EL MUNDO- Castilla y León 1 diciembre 2002
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ALFREDO HERNÁNDEZ
Sentimiento regional
Los castellanos y leoneses ocupamos los últimos puestos en sentimiento regional. Todas las encuestas vienen a confirmar lo anteriormente expuesto y el último sondeo del CIS lo confirma. Pero la realidad social de Castilla v León es eminentemente compleja, y ello a pesar del esfuerzo que realiza la clase dirigente, y también, porqué no decirlo, del esfuerzo por simplificarla de los que tienen la responsabilidad de generar opinión pública. El dato sobre el sentimiento regional es preocupante, aunque sólo sea porque nos separa de la media nacional. En los últimos veinte años se ha ido sustituyendo la identificación del españolismo por el gentilicio correspondiente a cada región. Pero éste no es el caso de Castilla y León. Pongamos un ejemplo, si cogemos un sondeo de principios de los años ochenta, realizado por el mismo Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), comprobaremos que aparecen los mismos porcentajes de castellanos y leoneses que optan por el españolismo. Lo preocupante es que mientras España ha cambiado , en Castilla y León después de dos décadas, seguimos anclados con el españolismo centralista. Es como si el tiempo social se hubiera parado para ese 40% de castellanos y leoneses que optan por el españolismo como primera opción. Mientras que los murcianos, los andaluces, etc, manifiestan que son murcianos, que son andaluces, y por ello, son españoles, aquí el 40% de los castellanos y leoneses, siguen erre que erre, que somos españoles, porque para estos, la comunidad de Castilla y León no existe, es más, identifican a Castilla y León con España.
Este escaso arraigo de los castellanos y leoneses por su región se traduce en comportamientos sociales sumisos. Por ello, cuando en la encuesta de CIS se les hace la pregunta ¿Cómo es la relación de la Junta con el Gobierno central?, el 42% de los castellanos y leoneses contesta que la Junta está subordinada al Gobierno central y el 36% dice que la Junta colabora con el Gobierno central. Es decir, más del 75% de los castellanos y leoneses, están diciendo que nuestra clase política es poco o nada reivindicativa frente a los que tienen el poder. Expresado en otros términos, no es que los castellanos y leoneses no defiendan sus intereses, que no los defienden. No es que los castellanos y leoneses no sean reivindicativos, que no lo son, es que los castellanos y leoneses están inmersos en la cultura de la resignación, en la cultura de que con el poder hay que llevarse bien, porque el poder reparte prebendas, y algunas migajas caerán que nos permitan seguir subsistiendo.
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