha y el conjunto de países del antiguo reino de León o corona leonesa en su acepción más lata: León, Asturias, Galicia, Portugal - hasta su separación- y Extremadura.
Junto con esta nomenclatura más precisa, y para no aplicar el nombre de Castilla a tierras no castellanas, conviene usar el titulo plural de reinos de León y Castilla o corona castellanoleonesa al designar el heterogéneo conjunto de pueblos, estados y países que, en sentido lato y con perjuicio del buen entendimiento, suele llamarse reino de Castilla, corona castellana o simplemente Castilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario