A DÁMASO ALONSO, INSOMNE EN MADRID
“Madrid es una
ciudad de más de un millón de cadáveres
(según las
últimas estadísticas).
A veces en la
noche yo me revuelvo y me incorporo
en este nicho
en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas
horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros”.
Dámaso Alonso.
“Hijos de la ira”.
………. ………
MADRID ES UNA
CIUDAD que hace tiempo superó los varios millones de seres
humanos
preguntándose contra qué luchan tanto por la vida y de forma tan continua.
A veces en la
noche me brotan y se me incorporan en la memoria aquellas antiguas leídas
líneas –que creía olvidadas y perdidas-
de Dámaso
Alonso, donde el maestro domaba a la angustia en desasosiego con sus
filológicos y desazonados saberes.
Las leí apenas
con veinte años y todavía me duelen como cientos de pinchazos candentes de
delgados, internos y humeantes alfileres.
Hablaba en
ellas de las largas horas que se pasan oyendo gemir al huracán de la vida,
del tiempo que
se pudre oyendo a lo lejos ladrar a los perros que aúllan a sus amarguras
contiguas,
y de todo
aquel restante infinito de lo águila que cae contra nosotros portando sombras
de desvelados e insomnes anocheceres.
De las largas
horas dolientes como una gran figura amarilla sin rastro alguno ni memoria de
amistosos placeres
que nos llevan
a preguntarle al desarraigo en que nos encontramos, como infinitesimales
partículas,
qué hacemos
aquí, en esta ciudad de Madrid que superó hace tiempo el millón de hombres y
mujeres…
A preguntarnos
por qué tantos miles de millones de pequeñas e ínfimas latientes aurículas
dentro de un
corazón planetario, en esta sistema solar de continuas sombras y constantes
amaneceres,no aciertan a
dar con la explicación definitiva que calme su insomnio de indagadoras,
noctámbulas y abiertas pupilas,
devorando
sombras donde sólo brillan las incontables preguntas infinitas.
Juan Pablo Mañueco
Guadalajara