LA CULTURA. El IDIOMA
Al lado de su gran actividad militar, repobladora y política, Alfonso IX de León realizó memorable labor cultural.
Durante su reinado, Santiago de Compostela fue un gran foco de cultura eclesiástica y en letras latinas. En los estudios de la capital gallega se formaban muchas mentes ilustradas y otras muchas salían de ellos para ampliar sus conocimientos en centros universitarios extranjeros -frecuentemente en París- con ayuda económica del arzobispado, la mayoría de las cuales regresaban con prestigiosos títulos de. magisterio. De! semillero cultura! compostelano salieron muchos de los funcionarios que rigieron el reino, entre ellos la mayoría de los oficiales de la cancillería real. En la misma catedral de Compostela se formaron intelectualmente los tres arzobispos que gobernaron la diócesis en este reinado.
Centro cultural leonés de esta época, que pronto alcanzaría extraordinaria importancia, era el de Salamanca.
Si el latín era la lengua escrita de las minorías cultas en la producción intelectual, el lenguaje popular en que se escribían !a poesía y los documentos particulares era el hable o romance leonés, que se desarrolló en todo el reino de León desde Asturias hasta Extremadura, con diversas modalidades comarcales, las más conocidas de las cuajes son las del hable asturiano.
Al llegar a este punto creemos conveniente recordar, ante un mapa histórico-linguístico de España varios hechos bien conocidos de los filólogos, que ya hemos expuesto en páginas anteriores y nos ayudarán a imaginar lo que era el idioma hablado en el País Leonés en el reinado de Alfonso IX:
-Antes del siglo XII el castellano no había entrado en la planicie leonesa de! Duero (30) (31).
-En tierras orientales castellanas de Burgos, la Rioja y Soria todavía se hablaba vascuence en el siglo XIII.
-En tierras de las actuales provincias de Palencia y Valladolid el leonés se habló hasta los siglos XIII Y XIV.
-El leonés era el lenguaje hablado en la corte de Alfonso V1 donde los magnates de la Tierra de Campos tenían preponderante influencia.
-El leonés, descendiente directo del romance visigodo, era más parecido al gallego que al castellano.
-El gallego, el portugués y el leonés (en sus varias modalidades) forman una familia lingüística del mismo origen que se extendió por todos los países del antiguo reino de León.
-Las actuales provincias de León, Zamora, Salamanca, Cáceres y Badajoz no comenzaron a hablar castellano hasta los siglos XIII o XIV (según las zonas).
-En Asturias, en la Liébana (actual provincia de Santander) y en zonas más o menos extensas de León, Zamora, Salamanca y Cáceres aún se hablaba leonés a principios del siglo XX.
El leonés fue lengua oficial empleada a todo lo largo y lo ancho del reino astur-leonés. Los notarios lo usaron en sus documentos desde Palencia hasta e! Bierzo y desde Gijón hasta Zafra. En él están escritos los fueros leoneses de Avilés, Zamora y Salamanca. En leonés se hicieron !a mayoría de las versiones medioevales del huero Juzgo, ley fundamental de la corona leonesa.
Los gallegos y los mozárabes tuvieron una participación muy importante en la repoblación de las tierras leonesas; mientras la repoblación de Castilla fue obra de los cántabros -primeros castellanos- y de los vascos en su avance de norte a sur.
La influencia cultura! de Galicia en el siglo XII era grandísimo. E! foco compostelano la irradiaba por toda la Península y especialmente sobre las tierras leonesas de su cisma corona.
Tan amplio era el ámbito territorial de la familia lingüística galaica (gallego, portugués y leonés) que Oliveira Martins ha podido comentar la posibilidad que se dio en los siglos XI y XII de que el gallego (en esta acepción lata) hubiera sido el idioma de la monarquía leonesa superando al castellano.
La corona leonesa desde su consolidación por Ordoño II abarcó todo el territorio de Ia antigua Gallaecia romana y visigoda que por el oriente llegaba hasta el Esla y por el sur hasta el Duero, más el viejo reino de Asturias y las tierras propiamente leonesas de Ias montañas lindantes con Galicia y Asturias y de la llanura del Duero al norte de este río v al occidente del Pisuerga. Conjunto territorial que después se extendió por tierras e Salamanca v Extremadura hasta !a actual provincia de Huelva.
Desde el siglo XI fue costumbre tradicional de !os reyes leoneses criar a sus hijos en Ga!icia, lo que sin duda había de influir en sus costumbres y formación cultural. Importante factor de sustento del lenguaje leonés en esta época fueron los mozárabes, que lo conservaban como pervivencia del romance visigodo. La región del norte del Duero repoblada en los comienzos del reino de León debió de conservar el dialecto mozárabe de sus repobladores que también mantuvieron allí la vigencia y el prestigio del Fuero Juzgo.
La influencia de los mozárabes en la España musulmana decae rápidamente en los siglos XI y XII a causa del dominio de las dinastías africanas (almorávides y almohades). Según Sánchez-Albornoz puede afirmarse que en la segunda mitad del siglo XII no quedaban mozárabes en el Andalus (32). En cambio la presencia de los mozárabes tuvo durante estos siglos (y aun en el XIII) gran significación cultural en el reino de León, sobre todo después de la conquista de Toledo por Alfonso VI, y más aún si se tiene en cuenta la semejanza que el romance de los mozárabes toledanos tenía con el leonés; tan grande que, en ocasiones, los mozarabismos pudieran llamarse con igual razón leonesismos (33) (34).
Bellas y abundantes manifestaciones de la contribución de los mozárabes a la cultura medioeval del reino de León son las iglesias que aún pueden verse en las tierras leonesas de la cuenca del Duero, desde Vamba y Mazote (Valladolid) hasta Peñalba y Santo Tomás de las Ollas (el Bierzo) pasando por la maravilla de San Miguel de Escalada.
En la última parte del reinado de Alfonso IX el romance leonés amplió su ámbito territorial con las extensas conquistas en Extremadura.
Entre las varias zonas dialectales que Menéndez Pida! señala en sus estudios históricos sobre el leonés incluye la del leonés extremeño, que se habló en las provincias de Cáceres y Badajoz donde aún pueden encontrarse vivas reliquias.
Geográficamente situado entre Andalucía y el País Leonés, el pueblo extremeño tiene una historia y una personalidad en la que se manifiestan caracteres andaluces y leoneses. Extremadura -dice Lapesa- es una región que ofrece en su lengua mezcla de rasgos leoneses y meridionales (34).
El lenguaje leonés, hoy mero recuerdo de un pueblo que tiene su propio y singular pasado cultural, fue una barrera lingüística con que el castellano tropezó en su expansión hacia el occidente peninsular. Sucumbió frente a éste en una resistencia que duró casi mil años y así salvó la vida del galaico-portugués. Si e! castellano hubiera llegado al Bierzo y a Sanabria en el siglo XII difícilmente hubiesen podido supervivir hasta nuestros días el gallego y su hijo el portugués.
La creación poética que de esta época se conoce procede principalmente de Galicia. El mensajero idiomático de la lírica cortesana en la corona leonesa fue en aquellos siglos el gallego.
De este reinado de Alfonso IX de León, a quien se ha calificado de poeta coronado, se conservan poesías de diversos autores y géneros (líricas amorosas, satíricas y populares de condición varia). Algunas de ellas se cantaban con acompañamiento musical (36).
También en el terreno de la arquitectura y !as artes plásticas ofrece interés la época de Alfonso IX que coincide con la transición en España del románico al naciente gótico. Casi todas las catedrales de la corona leonesa estuvieron entonces en activa etapa de construcción. En la metropolitana de Compostela dirigía y labraba el maestro Mateo, autor del famoso Pórtico de la Gloria, terminado el cual se celebró en 121 1 la solemne consagración de la iglesia del Apóstol.
En este mismo reinado se iniciaron las obras de la catedral de León, la famosa Pulchra leonina.
Obra destacada en la actividad cultural de Alfonso IX de León es la fundación de la Universidad de Salamanca.
Sabído es que los centros culturales más importantes en aquella época estaban en Monasterios v las catedrales. La enseñanza en estos lugares se orientaba en primer a la formación de monjes y sacerdotes. Los monjes benedictinos destacaron especialmente por su labor cultural y su dedicación a la copia de libros y al cuidado de bibliotecas. Algunos concejos habían establecido escuelas para la instrucción de los hijos de los vecinos.
Después de los grandes monasterios los centros de enseñanza más importantes eran los catedralicios. En la corona de León sobresalían los de Compostela -ya mencionados- y después los de Salamanca. Antes de la disposición conciliar que prescribía la designación en todas las catedrales de maestrescuelas ya tenía Salamanca una escuela catedralicia y ya había en la ciudad maestros extranjeros. No es, pues, mera casualidad que en la ciudad leonesa del Tormes un rey como Alfonso IX fundara un estudio general que pronto sería la universidad más famosa de España. Muchas circunstancias contribuyeron a ello. Por otra parte Alfonso VIII había establecido en Palencia (ciudad tradicionalmente leonesa, pero entonces bajo el dominio del rey de Castilla) un estudio general. Alfonso IX, con el doble propósito de fomentar los estudios en su reino y evitar que sus súbditos saliesen de él para estudiar decidió crear un estudio en Salamanca. De la crónica del culto leonés don Lucas, obispo de Tuy ---el Tudense- se deduce el Estudio General de Salamanca nació cuando el monarca leonés otorgó el diploma fundacional en 1218. Parece ser que la poderosa mitra compostelana trató de que el estudio se estableciera en Santiago, pero Alfonso IX decidió ponerlo en Salamanca. Muchos motivos le empujaron a ello. Santiago de Compostela estaba demasiado lejos para evitar que los leoneses salieran a estudiar a la cercana Palencia. Alfonso siempre había tomado con empeño la repoblación y el engrandecimiento de Salamanca. La propia ciudad había mostrado intensa vocación universitaria. El obispo, el maestrescuela, muchos miembros del cabildo y maestros salmantinos intervinieron cerca del rey para que estableciera en su ciudad el ya necesario estudio.
Muerto Alfonso IX y unidas la corona de León y Castilla en la cabeza de su hijo Fernando III, éste confirmó en 1243 los privilegios que al Estudio Salmantino había dado su padre. Al hacerlo de nuevo Alfonso X en 1254 le da ya el nombre de Universidad y el papa Alejandro IV la equipara a las de Oxford, París y Bolonia.
Por su cuna, por sus orígenes, por su creador y por los motivos que le impulsaron a fundarla la Universidad de Salamanca es una obra total e inequívocamente leonesa, no obstante frases como "la universidad castellana de Salamanca" o "la gran creación universitaria de Castilla", se multiplican ad infinitum. En éste, como en muchos casos, la pereza mental, la burocracia intelectual o la demagogia política dan al tópico patente de verdad indiscutible.
Bibliografía
(30) Rafael Lapesa. Historia de la lengua española. Octava edición. Madrid. 1980. (Mapa de la espansión de la lengua castellana).
(31) Alfonso Zamora Vicente: Dialectología española. Madrid 1960. (Mapa del proceso de castellanización de la Península).
( 32) Claudio Sánchez-Albornoz: España un enigma histórico. Buenos Aires. 1956. 'F. II. 1) 41.
(33) Menendez Pidal: Origenes del español. Madrid 1950 p. 437-439.
(34) idem: El idioma español en sus primeros tiempos. Buenos Aires_ 1943. pp. 42-48.
(35) R. Lapesa: Historia de la lengua española. p. 5 13.
(36) Julio Gonzalez,: Alfonso I X . T1. pp. 384
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(Anselmo Carretero Jiménez. Castilla, orígenes, auge y ocaso de una nacionalidad. Ed. Porrua, México 1996. Pp 379-382)
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