CULTURA
Parece una pretensión desmedida proponer algo cultural en la ciudad Ávila con una fenomenal institución como es La Institución Cultural Duque de Alba de la Diputación Provincial de Ávila, o el futuro palacio de congresos de la ciudad, el auditorio de San Francisco ejemplar muestra de cómo se puede recuperar un edificio histórico y darle vida, sin olvidar el apoyo que Caja de Ávila ha prestado en este sentido –Palacio de los Serranos- y otros muchos de imposible enumeración.
Desde el punto de vista de Juan pueblo cuyas aficiones culturales, cuando no está fuera de la fascinación constante de los medios, no van mucho más allá de un concierto pop-rock, de una fiesta de barrio o de los sones de una tonadilla de gaitilla se pueden hacer un par de observaciones:
1º La cultura sucumbe en demasiadas ocasiones en los esos cementerios que son las estanterías bibliotecarias, hoy perfectamente ordenadas e incluso informatizadas, pero ajenas a la memoria, al corazón y sobre todo a la vista del pueblo; ajenas en definitiva a la calle.
2º Los medios financieros y materiales son capaces de hacer buenos continentes, pero es más dudoso que se acierte en los contenidos. Incluso a veces da la sensación de que los grandes y numerosos continentes acarrean fatalmente unos contenidos deleznables, un ejemplo claro son los muchos canales actuales de televisión.
Eso no es óbice para estar de acuerdo en que cuantos más medios y dineros se empleen en la cultura mejor –bibliotecas, exposiciones, conciertos, teatro, , artesanía tradicional, agrupaciones de folklore autóctono, etc. Sin perjuicio que sea el propio pueblo el que pueda ser el último en decidir, cuando la cuantía de un desembolso sea muy grande, el destino más apropiado del dinero –referéndum, iniciativa legislativa popular-.
Se pueden con todo enumera unas modestas proposiciones para cubrir unos vacíos que de alguna manera empañan un digno pasado abulense y priva a sus ciudadanos de unos momentos festivos de conmemoración y recuerdo.
El primero se refiere al 29 de julio de 1520 , día de la inauguración de la Santa Junta de los comuneros reunidos en la catedral del Salvador de Ávila, que entre otras cosas fue el punto de partida para redactar la llamada Constitución de Ávila , primer texto de carácter constitucional del mundo, y que se invocó más de una vez en 1787 en los debates de la Constitución norteamericana, y que en el período constituyente de Filadelfia (25 de mayo de 1787 - 17 de septiembre de 1787), se aludiera con reiteración a la llamada «Constitución de Avila», como documento inspirador de la Carta Política de los Estados Unidos de América.
Con motivo de esta posible y debida conmemoración –primera proposición- se podrían realizar además de los discursos y reverencias al uso – preferentemente en las lugares donde ocurrieron- exposiciones, ciclos de conferencias, representaciones teatrales, recitales de música instrumental y coral, jornadas de puertas abiertas en archivos municipales, provinciales, institucionales. Esta puede ser una buena fecha para recuperar la historia y la memoria abulense. La cultura no se puede localizar, pero los lugares si se pueden y se deben culturizar. Así como el ideólogo de la llamada tercera vía Anthony Giddens hablaba de una restitución de la soberanía del estado a las instituciones básicas que le precedieron y conformaron históricamente, así también está por delante toda una labor de restitución histórica de la cultura abulense. ¿ Cuantos abulenses saben lo que son cosas como: el fuero de Ávila, la comunidad de villa y tierra de Ávila, sus sexmos, su extensión a lo largo de los siglos, cual fue la obra del Tostado, de Nalvillos, de Zurraquín, del Gran Duque de Alba, de Duperier, de Portillo, de Somoza, de.......?.
De la triada habitual con que se denomina Ávila, a saber: Ávila del Rey, Ávila de los Caballeros o Ávila de Santa Teresa, la primera de todas es una de las más olvidadas, apenas algunos historiadores locales hablan con un estilo un poco refitolero de Ávila como de reyes Alfonsos madre. Pues bien el día de Pentecostés se conmemora en Atienza – ciudad a hermanar con Ávila- el día de “la cabalgada” en recuerdo de la salvación por los vecinos de la villa del rey niño Alfonso VIII ,último rey de Castilla, de las manos de las familias de Castros y Laras, y falta añadir: de su traslado a Ávila.
Hoy día que tantas concentraciones hay de moteros, de rockeros y de futboleros, no es nada descabellado proponer – segunda proposición-prolongar la caballada de Atienza hasta Ávila, es decir una caballada de dos o tres días cuyo destino final sería Ávila –el día de Pentecostés o el siguiente fin de semana-. Durante tres días en nombre de Ávila expectante en los medios; sin duda la hostelería, el turismo e industrias afines agradecerían este acontecimiento. El ayuntamiento abulense podría decir algo acerca de esto.
Otra cuestión aparentemente sin importancia pero que puede cambiar mucho la manera de ver una ciudad es el referido a una posible semana cultural –tercera proposición-, a diferenciar un poco de las llamadas fiestas de Santa Teresa, y de las fiestas de julio. No es ninguna novedad puesto que ya la hacen algunas ciudades de España. Tal semana a diferencia de otros periodos culturales y festivos debería concentrase mucho más sobre los aspectos propiamente locales; la fecha, ya propuesta en otras ocasiones, puede coincidir con el llamado mercado medieval, hasta el momento con notable éxito de público. Pero se propone un ligero cambio: hacer una semana cultural de Ávila en la que se incluya el mercado medieval, que a pesar de su éxito no es algo propiamente abulense sino una industria extendida por todo el ámbito peninsular.
Otra modesta propuesta – cuarta proposición- sería ayudar a los jubilados que voluntariamente lo quieran a montar circuitos par enseñar los rincones más inéditos y más alejados de circuitos turísticos habituales de la ciudad a los foráneos, de manera gratuita, amigable y distendida.
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