El DIARIO DEAVILA 20 de octubre de 2002 o DOMINGO
TRIBUNA LIBRE
GAUDENCIO HERNÁNDEZ
Todo político tiene una gran difilcultad para ver el mundo. su mundo bajo otra , bajo otra perspectiva que no sea la suya. Es normal. ¿,Quién les votaría, si no muestran firmeza y convicción en sus proyectos? Para ellos, sólo su visión es la verdadera. Sin embargo, a la realidad humana de los pueblos, nos dice Ortega y Gasset, solamente nos acercamos a ella desde distintas perspectivas. La realidad vasca, vista por Ibarretxe, no es la misma que la contemplada por Iturgaiz. Y naturalmente la visión que tiene del problema vasco una persona que lo ve desde Ginebra, no es la misma que la que tiene uno que mira desde Madrid. Entonces, ¿qué hacer? ¿Quién posee la verdad'.'
La democracia ha encontrado la respuesta: los pueblos libres y bien informados se acercan a ella. Y yo añadiría: con la cabeza fría y sin miedo; con una cierta perspectiva del pasado y porvenir de dicho pueblo. Sabemos lo que piensa el lehendakri y la respuesta del presidente del Gobierno español. No sabemos lo que piensa y dirá el pueblo vasco y lo que le responderán los otros pueblos de España. Desde lejos, desde otro punto de vista (Suiza), voy a dar una otra visión.
1º. No hay democracia ni posibilidad de recurrir al pueblo para que se “autodeterminen” mientras en Euzkadi exista la violencia política En toda democracia sana no se puede aceptar que una parte de la población y sus dirigentes gocen de libertad para lanzar y aprobar la proposición que les venga en gana; y, por el contrario, otra gran parte de dicho pueblo no pueda responder con una contraproposición por estar perseguidos y amenazados de muerte sus dirigentes. Dicha autodeterminación sería simplemente una imposición. Señor Ibarretxe, comience por suprimir la violencia, por convencer a ETA que deje de matar y entonces, sólo entonces, lance el referéndum que le venga en gana.
2º. Delimite, señor Ibarretxe, las proposiciones que directamente conciernen a su pueblo, y sólo a él, para que las vote (referéndum cantonal se llama en Suiza). No las mezcle con asuntos comunes que conciernen también a los otros pueblos de Es¬paña. Digo esto porque habla usted de...
3º. De una asociación libre" con el Estado Español (con los otros pueblos de España me parece más correcto: en democracia directa se habla de pueblos, no de estados). Su proposición de asociación es un tanto ilusa. Usted tiene un mandato para hablar en nombre del pueblo vasco; pero tratándose
de una relación-asociación con pueblos, a estos les corresponde también decir si están de acuerdo con dicha asociación o no. Podemos imaginar tres escenarios: a) Los pueblos restantes de España dicen sí a su proposición; habría conseguido todas las ventajas y ningún inconveniente con dicha unión. ¡Un sueño dorado! b) Pero conoce la respuesta; los partidos mayoritarios en dichas autonomías ya han dicho no a su programa.¿Entonces?, como buen deportista, cierra los ojos y se lanza hacia la independencia total. Tendrá fronteras en España y Navarra, en EuskadiNorte y Francia y, lo peor con toda Europa. ¡Un callejón sin sa¬lida: c) Hay el peligro de que a un general de esos que tienen la costumbre de los pronunciamientos en nuestra tierra, se lo hinchen la, narices. ""El ejército tiene la misión de salvaguardar la unidad de la patria; dice la Constitución. ¡Que Dios nos libre!
4º. Si me permite, señor Ibarretxe, le propongo, como solución posible, que vuelva su mirada hacia Suiza (país de minorías en paz). Aquí se habla siempre después de un referendum cantonal de la decisión que ha tomado el pueblo soberano. ¿No es eso lo que usted pide para su pueblo? Pero no se olvide que para las decisiones de problemas comunes está el referéndum federal Si los pueblos están unidos entre sí, por "libre" que sea la unión, no escapan a una autoridad común. Quisiera o no, habría intereses, derechos y obligaciones comunes. Le enumero algunos al voleo en un estado confederado (el que más lejos va en la descentralizaciones existentes): fronteras, aduanas, y pasaportes comunes; ejército y defensa (en Suiza no existe policía nacional); moneda y entidades financieras, ya que la unión hace la fuerza (¡y qué fuerza, la de los bancos suizos!); seguros sociales y pensiones de vejez (cuantos más miembros mejor, principio básico de las cajas); carreteras, trenes.. correos y otros servicios comunes; tribunal confederal para últimas instancias (contrariamente a lo que usted pide): participación a los gastos confedérales (impuesto que corresponde más o menos a su "cupo") ...Todos los demás (¿más poderes que los que usted tiene?) son de competencia y autoridad de los cantones.
Mire, sector Ibarretxe, aunque Arzallus hable de una solución a la "irlandesa" (no muy brillante por lo que vemos), vuelva sus ojos a Suiza; las soluciones aquí no son proyectos sino realidades. "El que busca halla", dice el Evangelio.
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